Real Jaén.- Castellanos pide un cambio de ánimo para alcanzar el objetivo

Jesús Castellanos pidió ayer un cambio de mentalidad y de ánimo en el entorno del Real Jaén, porque el derrotismo que se vive tras el empate en Águilas es muy perjudicial para el equipo. 'Parece que hemos matado a Manolete', dijo en alusión a las duras críticas. Y añadió: 'A todos nos molestó lo de Águilas, pero vamos terceros y el domingo tenemos un partido muy importante'.

    09 abr 2010 / 16:00 H.

    Castellanos solicitó la unión de todos los sectores que forman el Real Jaén para disipar las dudas y afrontar con seguridad y confianza los seis encuentros que quedan. Después de admitir que las críticas han sido desmesuradas y que se han descontextualizado, hizo hincapié en que en estos momentos es necesario ser maduros y mantener la calma. “Con este estado de ánimo y con el derrotismo y el desánimo que se palpa en el ambiente, no vamos a ningún sitio. Hay que reaccionar. Entiendo que la gente esté molesta, pero tenemos que pensar en el futuro”, indicó en un primer instante, para agregar: “Es preciso cambiar el ánimo y que las dudas desaparezcan en todos los sectores. Hay que pensar que estamos en una posición magnífica, a seis puntos del quinto, y que tenemos la promoción a un paso. Todas las dudas deben  disiparse porque así no vamos a ningún lugar. El objetivo final lo conseguiremos entre todos, no sólo el equipo, y por ello es necesario fortalecernos”.
    Castellanos calificó como accidente los empates ante el Ceuta y el Águilas, a la vez que manifestó que no es normal que el Real Jaén lleve seis goles en contra en los tres últimos partidos. “Hemos encajado tantos que no deberíamos”, subrayó. Reiteró que ahora es preciso mirar al futuro y centrarse en cada jornada. “Vamos a luchar por asegurar cuanto antes la fase de ascenso y luego pensaremos en el puesto. Estamos convencidos, desde el técnico a los jugadores, que la meta es posible”, apostilló. La primera reválida llegará el domingo con el Ciudad de Lorquí. José Eugenio Lara /Jaén