Petacchi brinda por su doblete y Cancellara se mantiene líder
Alessandro Petacchi (Lampre) se confirmó como el esprinter más en forma del pelotón al ganar con poderío la cuarta etapa, disputada entre Cambrai y Reims, de 153,5 kilómetros, su segundo triunfo de esta edición, en una jornada de transición que no alteró la general y mantuvo al suizo Fabian Cancellara (Saxo Bank) en el liderato.
El de La Spezia, de 36 años de edad, ganó en Bruselas la primera etapa merced a una caída masiva que afectó a gran parte de sus rivales. En la capital del champán brindó por su triunfo con una demostración en la recta de llegada, ganando la partida al neozelandés Julian Dean (Garmin) y al noruego Edvald Boasson Hagen (Sky), en un sprint en el que Mark Cavendish cedió pronto y los españoles José Joaquín Rojas y Óscar Freire fueron séptimo y décimo, respectivamente. Un nuevo chupinazo del italiano en una etapa de transición que no movió la clasificación general. Cancellara pasó un día tranquilo y se enfundó de nuevo el maillot de líder. Es posible que lo conserve hasta los Alpes, que llegarán el próximo sábado. La segunda plaza es del británico Geraint Thomas (Sky) y la tercera del campeón mundial Cadel Evans (BMC), a 23 y 39 segundos respectivamente. Andy Schleck es quinto a 1.01 minutos y Alberto Contador, el principal favorito, noveno a 1.40.
Tres días de tensión, innumerables caídas, kilómetros de vendas y litros de mercromina dieron paso a una jornada de tregua para los magullados cuerpos de los corredores. Del pavés al asfalto, al medio natural, un día para restañar heridas bajo el sol. Cinco corredores trataron de probar tan magnífico liquido iniciando una fuga apenas se alejó el pelotón de Cambrai. Dos españoles en el proyecto, Iñaki Isasi (Euskaltel-Euskadi) e Iban Mayo (Footon-Servetto-Fuji), junto con los franceses Champion (AG2R) y Vogondy (Bouygues) y el belga De Greef (Omega). El quinteto se aplicó a la hora de pagar rondas en los relevos, todos generosos en cada trago de esfuerzo, pero la borrachera de gloria era imposible, los equipos de los esprinters tenían claro que debían propiciar una llegada masiva, en condiciones, en la que los hombres bala por fin pudieran medir sus fuerzas. Llegó el momento de alterar el guión. Los valientes, ya maduros, fueron neutralizados a 4,5 kilómetros de Reims. El Cervélo pidió su sitio en la gestión del pelotón, ya gobernado por el Columbia, que terminó de estirar el grupo a 2.000 metros de la línea de llegada.
De nada le sirvió la maniobra al conjunto americano. Los depredadores se pusieron a rueda de Cavendish, lejos de su mejor momento, en su annus horribilis. El corredor australiano Mark Renshaw le dejó colocado enfrente de la victoria, pero levantó el pie con antelación. Apareció entonces Ale Jet, implacable para ganar un par de metros sobre sus demás rivales, que resultaron suficientes para el rey del sprint en este Tour de Francia, que brindó con champán por su séptima victoria del curso. Veteranía, divino tesoro. Petacchi vuelve por sus fueros.
Carlos de Torres / Reims