Las "alcuzas anónimas" se castigan hasta con 600 euros
Las aceiteras rellenables tienen que desaparecer de los bares, restaurantes, cafeterías y catering españoles. La tostada se queda sin la que ha sido su compañera fiel desde hace lustros. La ley que prohíbe servir aceite en envases sin tapón inviolable entra en vigor en el país y abre un gran mercado.

El aceite de oliva se tiene que servir como el whisky en los 350.000 establecimientos hosteleros españoles. El Gobierno obliga a que aparezca envasado con su marca, una etiqueta que indique su calidad y con un tapón que impida que se rellene. El Real Decreto 895/2013 que aprobó el Consejo de Ministros el pasado 15 de noviembre entra en vigor. Modificaba otro Real Decreto —el 1431/2003 de 21 de noviembre— con unas reglas estrictas para velar por la calidad del aceite. España quiere prestigiar al máximo la imagen de su producto estrella. Por ello, pretende eliminar la posibilidad de fraudes y aumentar la información al consumidor de oro líquido en bares, restaurantes, cafeterías y caterings.
Antes, aceite embotellado o en monodosis se solía utilizar en establecimientos que querían prestigiar su imagen, ya que la mayoría del zumo de la aceituna que se consume en la hostelería se adquiere en garrafas de cinco litros que servían para rellenar “alcuzas anónimas” que se colocaban en las mesas y en las barras de los bares. En cambio, desde ayer, en España —Portugal e Italia también han desarrollado esta normativa— está totalmente prohibido. Por el momento, no habrá sanciones. El Gobierno da dos meses a los hosteleros para que se adapten a la nueva norma y liquiden las existencias. Por ello, en enero y en febrero convivirán las aceiteras rellenables con los envases que se adaptan a la norma. Sin embargo, a partir del 1 de marzo, las “alcuzas anónimas” se desterrarán de los bares, restaurantes, cafeterías y catering españoles. Eso sí, en los domicilios particulares sí que se pueden usar. Precisamente, el comisario de Agricultura, Dacian Ciolos, intentó sacar hacia adelante esta medida dentro de su plan para mejorar la calidad y la imagen del aceite de oliva en Europa. Sin embargo, fracasó en el intento —fue el 23 de mayo de 2013—. Los países mediterráneos apoyaron su medida —los productores—, pero los nórdicos —apoyados en Gran Bretaña— tumbaron la iniciativa. Por eso, Bruselas decidió que “cada casa” —Estado— hiciera lo que quisiera. España lo tuvo claro. En verano desarrolló la normativa. El ministro de Agricultura, Miguel Arias Cañete, avanzó —el 7 de noviembre— que entraría en vigor el 1 de enero de 2014. Unos días después —el 15 de noviembre— el Consejo de Ministros aprobó la nueva orden.
hasta con 600 euros. El Real Decreto que entró ayer en vigor no desarrolla el régimen sancionador al que se enfrentarán las empresas que no retiren las aceiteras rellenables a partir del 1 de marzo. No obstante, los expertos consultados por este periódico indican que será el Real Decreto 1945/1983 de 22 de junio el que distinguirá entre las diversas infracciones y dictará las multas. De hecho, la Asociación Empresarial de Hostelería del Principado de Asturias explica a sus bares, restaurantes, cafeterías y catering la nueva norma y se remite también a ese Real Decreto para establecer las sanciones. Llegarán a partir del 1 de marzo y —salvo en los casos que vayan más allá de colocar una aceitera sin el tapón inviolable, la marca y la información sobre su calidad— se considerarán infracciones leves o antirreglamentarias o, dicho de otro modo, que el propietario del establecimiento hostelero desobedece la normativa dictada por el Gobierno de España. Habrá multas de hasta 600 euros. Si además, hubiera indicios de mezclas o de fraude a los consumidores, la sanción ascendería en función de la infracción que se cometa. Precisamente, se trata de una normativa que abre un importante mercado para el aceite envasado. Hasta ahora, las garrafas de cinco litros han sido el formato estrella en la comercialización de la cosecha oleícola. En cambio, la norma del Gobierno hará que los hosteleros busquen calidad y buen precio en botellas de medio o de un litro. Jaén —con sus denominaciones, asociaciones agrarias y la propia Diputación— han abanderado esta norma. Enrique Alonso / Jaén