Gran despedida a un actor respetado

El Teatro Español de Madrid abrió sus puertas este miércoles para  rendir el último tributo al actor Manuel Alexandre, considerado uno  de los históricos del cine español, fallecido en Madrid a los 92  años. A las cinco de la tarde, el féretro con los restos del popular  actor salía por la puerta principal de este espacio escénico en medio  de los aplausos de los ciudadanos allí congregados, alrededor de dos  centenares de personas, y con destino al crematorio del Cementerio de  la Almudena.

    13 oct 2010 / 17:22 H.

    Previamente, aún sobre el escenario del Teatro y con éste  abarrotado de público, su director, Mario Gas, leyó una carta escrita  por la actriz Emma Cohen en la que recordaba con emoción la figura  del querido actor.

    Ya desde primeras horas de la mañana, una veintena de personas  estaban esperando a las puertas de este Teatro donde el artista  debutó, por casualidad, durante la Guerra Civil y en cuyo escenario  se instaló la capilla ardiente presidida por una gran foto suya. 

    Coronas de amigos y familiares rodearon el féretro de Manuel  Alexandre, entre ellas las de la Academia de Cine, la del Café Gijón  (donde el actor era fiel a su tertulia), la del realizador Antonio  Mercero y la de Los Sacristán.

    Entre las personalidades que se acercaron a despedirle estuvieron  la ministra de Cultura, Angeles González-Sinde, quien subrayó que,  con su muerte, "ha desaparecido una manera de entender el teatro y la  carrera de un actor".

    En esta misma línea, la ministra resaltó la conexión de Alexandre  con su ciudad, Madrid, y con el resto de las artes, debido a su  "relación con escritores y su amistad estrecha con muchos  intelectuales" que le acompañaban en las tertulias del Café Gijón.  

    "El representaba una manera de entender la cultura que quizá ahora  ha desaparecido y por eso su pérdida es doblemente significativa,  porque desaparece con él una manera de entender la carrera del actor  como alguien implicado en la ciudad y el resto del arte", declaró.

    Por su parte, Mario Gas destacó la "cercanía" que caracterizó al  artista, al que calificó de "persona buena, brillante, de fuertes  convicciones y muy respetada, que recordarán muchas generaciones".

    "Fue una institución en el cine, una persona con todos los  ingredientes y connotaciones, con una gran calidez", apuntó Gas para  quien Alexandre destacaba "además de su gran bondad por su enorme  fortaleza". "Era el gran secundario del cine español de los últimos  50 años, alguien indisolublemente unido al cine y al teatro español",  destacó.

    Para el presidente de la Academia de Cine, Alex de la Iglesia, que  llegó a última hora de la tarde, su carrera "no habría sido lo mismo"  si no hubiera visto sus películas en la pantalla. "Es como si hubiera  muerto un familiar", confesó. "Ha sido un maestro absoluto para saber  vivir. Hay que ser un genio y él lo supo ser", apostilló. "Su muerte  no supone una pérdida más, era una de las patas sobre las que se  sostenía el cine español", sentenció.

    Entre los numerosos artistas que acudieron a despedir a Alexandre  se encontraban Concha Velasco, Charo López, Cayetana Guillén Cuervo,  Marisa Paredes, Aitana Sánchez-Gijón, Lola Dueñas, Alberto Closas,  Tina Sáinz, Victoria Vera, Pilar Bardem, Fernando Chinarro, Manuel  Zarzo, Francisco Merino, Constantino Romero, Iñaki Miramón, Carlos  Iglesias, Berta Ojea, Pedro Casablanca o Eduardo MacGregor. 

    UN GRAN OPTIMISTA

    Concha Velasco, actriz que trabajó con Manuel Alexandre en  películas como 'Historias de la televisión' (1965), 'Relaciones casi  públicas' (1968)', 'El vikingo' (1972)' o 'París Tombuctú' (1999)  afirmó que sin él "muchas películas no se habrían podido hacer".

    Para la actriz Charo López lo más destacado era "su optimismo".  "Ha vivido mucho e intensamente la profesión", apuntó. También Pilar  Bardem elogió al veterano actor: "Ha sido un maestro para todos  nosotros y le hemos adorado y respetado siempre", dijo. 

    Por su parte, Cayetana Guillén Cuervo declaró que consideraba a  Alexandre como de su familia mientras el director de cine José Luis  García Sánchez le definió como "un señor pequeñito, entrañable, con  cara de amigo, que daba un toque de humanidad a sus películas".

    Marisa Paredes tuvo también un sentido recuerdo para el actor "que  siempre tenía una sonrisa en la boca y que, por encima de todo, era  verdaderamente un señor", dijo. 

    Juan Diego no ocultó su cariño hace Alexandre a quien comenzó  llamando "don Manolo" y terminó diciéndole "Manolito". "Con él todo  era como una fiesta, ponía tranquilidad en los rodajes", añadió  recordando que los secundarios, en general, "han sustentado grandes  películas". "Lo bonito es irse querido de donde sea y él se va  querido por todos nosotros y por el público", agregó.

    De boca de otros artistas que acudieron a la despedida de  Alexandre se pudieron escuchar frases como "el cine español es él",  "el último grande del blanco y negro, también del color", "era todo  humanidad que llevaba a sus personajes", "un ser excepcional, gran  amigo y compañero", "ha conseguido ser feliz porque ha hecho todo lo  que le gustaba", "actor con una trayectoria impecable" o "símbolo de  nuestro cine".

    APRENDER DE EL

    Las actrices Luisa Martín y Asunción Balaguer (viuda de Francisco  Rabal) también quisieron acercarse hasta el Teatro Español para  despedir a Alexandre. Martín no dudó en afirmar que "trabajar con él  era aprender" mientras que Balaguer apuntó que si existe algo después  de la muerte "seguro que se reunirán todos allí".

    Entre los políticos que asistieron a la capilla ardiente pudo  verse al Secretario de Estado para el Deporte, Jaime Lissavetzky, y a  la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, quien  destacó que éste es "un día de luto y tristeza para los madrileños" y  recordó que hace año y medio Alexandre recibió el Premio de Cultura  de la Comunidad en la modalidad de Teatro "por haber marcado una  generación entera".

    Según confesó el propio actor fallecido poco antes de su muerte,  su ilusión como profesional siempre fue interpretar los papeles "más  importantes de la historia del teatro".