El fin del club linarense puede ser cuestión de días
Emilio Prieto / Linares
A pesar de la rueda de prensa ofrecida, el pasado lunes, por Juan Fernández, alcalde de la ciudad, aún quedan interrogantes sin resolver sobre el futuro del club. El próximo viernes se espera que el juez decida acerca del porvenir definitivo del club azulillo.
Emilio Prieto / LinaresA pesar de la rueda de prensa ofrecida, el pasado lunes, por Juan Fernández, alcalde de la ciudad, aún quedan interrogantes sin resolver sobre el futuro del club. El próximo viernes se espera que el juez decida acerca del porvenir definitivo del club azulillo.
A la espera de conocer qué ocurrirá definitivamente con el CD Linares, muchas son las expectativas que jugadores y aficionados mantienen sobre el asunto. Las dudas son muchas y las respuestas escasean ante una situación que para la plantilla y la afición se perfila trágica y angustiosa. Preocupados por si se les pagarán o no las mesualidades adeudadas, los jugadores cuestionan la existencia de un fondo económico reservado para este tipo de estados extremos. De ser verdad, el dinero disponible no podría financiar los casi seiscientos mil euros pendientes, por lo que optarían por pagar sólo una parte del importe. Aun así, será el juez que lleva el caso el que tenga la última palabra.
Por otro lado, Ángel María Villar, actual presidente de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF), negó con contundencia la legalidad de comprar una plaza en Tercera División, tal y como propuso el alcalde, Juan Fernández, en la rueda de prensa del pasado lunes. En declaraciones posteriores, Juan Fernández brindó todo su apoyo al club y aconsejó la creación de una entidad nueva, con un equipo de canteranos que comenzaría a competir en Primera Andaluza o, incluso, en una categoría más inferior. Ante todo el panorama, la plataforma, que tras el abandono de sus siete miembros había guardado lo que ellos mismos denominaron un “silencio prudencial”, replica ahora al dirigente municipal que, en el caso que el juez dictamine que el club debe empezar desde la categoría más baja, ellos mismos presentarían sus apoyos al Ayuntamiento y propondrán un proyecto deportivo adaptado al estado de la entidad azulilla.
En otro orden de cosas, gran parte de la plantilla ya ha abandonado el equipo. El entrenador, Manuel Tomé, no está dispuesto a continuar en él como técnico y, por el momento, no se conoce la posible adquisición de plaza alguna. La afición se muestra desilusionada y engañada ante la poca transparencia informativa que muestran las altas personalidades políticas y deportivas. Los representantes de las peñas futbolísticas aventuran un descenso notorio en las gradas en la próxima temporada.
La espera no se demorará más tiempo. El próximo viernes, 31 de julio, se podrá saber con seguridad qué destino tomará el club linarense, qué decisiones seguirán los jugadores que aún se mantienen expectantes y cuáles serán las reacciones más significativas. A finales de la presente semana se conocerá la resolución que todos esperan desde la marcha de Delfín Cañas y el comienzo del proceso concursal. Es el juez el que, de cualquier forma, tiene la última palabra. Las posibilidades para una salvación definitiva de la entidad azulilla son, en principio, muy remotas. La realidad condiciona cualquier esperanza de salvar a un club que se encuentra ahogado por las deudas.