“Debí operarme en junio”
José Ramón Casado / Jaén
Toledo empieza a ver la luz. El delantero, inédito en el arranque oficial de la presente temporada, mejora de su pubalgia y sueña con reaparecer mañana ante el Melilla. El temor a una recaída, sin embargo, está presente. “Debí operarme al concluir la Liga, en junio”, reconoce.
Toledo empieza a ver la luz. El delantero, inédito en el arranque oficial de la presente temporada, mejora de su pubalgia y sueña con reaparecer mañana ante el Melilla. El temor a una recaída, sin embargo, está presente. “Debí operarme al concluir la Liga, en junio”, reconoce.
Philippe Dominique Toledo (Avignon, Francia, 1983) lucha contra el reloj. Necesita alcanzar un estado de forma óptimo con la amenazante sombra del quirófano a sus espaldas. Una inoportuna pubalgia, pesadilla sin fin para multitud de deportistas, mantiene inédito al hispanofrancés en el arranque oficial de la temporada 2010/2011. Sufrió las derrotas en Cádiz y Badajoz en la distancia.
Toledo arrastra la dolencia desde finales de la pasada campaña. Jugó infiltrado los últimos meses de competición, incluida la fase de ascenso, y optó por no operarse, en consenso con el doctor Ripoll y los servicios médicos del club, una vez que el Real Jaén despertó del sueño en Barcelona. Las vacaciones y el reposo debían resultar la mejor terapia para esquivar el bisturí. La opción elegida pareció acertada. Las molestias remitieron, Toledo regresó con fuerza en pretemporada — “doblete” incluido ante el Villargordo— y el delantero atisbó la luz. Todo, sin embargo, volvió a oscurecerse en un amistoso en Motril; nuevamente, el pubis emitió señales de alarma. “Fue un palo. El dolor reapareció y me vi obligado a parar”, recuerda Toledo, que, durante las tres últimas semanas, se entrenó al margen del grupo, con la única compañía del fisioterapeuta e innumerables horas extras de gimnasio. El jueves se reincorporó al trabajo con la plantilla sin apenas molestias y, ayer, las sensaciones fueron “muy positivas”, hasta el punto de que aspira a entrar en la convocatoria para el encuentro de mañana ante el Melilla, a las doce del mediodía, en La Victoria. “Ojalá figure en la lista del técnico, estoy con muchas ganas. Mi deseo es tener unos minutos y probarme en un compromiso oficial”, expresa con esperanza y cautela. El temor a la recaída siempre está presente con la pubalgia como compañera de viaje. “Me arrepiento de no haberme operado al concluir la pasada Liga, en junio. Quizá, ahora, todo estuviera solucionado, pero las cosas han sucedido así y tengo que aceptarlas”, explica el futbolista, impaciente por recuperar su mejor versión en su segunda campaña en el Real Jaén. Autor de diez tantos el pasado ejercicio, Toledo rehuye fijarse unas cifras y apela al trabajo colectivo. “Nunca me ha gustado prometer un número de goles. De poco sirven si el equipo no termina arriba”, reconoce, a la vez que avala el trabajo de José Miguel Campos, el nuevo técnico, y el proyecto deportivo: “Al míster le gusta dialogar con los futbolistas. Es muy cercano y meticuloso”. Y continúa: “Después de lo que pasó en verano, con el club al borde de la desaparición, poca gente hubiera apostado por una plantilla con el nivel de la actual”.
Mañana, ante el Melilla, uno de los favoritos al ascenso, Toledo deja claro el objetivo. “Lo importante es sumar los tres puntos. Firmo jugar mal y ganar”, afirma, con una rotundidad tan manifiesta como su deseo de volver a gozar del fútbol sin los aguijonazos de dolor de una molesta pubalgia.