Semblanza a un ser único

La querida Mercedes Rodríguez Jiménez del municipio jiennense de Génave deja un imborrable recuerdo en sus familiares, pero también entre los múltiples amigos y vecinos que siempre la recordarán

06 oct 2019 / 12:05 H.

Mercedes es el tercer vástago (dos varones anteriores) de una familia humilde genavera, lo que supuso una enorme alegría entre sus gentes más cercanas. Se crió preciosa y así siguió hasta que se fue para siempre. Recibió una educación cargada de cariño, sobre todo de su madre, que le imprimió un carácter singular: alegre, vivaracha, atenta, servicial, de agradable trato, lista en sus estudios... Mercedes quería “comerse el mundo” para realizarse como persona y, siempre, por quien la necesitara. A edad muy temprana “le pica el gusanillo” de la música. Algo que posiblemente lleve en sus genes porque su padre y su abuelo fueron excelentes músicos de la banda de Génave. De su buen hacer musical, destacar sus numerosas intervenciones solistas con su saxo alto, en piezas de singular dificultad. Pero de su calidad humana y cargada de valores dio siempre muestra ante propios y desconocidos. Fueron muchas las conversaciones que compartió con sus compañeros en esos momentos en los que las actuaciones musicales por cientos de pueblos dejaban ratos libres. De ella también hay que destacar que no tenía “vicios”. Jamás probó el alcohol o el tabaco y, eso sí, tenía predilección especial por la comida sana. Por ello le costaba entender que la enfermedad hubiera llamado a su puerta a tan tempranas edades, pero con qué dignidad intentó superar las adversidades que le fueron llegando, sin mostrar el más mínimo signo de aspereza o desaliento. Fiel devota de su Virgen del Campo y, últimamente, de la Virgen de la Cabeza y del Gran Poder sevillano. Asimismo, tal y como se dice en la Sierra de Segura... “Dios los cría y ellos se juntan”. Mercedes conoció a una persona ejemplar y con ella convivió y pasó sus últimos años. Fue ésta una de las pocas cosas buenas que le pasaron en su vida pero estamos seguros que marchó con “el saco lleno” de buenas obras al servicio de su prójimo.

“Eras una de esas personas que son luz”
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Escribir siempre me ha gustado, he escrito de temas difíciles, pero nunca, querida Mercedes, me había costado tanto. Mercedes, Merce, Merche... eras una persona tímida y reservada, pero que todo el mundo conocía por su hermosa sonrisa y que yo tuve la suerte de conocer de verdad. Merce, tú eras una de esas personas que son luz, que todo el mundo debería tener en su vida, que te llena con sonrisas y cariño, solo mirarte daba paz. Buena de verdad, siempre con ese “perdona que te moleste” y como dijo Don José, el “yo os quiero”. Gracias por todo lo que nos has dado y enseñado.

Eras una persona luchadora y admirable en todos los ámbitos. Subrayar tu trabajo y la música. Esta era tu vida y tú eras melodía; el saxo, la guitarra, el coro..., cada instrumento contigo sonaba a gloria. En ambos has dejado una huella imborrable y muchísima gente que te quiere. Otro de tus hobbies era la fotografía y no sabías que el paisaje más hermoso era el de detrás de la cámara. Siempre recordaré regalarte tu último álbum, el más especial, el de tu boda, uno de los días más felices de tu vida y de la mía. No se te borraba la sonrisa, por fin lo que tanto deseabas, unirte con tu Jose, tu ángel, el mejor compañero que podrías tener; ese día deslumbrabas. Rodeada de la gente que siempre te ha acompañado en tu pedregoso camino, destacar a esa Juani que fue como el hada de la Cenicienta ese día y lo ha sido para ti siempre; a Manolín que ha sido un gran apoyo para ti; de nuevo Jose y toda su familia que llegaron como faro y no te han dejado un momento; y sobretodo mi madre, tu Carmina, erais la hermana que la otra no tenía, no he visto nunca tanta complicidad, admiro vuestra relación, siempre siendo compañeras de vida, en lo bueno y en lo que no lo fue tanto, sois un ejemplo y gracias a esa unión siempre estarás en mi vida ¡Y qué suerte!

¡Cuántas cosas me has dado! Eres un ejemplo para mí. Por ti doné el pelo cuando era importante para mí y haría lo que fuera por tenerte a mi lado. Pero hoy no puedo hacer nada y no sabes cómo me duele. Solo espero que allá donde estés tengas toda la felicidad que me has dado. Como puse ese día, “corazón, tú siempre serás mi héroe”. Te he querido, te quiero y te querré siempre.

“Crónica en clave de sol”
Toñi Armijo |

Se suele decir que nadie es imprescindible y yo, necesariamente, tengo que discrepar. La vida, a veces, nos presenta a personas llenas de contenido, dadivosas, alegres, joviales, encantadoras, serviciales, con la sonrisa constante, comprometidas con el deber, cariñosas, amantes de su pueblo y los suyos, con una inmensa idea de servicio a los demás y, sobre todo, con un espíritu de superación ante la adversidad, digno del mayor de los elogios. Son personas diferentes pero muy necesarias y cuya pérdida suponen un acontecimiento irreparable.

Este es el caso de Mercedes Rodríguez Jiménez, la “Merce de Ignacio”, que nos dejó recientemente en Génave, con sus 48 años recién cumplidos, pero con una vida repleta de acontecimientos y capaz de merecer los mejores adjetivos calificativos, pese, que a veces, la existencia le fue muy adversa.

No hemos conocido a nadie capaz de “levantarse” como lo hizo ella, ante algunas pruebas duras que le deparó la vida. Y eso se lo ha valorado siempre su pueblo de Génave, que la quería. También Villapalacios (Albacete), donde pasó el último año de su vida, y allí donde se le conoció. ¡Cómo se ganaba la amistad de la gente con ese don que atesoraba esta mujer! ¡Qué gran espíritu de superación!

En nuestro recuerdo, su eterna sonrisa, su compromiso con el trabajo bien hecho, aquel maravilloso y multitudinario homenaje musical que le tributaron sus compañeros Pizarrines junto a la Sinfónica de Crevillente, en la que se le estrenó un bonito pasodoble dedicado a ellas y se le propuso como “Hija Predilecta”. También las visitas a centenares de pueblos llevando las “corcheas” como garante de su buen hacer musical, sus años en la Universidad Laboral de Cáceres, sus inicios en los estudios de Criminología, sus colaboraciones y arreglos musicales en diversos coros parroquiales, su gran labor en el Servicio Andaluz de Salud donde, según decía, se ganaba las habichuelas”...

Al final de su vida ¡Por fin un futuro estable!. Pasaba de interina a funcionaria, y lo que es más importante, había conocido al hombre de su vida. Pero un nuevo “zas” se la llevó para siempre. ¡Una auténtica pena!.

¡Cómo te recordamos!

“Admiramos todo lo que representabas”

Querida Mercedes:

A muchos genaveros nos gustaría llamarte querida “carita de cielo” pero ese sobrenombre ya se lo puso el pueblo de Madrid a la Reina María de las Mercedes, esposa de Alfonso XII. El apelativo es lo de menos, nuestro dolor, el mismo. Sólo podemos recordar serenidad y alegría en tus maneras, ausencia de malicia o de esos defectos tan comunes que provienen de la vanidad y el orgullo. Has sido, una presencia silenciosa y a la vez jovial que nos hace, en el recuerdo, reconciliarnos con la condición humana. Lo que antes se llamaba “un ángel”.

No queremos mojar tus alas con nuestras lágrimas, solo queremos decirte que admiramos todo lo que representabas: tu bondad, tu fortaleza, tu honestidad, tus modales impecables... tu delicadeza. La repetición de virtudes ordinarias constituyen la virtud más extraordinaria. También queremos darte las gracias por tu ejemplo de vida, de superación y esfuerzo.

Somos tus vecinos, los afortunados que te han conocido, los que han seguido tu enfermedad desde el respeto y tus infortunios desde la prudencia. Los que te acompañamos el día de tu boda, los que, como no tenemos palabras que describan nuestros sentimientos, acudimos a un verso que el poeta Miguel Hernández le escribió a su amigo más querido.

Un manotazo duro, un golpe helado,

un hachazo invisible y homicida,

un empujón brutal te ha derribado.

Algunos de nosotros pensamos que te has dormido para siempre, otros, que nos estás esperando para recibirnos con una sonrisa. Sea como fuere, te mandamos un abrazo y un

beso colectivo y recurrimos de nuevo a la literatura para decirte,

su cuerpo dejará, no su cuidado;

serán ceniza, mas tendrá sentido;

polvo serán, mas polvo enamorado.