Nuevos aires para vivir

Antonio Manuel Castellano López lleva desde el mes de julio en La Plata, donde realiza sus prácticas en el Hospital de Niños de la ciudad a la vez que descubre una cultura diferente y de la que se ha enamorado en este tiempo

29 sep 2019 / 12:17 H.

Lo cierto es que no estaba en su mente acabar aquí, no parecía una opción en un primer momento, pero el jiennense Antonio Manuel Castellano López terminó yendo hasta Argentina, más concretamente en La Plata, Buenos Aires. “En un principio América Latina no entraba dentro de mis planes, debido a la gran distancia que separa ambos continentes. Portugal o Italia iban a ser algunos de mis destinos, pero el idioma en el momento de elegir me dificulta la elección, aparte de que tampoco podía realizar mis prácticas de institución por este mismo motivo. Por tanto, tuve que recurrir al otro lado del continente y me aceptaron en la UNLP, Universidad Nacional de La Plata; una de las mejores universidades de la Argentina”, explica este joven de Jamilena sobre su elección a la hora de viajar hasta allí. Sin embargo, desde el primer momento hizo grandes amigos y compañeros de viaje. Tan solo cuatro días después de llegar a La Plata le tocó “rescatar” a su compañero de piso.

“Fui el primero de mi grupo de compañeros que llegué. Mikel, mi compañero, estaba tan nervioso que al conductor del autobús le dio una dirección diferente a la que realmente era. De repente, me llamó un número desconocido y era él, solo me pidió que lo buscara. Cuando me mandó la ubicación vi que estaba en la otra punta de la ciudad. Lo encontré después de haberme perdido dos veces y volvimos a casa con sus maletas. así fue como lo conocí”, explica sobre una de sus primeras anécdotas en la ciudad.

De hecho, no fue fácil la adaptación desde el primer minuto, para él, acostumbrado a vivir en Jamilena existe una diferencia muy grande entre la ciudad y su pueblo, por lo que ser capaz de llegar a encontrar a su compañero de piso llegó a ser, todavía más si cabe, toda una proeza siendo un recién llegado. Pero a pesar de esa pequeña dificultad inicial, tras dos meses ya se siente como en casa. “Jamilena, mi pueblo, es muy pequeño y tiene otro tipo de tradiciones y cultura. La Plata tiene cerca de unos 800.000 habitantes y existe otro estilo de vida. Sin embargo, pensaba que la adaptación a esta ciudad iba a ser más difícil, pero no, todo lo contrario. Las personas de aquí son muy amables y simpáticas y si necesitas ayuda lo harán”, reconoce.

Además, reconoce que a pesar de lo que se pueda llegar a pensar en un principio, la cultura argentina es bastante parecida a la española, lo cual supuso otro revulsivo y un punto positivo para que su llegada a la ciudad no se hiciese cuesta arriba. Por otro lado, como reconoce, sus compañeros de piso o de trabajo siempre están ahí para ayudar, sobre todo durante los inicios. “No es muy distinta la cultura argentina de la española. Hay que mencionar que la Argentina es una ciudad europeizada y la verdad que hay bastantes similitudes. Luego sí que me gusta mucho que, por ejemplo, todos los parques están repletos de familias, niños jugando a la pelota, es decir, alejados de las redes sociales. Eso sí, la gran diferencia que veo es la manera de conducir tan extraña, todavía no sé ni cómo lo hacen”, explica Antonio Manuel.

Pero a pesar de todo, este tiempo es uno de los mejores de su vida, al tener la oportunidad de conocer un nuevo lugar, culturas diferentes, hacer nuevos amigos, una experiencia inolvidable aunque, lamentablemente, con fecha de caducidad. “Tengo que volver, el visado cumple a los seis meses y además tengo que retomar mis estudios en Jaén. En muy poco tiempo me he sentido como en casa y cuando eres feliz en un sitio te planteas como sería tu vida en ese lugar. Regresaré a España, pero también volveré a Argentina, lo tengo muy claro”, añade.

Inicios difíciles

Los comienzos son difíciles, siempre ocurre. Para Antonio Manuel fue complicado desenvolverse los primeros días porque el inicio de esta aventura la hizo solo, sin nadie a su alrededor ni que conociese. “Los tres primeros días fueron difíciles, pero no porque no estuviera a gusto o quisiera regresar a España, simplemente porque no conocía a nadie, ya que este viaje lo había comenzado solo, no sabía dónde había un supermercado para comprar. La forma de la que está distribuida La Plata no ayudaba mucho, pero compañeros de mi residencia me ayudaron, me acompañaron a donde tuviera que ir, etcétera”, sostiene. De esta manera fue haciéndose a la ciudad, a sus gentes y sus costumbres y ahora domina por completo sus calles, sin escondrijos y disfruta en este lugar de Latinoamérica antes de que regrese de nuevo a casa a seguir sus estudios.

La familia en su mente

A pesar de tener que cambiar de aires y viajar fuera, el jiennense sostiene que lo mejor de todo ha sido poder hacer precisamente eso, conocer a otras personas, otros lugares y aprender mucho gracias a todos ellos. “Lo mejor de vivir fuera de España es el conocimiento que se tiene de otros países, de otras culturas, costumbres, estilos de vida, actividades, conocer gente nueva y eso te hace crecer como persona en todos los sentidos. También te hace valorar más lo que dejaste en España y a darte cuenta de muchas cosas que quizás antes no eras consciente”, explica. En la parte no tan buena de esta situación, Antonio Manuel es consciente de que echa mucho de menos a su familia y la tiene constantemente en su cabeza. Uno de los sacrificios es el no ver a tu familia por tantos días”, añade acerca de su cambio y el viaje.

Una gran ciudad que alberga todo tipo de sorpresas para sus visitantes
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Toda persona cuando llega a un lugar desconocido debe de adaptarse, conocer sus rincones, aprender más sobre los sitios. Sin embargo, nada más llegar Antonio Manuel tuvo que ir en busca de su compañero de casa porque se perdió y estaba en la otra punta. Recorrió la ciudad para encontrarle. Esta es una de las anécdotas de los primeros días del jiennense en Argentina. No solo es importante para el conocer la ciudad en la que está, puesto que ha recorrido todos los lugares y rincones posibles, como por ejemplo, el caminito, que se ubica en El Barrio de la Boca. A pesar de ser un lugar marginal empezaron a inspirar este rincón con la Havana para conseguir la atención por parte de los turistas. Un viaje increíble que sirvió al jiennense para conocer otras culturas y lugares que forman parte de un lugar que, por idioma puede ser cercano, pero que en su manera de ser refleja grandes diferencias a lo que uno puede esperarse de antemano. Por tanto, un viaje inolvidable para él y algunos de sus compañeros.

ganas de aprender
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Nada más comenzar a trabajar en el lugar dónde hace sus prácticas vivió este recibimiento. Era uno más en el equipo, algo que le llenó de ilusión porque era una manera de que vieran que era un profesional en lo que tanto le gusta. Junto a él estaban otros compañeros de trabajo que lo recibieron con los brazos abiertos.

momentos felices
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Uno de los días más importantes para Antonio Manuel. Fue con algunos compañeros de su residencia a La República de los Niños. Allí se divirtieron como tal, aprovecharon para jugar a la pelota, visitar el parque, escuchar música, contar anécdotas, todo valía para sentirse como un niño por unas horas que jamás olvidará.

Primavera
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La llegada de la primavera fue otro de los momentos en los que Antonio Manuel disfrutó en grande. Un sitio en el que se ofrecieron diferentes conciertos, en los que la cultura no paró de estar presente y compartió con compañeros españoles el recuerdo por su casa, ya que todos habían llegado hasta Argentina.