En “La Meca” de la biología

Guillermo Garrido es de Ermita Nueva y es biólogo. Actualmente se encuentra de viaje por las islas Galápagos para conocer de cerca la fauna y flora del lugar y hacer una investigación exhaustiva sobre todo su entorno

08 sep 2019 / 12:28 H.

En plena naturaleza. Entre animales, archipiélagos, agua y mucha vida. Así se encuentra en estos momentos el jiennense Guillermo Garrido Ibáñez. “Llevo unos tres meses en Puerto Ayora, la ciudad principal de la isla Santa Cruz, dentro del archipiélago de las islas Galápagos. Aunque también he estado moviéndome por distintas islas como San Cristóbal, Isabela y Española, en ésta última durante una semana de expedición”, explica sobre su viaje el jiennense de Ermita Nueva.

La oportunidad de viajar le surgió a partir del programa de Cooperación Internacional de la Universidad de Málaga que llevaba un tiempo ofertándolo. Tras pensarlo, tomó la decisión de llevar a cabo esta aventura en la que ha conocida grandes historias y diferentes formas de vida. “Hablé con compañeros que habían estado y otros que querían ir y al final me animé. Me encontraba en mi último año de carrera y difícilmente tendría otra ocasión de hacerlo. Además, siempre digo que las Islas Galápagos para un biólogo es como La Meca para un musulmán, hay que ir allí una vez en la vida”, señala.

De su trabajo y labor allí solo tiene buenas palabras, pues le permite estudiar de cerca la flora y la fauna de estas islas y de las zonas circundantes. De entre todas las experiencias vividas durante este tiempo, Guillermo lo tiene claro, una de las que más le ha marcado ha sido visitar la isla Española, un lugar desierto y despoblado en el que, según su visión, merece la pena visitar. “Es una experiencia única e inolvidable, no todo el mundo tiene la oportunidad de pisar esa isla y menos pasar una semana allí. Es naturaleza en estado puro. El trabajo ha sido intenso, con caminatas muy largas por zonas de piedra volcánica afilada donde tenías que ir con mucho cuidado y otras donde la vegetación estaba muy cerrada y solo podías avanzar abriéndote paso con un machete”, afirma sobre este lugar.

Sin embargo, no solo es interesante su trabajo, puesto que en este lugar existen muchas curiosidades y aspectos que impresionaron al jiennense cuando llego. Por ejemplo, es algo normal ver a los animales campando a sus anchas por las calles y los rincones de estas islas. Son un tipo de habitante más que vive junto a los humanos sin asustarse y en el que ambas especies se respetan. “Normalmente tienes que acercarte al animal para echar una foto buena, pero aquí tienes que alejarte de él para que salga bien. Están parados en cualquier sitio y muchas veces tienes que tener cuidado incluso de no pisarlos. No son para nada huidizos. Otra cosa que me llamó la atención es que, salvo los taxis, los buses y alguna excepción más, el medio de transporte más usado es la bicicleta, que puedes tener la tranquilidad de aparcarla en la calle sin necesidad de utilizar un candado. Además, no está permitido que en la misma unidad familiar haya más de un vehículo a motor. No hay nadie que tenga una moto y un coche, o una cosa o la otra”, explica.

Sin embargo, como es natural, todo tiene un final y tendrá que regresar. “En España tengo mi familia, mi vida y esperemos que mi carrera profesional como biólogo, pero claro, espero regresar algún día a las islas, aunque sea sólo de turismo y poder disfrutarlas bien y conocer todos los rincones. Agradezco mucho esta oportunidad y al programa de cooperación internacional de la Universidad de Málaga, a mi coordinadora allí, Ana Carmen Durán, a la organización Galapagos Conservancy, a mi supervisor aquí, Washington Tapia, y a la Dirección del Parque Nacional Galápagos”, afirma. Ahora, queda poco para terminar un viaje que, a buen seguro, se volverá a repetir en un futuro.

adaptación perfecta

Guillermo Garrido se adaptó de manera muy fácil a vivir en la isla y a la población que la conforma. “Fue sencillo, la gente aquí es muy abierta. La adaptación fue fácil, solo tuve que aprender el significado de algunas palabras y expresiones y poco más. Les gusta mucho la música, las bromas y te ayudan en todo lo que está en su mano, son culturas muy parecidas”, sostiene. Además, no está solo, puesto que allí ha tenido la oportunidad de conocer a más españoles, lo que le permite estar más cerca de su tierra aunque esté a miles de kilómetros de distancia. “He conocido algunos españoles más que trabajan en la estación científica Charles Darwin en otras áreas como la marina. Ellos si llevan más tiempo y tienen un trabajo más estable aquí, que consiguieron a través de venir a hacer voluntariado también”, reconoce. Con todo esto ha podido hacerse al lugar, al idioma y a su nueva vida en la isla.

Apoyo familiar

Durante estos meses Guillermo ha echado de menos algunas cosas de su tierra, entre ellas a su familia. “Estás prácticamente al otro lado del mundo, no puedes ir a visitarlos en cualquier momento, pero por suerte gracias a internet hoy en día, a pesar del desfase horario, puedes estar en contacto”, señala. También echa en falta otras cosas, como la comida de España o tener la opción de una ducha caliente. “La comida aquí es un poquito más cara y aunque hay distintas variedades al final el menú casi siempre va con arroz, se hace un poco repetitivo, eso sí, a quien le guste el pescado y el marisco tiene un gran surtido. Luego, echo en falta agua potable, el agua para beber tienes que comprarla embotellada y la que usas para ducharte es salobre, lo primero que haga cuando llegue a España será pegarme una buena ducha caliente”, afirma.

Incansables ganas por viajar, trabajar, investigar y conocer más sobre las islas
idcon=14126064;order=15

Entre las diferentes expediciones e investigaciones que Guillermo ha realizado en este tiempo, una de ellas fue esta. El jiennense tuvo que hacer un viaje hasta la isla Española, un lugar despoblado con el objetivo de estimar el número de ejemplares de tortuga y de albatros de onda que hay en la zona así como buscar posibles amenazas, especies invasoras, introducidas y nativas para que puedan tener una idea de la abundancia y la distribución por el lugar. Allí estuvo de expedición durante una semana para conocer de cerca la isla y todo este tipo de pormenores. En la imagen Guillermo se encuentra midiendo opuntias, un tipo concreto de cactus que se encuentra en esta zona. Esta es una de las diferentes expediciones que el jiennense ha realizado durante estos meses. Con ellas consigue aprender más y averiguar todo lo posible de la flora y fauna de estos lugares en los que ha estado investigando durante estos meses de verano. Una actividad que para él ha sido verdaderamente apasionante y satisfactoria.

Un curioso deporte
idcon=14126070;order=17

Entre los diferentes deportes y actividades de los galapagueños está el ecuavóley, una variante del voleibol que consigue reunir a muchos seguidores. Fue una de las cosas que más llamó la atención de Guillermo al llegar allí, el número de personas que disfruta con estos partidos y están siempre allí para apoyar a sus equipos.

Especie salvada
idcon=14126075;order=19

Este curioso ejemplar se llama Diego, es una tortuga macho de más de 100 años que está en el centro de crianza Fausto Llerena en la estación científica Charles Darwin en la isla de Santa Cruz. Diego consiguió salvar a su especia de la extinción ya que se utilizó como semental para el programa de repoblación en la isla Española.

único en el mundo
idcon=14126079;order=21

Este es un polluelo de albatro de onda. La isla Española es el único lugar del mundo donde esta especie anida. Tiene un crecimiento muy rápido en sus primeras semanas y siendo adulto con las alas abiertas su envergadura puede alcanzar los tres metros. De hecho, son aves muy grandes que necesitan una pista para aterrizar.

Animales por la ciudad
idcon=14126083;order=23

Este tipo de estampas son normales de ver por estas islas. Animales que conviven con los humanos, a pocos metros y que no se asustan de ellos. En este caso concreto, son dos ejemplares de lobos marinos. La madre amamanta en este banco a la cría, pero en otras ocasiones puede verse como juegan o, simplemente, duermen.