Las llaves de oro del cante

14 feb 2016 / 10:30 H.

Estoy seguro de que todos han oído más de una vez eso de Fulano tiene las Llaves de Oro del Cante Flamenco ¿Verdad que sí? Pues como todos ustedes lo han escuchado, ya puedo comenzar con el artículo de hoy, así que, manos a la obra.

No sé si sabré explicar mi postura ante la importancia de este galardón, pero lo intentaré. Cuando los aficionados al flamenco hablan de este tema, lo nombran con devoción, es el no va más de los premios con el que se puede distinguir a un artista. Hasta aquí estoy casi de acuerdo con la mayoría. Lo que ocurre es que, para obtener este premio, no hay que concursar, no hay que someterse a votación, no hay que... O sea, que las llaves las dan a quien “alguien quiere” ¿Me estoy explicando con claridad? Si no es así comenzaré por hablar de la primera vez que se entregaron las famosas Llaves de Oro del Cante Flamenco.

¿Recuerdan algo del artículo sobre los cafés cantantes? Pues bien, un noche, estando de juerga flamenca en el Café Sin Techo que se encontraba en la calle Siete Revueltas de Málaga, un grupo de amigos, llevaron para que cantara a Tomás “El Nitri”, cantaor que ha pasado a la historia del cante boca a boca entre los aficionados, un poco por los historiadores del flamenco y por la tradición, que lo presenta como el continuador de los cantes del Fillo. Pero volvamos al Café Sin Techo, imaginemos una fiesta en un apartado en el que un grupo de amigos se divierte. Pensemos, y no hay por qué dudar, que Tomás el Nitri estuvo cantando y que tuvo una de esas noches en la que “aparece el duende” (Esto quiere decir que el cantaor está en plena forma, inspirado y hace que los espectadores se emocionen en extremo)

Pues bueno, entre los asistentes se encontraban el general Sánchez Mira y el aristócrata Pérez de Guzmán y tanto era el paroxismo que embarga a los asistentes que acordaron regalarle una llave como símbolo de la pureza del cante y la recomendación de que mientras viviera él sería el guardián custodio del cante hecho de forma pura y tradicional. ¿Por qué le dieron una llave? Pues, porque nada de esto estaba previsto y lo primero que encontraron fue una llave de la puerta de la plaza de toros. ¡Vamos! ¿Que si me explico? El único documento existente de este acto es una fotografía de Tomás el Nitri con una llave en la mano. Problema, pues hay quien afirma que esto ocurrió en Jerez y no en Málaga. Otros dicen que la llave se la entregó Silverio Franconetti, es decir, que historias hay para todos los gustos.

Yo, por tal de entretenerme, aclararé que eso de que se la entregara Silverio, (que según los entendidos ha sido el mejor de los cantaores mítico) no lo puedo creer, pues está escrito que el Nitri nunca quiso cantar en el café del Burrero porque era de Silverio Franconetti y entre ellos había “pique” y se cuenta que el Nitri nunca cantó ni en el Café del Burrero ni posteriormente en el de Silverio. Aclaración, El Nitri era gitano y Silverio gachó.

Para poder dar mayor información, y como ya he dicho que me he sentado a escribir por tal de distraerme, pues me ha picado la curiosidad por saber quién fue el general Sánchez Mira, así que he entrado en internet, he escrito estos apellido y solamente me aparecen rótulos de una calle de Jerez que lleva su nombre y una revista de la Legión y también dice el artículo que con el que me he documentado que es el nombre de un municipio de Filipinas, así que si alguien sabe más y me quiere ilustrar sobre el tema... De Pérez de Guzmán puedo decir que era un aristócrata. ¿Se acuerdan cuando en la escuela se estudiaba a Guzmán el Bueno? Ese al que los moros le secuestraron a su hijo y le pidieron a cambio de su vida que le entregara la plaza que defendía, y el bueno de Guzmán, les arrojó su puñal para que lo degollaran en señal de que no entregaría la fortaleza. Pues este era descendiente de aquel, ¿queda claro? Pérez de Guzmán en Jerez, otra en Málaga, en Huelva... entre otras ciudades, pero estas tres son los que nos interesan. Jerez por su amistad con el general, Huelva porque este señor, además de ser un gran aficionado también cantaba, así que cuando estuvo en Huelva lo escucharon en fiestas privadas cantar “sus fandangos” y alguien lo acompañó a la guitarra al estilo de Huelva. Hubo una época en la que este fandango estuvo catalogado como de fandango de Huelva, pero, cierto día, otro alguien, conocedor a fondo de los cantes, descubrió que el famoso fandango de Pérez de Guzmán no era de Huelva, sino que pertenecía a los cantes de Málaga y más concretamente era un fandango abandolao creación de un artista conocido como El Cojo de Málaga, o sea, que el noble en cuestión resultó no ser tan noble, se dejó querer y se atribuyó la paternidad de la un cante que no había inventado. ¿Esto es plagio, o directamente algo más fuerte?

Me parece que hoy me he desmelenado y he dedicado mucho tiempo a la primera Llave de Oro del Flamenco, así que prometo que en las siguientes llaves seré más concreto e intentaré que me quepan todas en un solo artículo. Como podrán comprobar, mis intenciones son buenas.