Trece joyas que enamoran

Un lugar de ensueño. La comarca de la Sierra de Segura es un puñado de sensaciones cargadas de historia, gastronomía, turismo y naturaleza. Trece pueblos jiennenses que cuentan con lazos vecinales con Ciudad Real, Granada y Albacete. La mayoría de sus municipios pertenecen al Parque Natural de Cazorla, Segura y Las Villas.

Lo mejor para conocer sus encantos es dar un paseo por ellos. Se puede comenzar por Beas de Segura, donde Santa Teresa de Jesús y San Juan de la Cruz dejaron impresa su huella, con el primer convento de la fundación en Andalucía. La zona de La Villa con el santuario y las fiestas de San Marcos son lugares y celebraciones para no perderse. La cita es ineludible desde 1575 con las fiestas del Toro Ensogado. Un centenar de reses bravas recorren las calles, entre el fervor popular con el Evangelista San Marcos. La siguiente parada es en Arroyo del Ojanco, donde igualmente se celebran estas fiestas taurinas. El Centro de Interpretación de la Cultura Romana refleja la historia del municipio más joven de la provincia, donde hay que visitar el olivo más grande del mundo, en Fuente Buena. A un paso, el municipio de Puente de Génave, su historia más reciente está vinculada a la carretera Nacional-322, con sus puentes sobre el río Guadalimar, paso para el Levante. Hay que visitar la antigua fábrica de aceite La Vicaría, con su sala de exposiciones y el salto de agua de “La Central”. La ruta podría seguir por La Puerta de Segura, entrada natural al Parque Natural, transcurrir del río Guadalimar con un puente. En este lugar hay que hacer parada en el museo del aceite, artes y costumbres populares. El recorrido se centra ahora en un trío de municipios conectados por una carretera secundaria: Villarrodrigo, Génave y Torres de Albanchez. En Villarrodrigo el torreón con acceso por la Plaza Mayor es una de las joyas del municipio, que celebra fiestas, romerías y encierros. En Génave, los festejos taurinos en agosto y septiembre, con sus populares encierros, son fechas para perderse por un pueblo hospitalario en el que el visitante se sentirá como en casa. En Torres de Albanchez la parada es obligatoria. Allí, tras su restauración reciente, espera el Torreón, muy cerca de la plaza de la Iglesia y del Ayuntamiento. El viaje por la Sierra de Segura se detiene en Siles, para ver la Casa de la Tercia, El Cubo, la presa de Siles y el centro de interpretación de la Naturaleza y los Oficios del Bosque El Sequero. En otoño, las Jornadas Micológicas reúnen a aficionados de toda España. Espera Benatae en la próxima parada, el conjunto del municipio recuerda a la España profunda, las fiestas del Perdigón y sus encierros taurinos son el principal atractivo festivo, un momento adecuado para pasear y disfrutar. En el municipio de Orcera la estancia debe ser más amplia. La parroquia, el moderno Ayuntamiento, sus peculiares calles y la piscina más grande de España, con casi 100 metros de larga, merecen una visita tranquila. Finalmente, hay que terminar este paseo en otros tres municipios. Santiago-Pontones con el nacimiento del río Segura; el pantano de La Anchuricas; los campos de Hernán Perea; la Cueva del Agua, y un sin fin de rincones para disfrutar de ellos y de su gastronomía con el cordero segureño son un lugar que merece la pena. En su bajada, hay que parar en Hornos de Segura para ver el Castillo, el Cosmularium, la plaza del Ayuntamiento y la parroquia. Tampoco pasan desapercibidas las vistas al pantano de El Tranco. Y, finalmente, uno de los pueblos más bonitos de España, Segura de la Sierra. Allí, un recorrido por el Castillo, los Baños Árabes, la antigua Iglesia de los Jesuitas, el Ayuntamiento y su mirador, harán que el visitante quede prendado por esta comarca.