Entre el verde del olivar

Parroquia de San Juan Evangelista (Mancha Real)

10 may 2020 / 13:19 H.

Como islas en medio de un mar de olivos se alzan los pueblos y ciudades de la Comarca Metropolitana de Jaén, una provincia que atesora muchos encantos y que guarda lugares maravillosos, muchos de ellos por descubrir. El viajero que llega a Jaén atraído por sus paisajes, sierras, monumentos o gastronomía, queda prendado del rico valor turístico de la provincia, por la hospitalidad de sus gentes o por el encanto de cada uno de sus rincones, en los que el visitante llega a sentirse como en su propia casa.

Comienza esta ruta por algunos de los lugares maravillosos de la comarca, concretamente en la Santa Iglesia Catedral de la Asunción, sede episcopal de la diócesis. Concebida en el siglo XVI para sustituir al anterior templo gótico del siglo XV, la construcción se prolongó durante varios siglos, a pesar de lo cual la idea original se mantuvo. Destacan la sala capitular y la sacristía, que son la obra cumbre de Andrés de Vandelvira y una de las construcciones más importantes del Renacimiento español. También es sobresaliente su fachada principal, una de las más importantes obras del Barroco español, construida tras la consagración del templo en 1660. En su interior se custodia, entre otras obras de arte y objetos religiosos, la reliquia del Santo Rostro o «La Verónica», considerada el auténtico rostro de Jesucristo, que habría quedado plasmado en el lienzo con el que Santa Marcela le secó la cara durante su pasión. Está guardada en la Capilla Mayor y se expone a veneración pública de los fieles todos los viernes del año. Debido a su encanto, en 2008 se inició el procedimiento para que la catedral de Jaén fuese declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.

Desde la capital nos dirigimos al Castillo de La Guardia, todo un símbolo para este municipio. Declarado en 1993 como Bien de Interés Cultural, está considerado como una de las primeras fortalezas levantadas en los inicios de la invasión árabe a la Península, en el año 711. Posteriormente, pasó por profundas reformas y transformaciones, de tal manera que las principales se llevaron a cabo en el siglo XII y en el siglo XIV, esta última para acondicionarlo como residencia palaciega, cuando ya estaba en poder castellano. La Guardia de Jaén se sitúa en el extremo occidental de Sierra Mágina y en el valle del río Guadalbullón. Tiene una población de alrededor de 4.700 habitantes. El núcleo urbano está compuesto por casas blancas, así como empinadas y estrechas calles que merecen la pena recorrer.

Al otro lado de Jaén, al pie de la Sierra Sur, se sitúa en el termino municipal de Torredelcampo “Cerro Miguelico”, una zona de esparcimiento y recreo, junto al que se asienta el enclave natural del Bosque de La Bañizuela, declarado Monumento Natural por su amplia y variada riqueza en flora y fauna. En “Cerro Miguelico” encontramos restos de los primeros pobladores de Torredelcampo, como la Muralla Ciclópea, vestigio de un Oppidum Ibérico, un asentamiento fortificado establecido en el siglo VI a. C. y luego poblado por romanos, visigodos y musulmanes hasta, al menos, el siglo X, cuando servía de refugio a campesinos y representantes del estado. Dentro del cerro también se ubica la ermita de Santa Ana, donde el primer domingo de mayo se celebra la tradicional romería en honor de la patrona de Torredelcampo.

Este intenso y bello recorrido sigue en la parroquial San Juan Evangelista de Mancha Real, el edificio más significativo de este municipio. En su construcción y estética de su aspecto actual participaron los arquitectos más prestigiosos de los siglos XVI al XVIII como el propio Andrés de Vandelvira, Juan de Aranda o Eufrasio López de Rojas. El templo fue declarado Bien de Interés Cultural en 1983. Uno de los elementos más destacados de su arquitectura es la portada principal, de estilo manierista. Está labrada en piedra y se encuentra estructurada a modo de retablo. Llama la atención el arco de medio punto que abre la puerta y las columnas dobles que la flanquean. Resaltan también los motivos ornamentales, las pilastras y los frontones. Merece especial atención la torre de la iglesia, de base cuadrangular, cuyo segundo cuerpo es obra del arquitecto Ventura Rodríguez.

El viaje no puede finalizar sin hacer parada en la Peña de Martos, un privilegiado lugar que ha sido testigo de la historia de la provincia y que impresiona hasta en la lejanía. De esta forma, en Mengíbar, Villatorres o Fuerte del Rey, lo mejor es disfrutar de sus calles, sus gentes y, por supuesto, su gastronomía, muy ligada a ese oro líquido que tan bien saben producir los agricultores que habitan estas humildes tierras. En Mengíbar se puede ver la Casa de la Inquisición; en Villatorres alguno de los tres núcleos que la componen y su hermosos paseo y, en Fuerte del Rey, se puede aprovechar para disfrutar de los festejos en honor de la Virgen del Rosario. Completa el recorrido Torredonjimeno, cuyo casco antiguo fue declarado conjunto histórico en el año 2005, justificándose esta declaración por la presencia de varios edificios monumentales, las características de su arquitectura doméstica y el trazado urbanístico medieval.

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La Catedral de Jaén, obra maestra de Andrés de Vandelvira y fuente de inspiración para la construcción de muchas catedrales en Hispanoamérica, es considerada una de las obras más notables del Renacimiento en Andalucía y España. La primera Catedral de la ciudad se construyó sobre los cimientos de la mezquita aljama tras la conquista de la ciudad por Fernando III el Santo, en el año 1246.

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El Cerro Miguelico es un relieve geológico localizado en el municipio de Torredelcampo, a trece kilómetros de Jaén capital. Actualmente el cerro se emplea como zona de esparcimiento y recreación. Este lugar se encuentra en la última rama del macizo de Jabalcuz, que forma parte de la Sierra de La Grana. La cima tiene una altura de alrededor de 700 metros sobre el nivel del mar, cuya superficie abarca unos 70 metros de longitud.

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La Peña de Martos es una gran mole rocosa con forma troncocónica y en cuya cima se ubican las ruinas de una fortificación medieval, el Castillo de la Peña de Martos o fortaleza alta de la ciudad. Dada su situación, ha sido testigo de diversos acontecimientos a lo largo de la historia de Martos, así como la leyenda en la que según la Mitología Ibérica, La Peña era llamada la “tercera columna de Hércules” y la cual aparece en algunos escritos.

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El Castillo de La Guardia de Jaén se ubica en la ladera este del cerro San Marcos en dicho municipio, diez kilómetros al sureste de la ciudad de Jaén. En el conjunto defensivo se edificó un amplio recinto en tapial de tierra. El recinto se encuentra estructurado en dos espacios individualizados y bien definidos: El Alcázar y La Alcazaba. Esta configuración se mantendrá intacta tras la conquista castellana, efectuándose sólo modificaciones importantes en El Alcázar.

La iglesia parroquial de San Juan Evangelista, situada en Mancha Real, fue declarada cómo Monumento de Bien Cultural en 1983. Es el principal monumento del municipio y tiene una importante historia y especial arraigo entre los mancharrealeños que la ven cómo el máximo símbolo de la población, siendo una iglesia de perfil muy estilizado y característica su torre.