¿Cuarentena? No lo noté

22 mar 2020 / 12:11 H.

Resulta que ya han pasado más de cinco días desde que se activara el estado de alarma nacional y, si no fuera porque mi profesión implica estar informado al minuto y el amplio despliegue policial en cualquier parte, ni siquiera lo habría notado.

Me dispongo a contarles cómo ha sido mi última semana, no se puede decir que haya sido lo más interesante del mundo, pero tiene todos los ingredientes que hacen falta para cualquier guion de película: amor, desesperación, nostalgia y también algo de acción, aunque sin armas, no vayan a esperar más de la cuenta.

Mi semana, normalmente, comienza los viernes por la noche, ya que además de periodista hago mis “pinitos” como DJ. El pasado sábado se suponía que tenía actuación en mi pueblo natal, Villacarrillo, pero la situación empeoraba por minutos y el dueño del local decidió, sabiamente, anticiparse a todo lo que estaba por venir y cerrar sus puertas al público. Sin mucho que hacer y con un miedo que no dejaba de extenderse, decidí improvisar una especie de estudio en mi “ático”. No me tomen por pedante, es el nombre popular que usamos entre amigos para la casa de mi pueblo. Hablamos del fin de semana anterior a que se impusiera el estado de alarma, así que invité a un amigo para tener una noche de “conversación filosófica” junto a la chimenea. Recalco esto antes de que se me tache de irresponsable y cosas peores que escucho diariamente.

Visité a mi abuela, aunque sin acercarme en exceso, la situación lo requería. Tampoco es que me acercara mucho a mi pobre padre, que poco se mueve del sillón con su pierna rota, pero esa es otra historia. La noche de ese domingo, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, compareció para establecer el estado de alarma. Esto era previsible y yo ya tenía mis deberes hechos. Subí el arcón congelador amablemente cedido por la cofradía de Nuestro Padre Jesús de la Caída y Oración en el Huerto —fijénse, hay hasta religión en la historia—, y con la furgoneta de Zambú emprendí mi viaje de regreso a mi piso en la capital. Mi compañero de piso, también redactor de este periódico, ya había instalado su oficina de teletrabajo en la habitación de nuestro tercer compañero estudiante. Un tanto rara, por cierto, ya que, por si él no lo cuenta, está rodeado de tendederos de la ropa. Una vez conseguimos subir ese congelador de más de 20 kilos por las escaleras, después incluso de plantearnos subirlo con alguna especie de polea por el balcón, lo llené con comida previamente preparada por mi mamá, un cielo de mujer. No les aburriré con las típicas tareas del hogar del que regresa a su piso y todavía tiene complejo de estudiante, por muy lejos que quedé ya ese pasado, como, por ejemplo, ordenar esa leonera que tengo por habitación, pero sí podría incidir en el homenaje de cena que nos dimos esa noche gracias a Rosario Requena.

¿Cuarentena? No lo noté

Ya en lunes, momento en el que empieza la semana para el resto de los mortales, el cansancio comenzaba a notarse después de tanto ajetreo y estrés generado por la propia situación. Piensen que si ya estaba cansado entonces, cómo estaré mientras escribo estas líneas. No obstante, la primera semana de cuarentena en todo el país no dejaba lugar a dormir demasiado y a las ocho de la mañana ya estaba en la Redacción de Diario JAÉN para coger las riendas de la página web e intentar contar todas las historias de los jiennenses que se esfuerzan, que lo pasan mal, pero también las cosas buenas que ha traído esto. Simplemente el gesto de salir a los balcones a aplaudir a todos los sanitarios y trabajadores. Normalmente por eso me levanto cada día con una sonrisa y la fuerza necesaria para contarlo a Jaén, a España y al mundo entero. Mi rutina diaria pasa por nuestro periódico, mi perrita Artemis que, últimamente, quiere más a mi compañero, y un maltrecho sofá en el que paso algún que otro rato con la consola.

¿Cuarentena? No lo noté

No soy una persona acostumbrada a quedarse en casa y, ahora que es fin de semana, se echa mucho de menos a los amigos y, sobre todo, el poder estar con mi pareja aunque sea un rato en algún lugar. Les recomiendo la App “House Party”, ayuda bastante.

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