Destornillador

    22 dic 2019 / 10:07 H.

    El concepto de tornillo lleva dando vueltas por la historia desde Arquitas de Tarento (430-360 a.C) y de Arquímedes (287-212 a.C), pero la fabricación en serie es desde 1760 por Job y William Wyatt en Inglaterra. Otro hecho importante es que en 1841 comienza a trabajarse en la normalización de los pasos de rosca, que más o menos termina cumpliéndose en 1946. No creo que André, fuera conocedor de toda esta historia, ni tampoco de cuando se comercializaron los destornilladores a pilas, ni que tampoco supiera el nombre que tenían los distintos tipos de ranura: Plana, Estrella, Pozidriv, Torx, Allen, Robertson, Tri-Wing, Torq-set y Spanner entre otras. Lo que sí tenía era un destornillador a pilas con un surtido juego de cabezales. André no era un niño, arrastraba prácticamente los pies, tomaba ocho pastillas al día, había recibido una intervención en ambos ojos por cataratas y hacía tiempo que no se acordaba del nombre de muchas personas, además de tener que pararse obligatoriamente, por cansancio en las piernas. André deambulaba por la ciudad con un destornillador a pilas. Escogía el lugar meticulosamente: si tenía que ponerse el despertador a las tres de la mañana, para poder trabajar a su gusto, se lo ponía. Si tenía que echar un aflojalotodo los días de antes: lo hacía. Su objetivo único era desatornillar algo llevándose el tornillo a casa. Lo metía en una garrafa vacía de cinco litros, de las del agua mineral, y cuando la tenía llena cumplía con la ceremonia de llevarla al chatarrero. Así de simple. Y el chatarrero le preguntaba: ¿De dónde saca esto? Y André se encogía de hombros y contestaba: mirando al suelo. Es difícil encontrar y describir todos los mecanismos que podían justificar el comportamiento de André. Su trabajo de toda la vida fue el de estar sentado en un registro poniendo sellos y clasificando documentos. El caso, en definitiva, no implicaba añoranza alguna de oficio. ¿Quizás fuera el intento de arremeter contra una sociedad ajena a los sentimientos? Lucro no era porque con el dinero de la venta de tornillos, que llegaba de tarde en tarde, compraba una flores un cigarro Winston en una tienda de los chinos y se lo fumaba delante del nicho de su mujer después de haber colocado las flores. El pensamiento ante la tumba no está recogido en la declaración. Cuando el inspector le preguntó en varias ocasiones: ¿Y qué pensaba usted ante la lápida? Su respuesta fue el silencio. André fue detenido por las evidencias de una cámara de seguridad. Aceptó el pasar a una residencia para mayores y rechazó un reportaje periodístico a pesar de estar gratificado. Sin encontrarle destornillador alguno, en la residencia se han caído varios toalleros y una barandilla. De tarde en tarde se fuma un Winston en donde nadie le ve.