Con Ana Rossetti

05 ene 2020 / 12:01 H.

Con motivo de la velada poética prevista para el 8 de enero a las 21 horas en los Baños Árabes de Jaén. Ana Bueno de la Peña, pseudónimo de Ana Rosetti, nació en San Fernando (Cádiz), en 1950. Bien conocida por su obra poética, también ha escrito textos teatrales, un libreto para ópera (en torno a la figura de Oscar Wilde), novela, libros para niños y relatos. Su obra es una mezcla de erotismo, esteticismo y culturalismo.

Sus poemarios, entre otros, son Los devaneos de Erato (1980), Dióscuros (1982), Devocionario (1985), Indicios vehementes (1985), Yesterday (1988), Apuntes de ciudades (1990), Virgo potens (1994), Punto umbrío (1996), La nota del blues (1996), Ciudad irrenunciable (1998), La ordenación: retrospectiva (1980-2004), 2004 -Poesía completa-, Llenar tu nombre (2008), El mapa de la espera (2010), Deudas contraídas (2015). Ana Rosetti mantiene un liderazgo permanente debido a la expresión desenfadada y heterodoxa de un erotismo manifestado sin reservas. Se mantiene como sujeto de deseo capaz de romper con la arraigada tradición del petrarquismo y la visión androcéntrica del discurso amoroso tradicional. Se trata de una poesía erótica, que tendría su correlato narrativo en la corriente inaugurada por Almudena Grandes con Las edades de Lulú (1989), como indica Araceli Iravedra.

La poesía amorosa tradicional se subvierte ya que invierte los roles de la mujer y del hombre, con la construcción de un nuevo sujeto femenino; la elección de objetos eróticos dispares y novedosos, y el uso de la parodia y la ironía a la hora de presentar el mundo sensual, con la revisión y subversión de las tradiciones, como señala Julieta Haramboure. Se observa una evolución sucesiva del barroquismo o retoricismo de sus primeros libros (Los devaneos de Erato, Dióscuros, Devocionario, publicados en la década del ochenta), a la desnudez que presentan los poemas de, por ejemplo, Punto umbrío, de 1995. Su universo simbólico se relaciona con la mitología, pero la novedad radica en la amplitud de su abanico de referencias: mitos clásicos (representados en las figuras de Paris, Cibeles o Artemis), mitos cristianos (aparecen Santa Inés, Santo Tomé, San Esteban) y, lo más novedoso, la inclusión de mitos románticos y decadentistas, que refiere la vida de poetas, por ejemplo la de Keats, o al mundo del cabaret o del teatro. La poesía de Rossetti mantiene vínculos con otros lenguajes artísticos, principalmente con la pintura. Por ejemplo, su relación con la tradición decadentista alude a la corriente prerrafaelita, e incluso toma su seudónimo del principal representante de dicha estética, Dante Rossetti. Su comicidad se aprecia por ejemplo, en los consejos de una abuela sobre sexualidad, subvertidos con “Advertencias de abuela a Carlota y a Ana”; o en los recuerdos homosexuales del marido de la hablante en “Un señor casi amante de mi marido, creo, se empeña en ser joven”, incluidos en La Ordenación. Con El mapa de la espera (2010) y Deudas contraídas (2015) hablamos de su tercera etapa poética con un compromiso ético ante situaciones colectivas.