Cambios ya palpables

Un estudio constata que las alteraciones producidas por el calentamiento global afectan ya desde a la genética de las plantas y animales al funcionamiento global de los ecosistemas. Las salamandras ya lo padecen

20 nov 2016 / 11:34 H.

Un nuevo estudio publicado en Science revela alteraciones producidas por el calentamiento global que afecta desde a la genética de plantas y animales al funcionamiento global de los ecosistemas. Este estudio, con el que colabora BirdLife, asegura que estos cambios genéticos afectan a su vez a las redes de alimentación y generan “aún mayores” cambios y adaptaciones entre los seres vivos. “Las alteraciones del calentamiento global ya tienen consecuencias documentadas para los seres humanos: pesquerías impredecibles, cambios en el rendimiento de los cultivos, pérdida de diversidad genética en variedades de cultivos silvestres, y un creciente impacto de plagas y enfermedades, indica BirdLife.

En concreto, la investigación, liderada por la Universidad de Florida, muestra que un 80% de los 94 procesos ecológicos que forman la base para los ecosistemas marinos, de agua dulce y terrestres saludables ya muestran signos de estrés y respuesta al cambio climático.

El estudio, además, señala que algunas salamandras han reducido su tamaño alrededor de un 8% durante los últimos 50 años lo que equivaldría una reducción de 15 centímetros en los seres humanos. Asimismo, BirdLife señala que durante el mismo periodo, tres especies de aves paseriformes del noreste de Estados Unidos han disminuido la envergadura de las alas en un 4%. Los correlimos gordos, un ave límicola que se reproduce en el Ártico, tienen descendientes más pequeños, con picos más cortos, lo que afecta a sus perspectivas de crecimiento. Lo contrario les está sucediendo a algunos mamíferos en aguas más frías, donde un clima más templado significa más comida.

De la misma manera, el melanismo (ese exceso de pigmentación oscura que se observa en panteras negras o en cuervos) está decreciendo, ya que no favorece la necesaria termorregulación de los animales, que han de enfrentarse a climas más cálidos, como indica el estudio. Por otro lado, especies cuya determinación sexual se ve afectada por las temperaturas están teniendo cambios en el ratio sexual de sus poblaciones. Así, algunas especies de lagartos están incrementando la creación de machos, mientras ciertas especies de tortugas producen más hembras.

“Ahora tenemos evidencia de que con solo un grado de calentamiento global, ya se están haciendo sentir grandes impactos en los sistemas naturales. Los genes están cambiando la fisiología de las especies y características físicas como el tamaño corporal están modificándose. Las especies se están moviendo y observamos claros signos de ecosistemas enteros bajo estrés, todos ellos en respuesta a los cambios en el clima en tierra o en mar”, afirma el autor principal del estudio, Brett Scheffers.

El informe también refleja que la ornitología se está mostrando “muy importante” para comprender las consecuencias del calentamiento global. De acuerdo con el jefe científico de BirdLife International, Sturart Butchar, algunos de los mejores datos en impactos del cambio climático provienen de aves. “Por ejemplo, las tendencias poblacionales de aves en Norteamérica y Europa muestran una clara señal del cambio climático desde la década de 1980. Mientras algunas especies se han beneficiado, muchas más han sufrido declives”, señala. Además, BirdLife indica que aunque en España esta información sobre cambios genéticos no está presente, están apareciendo señales que indican que se están produciendo cambios en los patrones de distribución o migración de las especies. Así, el urogallo cantábrico es una especie a la que la subida de temperaturas parece no irle demasiado bien y el cambio climático se apunta como una de las causas de la situación tan delicada y alarmante en la que se encuentra.