Arreglo de la calle Mesones

Con mi naturaleza jaenera y vocación jaenciana, hace unos días pedí, por escrito a la Corporación Municipal de Jaén, que cambie el rótulo de la calle que en el siglo XV, cuando el arrabal de San Clemente y en el XVIII había constancia de que recibió el nombre de calle Mesones. Dicho esto, he de significar que en esta confluencia de Mesones con Roldan y Marín fue durante mucho tiempo, hasta fines del XIX, una especie de plazuela sumamente irregular, denominada según el diccionario de Madoz —año 1847— “La Pontanilla”, o “Siete Puentes”. Posteriormente, este lugar se conoció como he dicho la Fontanilla, quizás por la existencia en la pared de lo que fue la compañía telefónica y hoy un edificio haciendo esquina Mesones-Roldan y Marín, ambas vías urbanas de antiguo como hemos conocido: Mesones a partir de Los Molinos con una fuentecilla pública con pequeño pilón de piedra y caño de hierro fundido. Y en 1885 cuando se ensanchó la otra calle y se le puso el nombre de calle del Progreso hoy Roldán y Marín.

Haciendo un poco de historia, el por qué se anuló Mesones, dicen las crónicas que en 1928 se dedicó a la Reina doña María Cristina de Habsburgo, madre de don Alfonso XIII; en 1971 se le puso el nombre a Federico de Mendizabal, autor de la letra del himno o canto a Jaén de Abdón Emilio Cebrián. Pese a las variaciones, el pueblo prefiere las denominaciones de “Fontanilla” y sobre todo Mesones.

AQUELLAS CASAS. Ya que no podemos devolver a esta singular calle su origen primitivo respecto a sus casas en las que se abrían las típicas “puertas falsas”; casas señoriales de las calles de San Clemente y Matadero de raíz popular y costumbrista.

UN POCO DE HISTORIA DE SUS ALREDEDORES. Entre sus alrededores, no olvidemos la historia de este centro urbano jaenciano por excelencia. El cuartel de la Fontanilla fue caserón en que se acuartelaba la escasa guarnición en los siglos XVIII y primeros del XIX y el cuartel de la Remonta, así como en 1865 la fábrica de cal de Juan Espinosa; la de almidón de José Castillo; la esterería de Roque Ruíz; la taberna de Roque Some, el parador de carruajes de Nemesio Romano y en 1967, el lavadero público de María de la Cabeza, entre otros.

Ya en nuestra época, las escuelas nacionales números 13 y 15 que estuvieron situadas durante muchos años en la casa número 1 y en las que desempeñaron con enorme trascendencia popular su dilatada vida docente los maestros entre otros don Ismael Medina y don Guillermo Llera. En otro orden pero así lo escribe la historia, el trágico recuerdo del bombardeo de Jaén el 1 de abril de 1937 que causó muchas víctimas entre el habitual mujerío que solía rodear la fuente pública. El famoso establecimiento de vinos de “Casa Paredes”, una de las tabernas más famosas en el Jaén de los años 1910-1920. El chalet del ilustre médico don Fidel Álvarez, situado a comienzos de la calle, en la esquina del banco.

MI SUGERENCIA. Conocida parte de la historia de la calle más jaenera entre las del centro de esta Ciudad y como jaenero amante de las tradiciones, como he dicho, hace unos días escribí a la autoridad municipal competente solicitándole cambie el actual rotulo por otro que dice: Calle Mesones (dedicada a Federico de Mendizabal). Un cambio que aprovechando la obras en Roldan y Marín podía aumentarse con una remodelación total de esta calle peatonal con nuevo pavimento que cubra una isla de cubos subterráneos para la basura que puede ocupar el mismo lugar donde hoy están al exterior, aunque un poco más adelante o hacia atrás para poner en ese lugar una zona con medida única de un vehículo para carga y descarga de mercancías, ambulancias y equipajes de los vecinos. Ante la situación céntrica y la historia de esta calle, creo que se debía iluminar con farolas de pared de rico forjado de nuestra artesanía jiennense. Y finalmente aconsejar la instalación servicios y comercios eminentemente turísticos.