¿Un punto violeta ausente u omnipresente?

El Ayuntamiento mantiene que cada caseta ha sido “zona segura” y las feministas manifiestan su descontento

21 oct 2019 / 10:11 H.

En busca del Punto Violeta. Se anunció en los días previos a San Lucas, el Instituto Andaluz de la Mujer (IAM) en Jaén, la Concejalía de Igualdad y Participación Ciudadana del Ayuntamiento de Jaén y los propios caseteros presentaron la campaña “Solo sí es sí” para erradicar todo tipo de agresiones sexistas durante la Feria de San Lucas. El denominado Punto Violeta, que en otras ediciones consistió en un espacio físico y visible al que poder acudir ante cualquier posible amenaza, en esta ocasión ha tenido una versión diferente.

“Esta año hemos optado por no tener uno, sino muchos, cada caseta era un punto seguro en caso de agresión o amenaza, por ello todas, sin excepción, exhibían un letrero”. Cartelería que se creado este año como novedad y que se podía contemplar en las garitas con el objetivo de que los asistentes conocieran que era un punto seguro al que acudir. Además, según manifiestan desde la Administración local, se puso en marcha un protocolo entre los caseteros para que el personal supiera cómo actuar en caso de que se produjera una situación de peligro. Por otro lado, el personal de seguridad también estaba completamente informado. “Creemos que es más efectivo que existan muchos puntos preparados a lo largo de todo el recinto ferial antes que uno solo. Además, para esta edición hemos eliminado el botellón, una decisión importante, pues ponía fin a un punto de riesgo”, sentencian.

Sin embargo, no todos están de acuerdo con la decisión de prescindir del Punto Violeta físico. Desde el colectivo Feministas 8M Jaén consideran que esta iniciativa “ha sido insuficiente”. “Los puntos violeta se han quedado en un mero recordatorio del número de emergencias 112 colocado en la puerta de algunas casetas, donde si se piden más detalles, te remiten vagamente a Protección Civil”, publicaron en un comunicado. Al mismo tiempo, aprovecharon para “recordar a las autoridades sobre su responsabilidad de garantizar la seguridad” y consideran la iniciativa “postureo” y un “afán de darle a la organización de la feria su barniz feminista pero sin llegar al fondo de la cuestión”.