Sin poder volver desde Paraguay

El jiennense Tomás Campoy y su esposa, Carlina Vega, tenían pensado regresar mañana, pero no tienen avión

02 abr 2020 / 12:43 H.
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Desesperados y atrapados. Desde que se decretara el estado de alarma, en el país, son varios los jiennenses que han compartido sus historias de angustia al no poder volver a casa y estar a miles de kilómetros en plena pandemia mundial. En el caso de la pareja formada por Tomás Campoy y Carlina Vega, se encuentran en Asunción, una ciudad de Paraguay, a la que suelen ir un par de veces al año, pues ella es de la zona. En esta ocasión, tenían previsto regresar mañana, pero en vista de la situación en la que estaba inmersa España decidieron adelantar su vuelo para el pasado 14 de marzo. “Tuvimos la mala suerte de que el día anterior, el 13, se decretó el estado de alarma en el país, por lo que fue el último vuelo de Paraguay a España con nuestra compañía y no hemos podido tomar otro porque aquí los aeropuertos también están cerrados”, relata el jiennense.

Desde entonces se encuentran en una situación muy complicada, pues los hoteles y restaurantes en la zona también han bajado la persiana por culpa de Covid-19. La parte positiva es que su mujer es paraguaya, por lo que han podido quedarse con unos familiares, pero la preocupación no cesa. “Tenemos una gran incertidumbre sobre cómo y cuándo vamos a volver, aunque estamos en contacto con el consulado, pero todo se queda en bonitas palabras porque dependemos del Ministerio de Exteriores”. Además, el nerviosismo se ha acrecentado tras conocer que sí que hay países que están repatriando a sus ciudadanos. “Hace unos días se facilitó un avión por parte de Alemania, había hueco y fueron otros 11 españoles. La Unión Europea dijo que era un vuelo sufragado por ellos, pero los españoles han tenido que pagar su billete en turista, por lo que nos sentimos humillados tras ver el trato de favor que se está haciendo con algunos europeos”, manifiesta.

Mientras tanto, ellos están en contacto con otros españoles en situaciones parecidas en Paraguay, algunos desesperados pues “no pueden aguantar más el golpe económico que ha supuesto tener que quedarse”. Otros han decidido cambiar de país con la esperanza de poder llegar a España, pero sin ningún tipo de garantías. En esta situación, mantener el ánimo se hace casi imposible, pero Campoy, nacido muy cerca de la Catedral, define a los jiennenses como “tipo duros” capaces de aguantar situaciones límite como las que están viviendo, aunque tampoco hay que olvidar la cantidad de información desesperanzadora que les llega.

De la misma manera, están muy inquietos por las infraestructuras de un país como Paraguay pues no son como en España y que la sanidad tiene un elevado coste. “Una habitación de UCI cuesta a diario unos 2.200 euros, además no me quieren renovar el seguro de viaje”, destaca.

Sin embargo, y cumpliendo ese dicho que asegura que en situaciones límite, se observa a las mejores personas no se olvida de sus paisanos: “Aquí hay bastante material sanitario, por eso estamos recopilando lo que podemos para poder llevarlo a Jaén y ayudar a quienes los necesitan”. Para él y su mujer, solo tiene un deseo, “volver a su querido Jaén, a su hogar con sus hijos y nietos”. Por ello, desde que comenzara esta pesadilla no se despegan del teléfono con la esperanza de recibir la ansiada llamada que les confirme su vuelva a casa.

Jaén