La ganadora del diseño de las paradas recuerda su autoría

María Ángeles Ordóñez quiere actualizar los diez paneles que ganó en concurso

28 dic 2019 / 11:18 H.
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Vive, actualmente, fuera de España, pero sigue muy de cerca todo lo que acontece en su tierra y, sobre todo, con lupa mira las noticias que tienen que ver con la puesta en marcha del tranvía. La última novedad, el convenio que la Junta de Andalucía envió al Ayuntamiento de Jaén, hizo que María Ángeles Ordóñez descolgara el teléfono para recordar que ella hizo un trabajo, por el que ganó un concurso, que quiere que no quede en el cajón del olvido. Fue la autora del diseño de las diez paradas que tiene la primera línea tranviaria de la capital, que discurre por un trazado de 4,7 kilómetros. La joven jiennense, que en el momento en el que participó en el certamen municipal era una universitaria con veinte años, reclama a los representantes políticos que tengan en cuenta la decoración que ella trazó y que eligió un jurado con representantes del Ayuntamiento, la Universidad de Jaén y la empresa Alstom. Ahora bien, le gustaría actualizarla.

Fueron diez personas las que participaron en un concurso que financió la empresa que construyó las cinco unidades tranviarias. Recibieron un libro electrónico como regalo, aunque la ganadora se llevó un cheque de mil quinientos euros canjeable en compras en El Corte Inglés, entregado en un acto público, celebrado en marzo de 2011, presidido por la entonces alcaldesa, Carmen Peñalver. El trabajo seleccionado tiene como objetivo principal que los ciudadanos y futuros usuarios de este medio de transporte relacionen los nombres de cada parada con el entorno en el que se ubican y con un tono de color propio. Por ejemplo, la terminal situada en frente del Hospital Neurotraumatológico, llamada de la salud, cuenta con un dibujo de una manzana y colores cálidos. Por contra, la de la Plaza de la Concordia, denominada del Parque, está representada por dos espadas enfrentadas y tonos azules por la fuente allí instalada. Y, así, hasta diez paradas, desde la de Roldán y Marín hasta la de las cocheras de Vaciacostales. María Ángeles Ordóñez recuerda que no se presentó al concurso para ganar un premio físico, porque confiesa que ni siquiera sabía cuál era el premio, sino que lo hizo para aportar su grano de arena a una infraestructura que regaló aires de modernidad a su ciudad. Eso sí, lo único que le queda de aquel día que recibió el galardón son las fotografías que ella misma hizo de sus diseños y los recortes de este periódico en el que salió publicada la información, ya que, nada más entregar su trabajo, pasó a manos de la Administración local, propietaria de todos los derechos. Después, nadie más se puso en contacto con ella y, en este sentido, se teme lo peor: que se haya perdido el diseño de las diez paradas que tantas noches la tuvo en vela.

Jaén