Farolillo rojo para la enfermería

El colectivo reivindica más dotación de plantillas, estabilidad y mejor salario

20 nov 2019 / 11:34 H.
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En Jaén hay 290 enfermeras (en la profesión trabajan mayoritariamente mujeres) por cada 100.000 habitantes; en Andalucía, 459; en España 580 y en Europa 808. En este ranking, Jaén es la última provincia no solo de España, sino de la UE en la ratio enfermera/habitantes. Este “farolillo rojo” acarrea excesivas cargas de trabajo y pérdida de calidad asistencial. Es una de las conclusiones centrales de un informe del Consejo Andaluz de Colegios de Enfermería basado en una encuesta realizada el pasado mes de mayo y presentado ayer tras la conclusión del proceso electoral para que no se interpretara con una interferencia. Lo explicó José Francisco Lendínez, presidente del Colegio de Enfermería de Jaén, acompañado de las vocales de su junta de gobierno, Isabel Fernández e Isabel María Quesada.

La encuesta analiza la situación de la profesión y sus principales demandas en Andalucía y la provincializa. Hay 4.300 colegiadas y colegiados en la provincia. Sus principales demandas, que surgen de las preocupaciones fundamentales que detecta la encuesta, son el aumento de plantilla para converger con la ratio española. Haría falta contratar a otros 1.682 profesionales. Mejora del salario, y estabilidad en el empleo: “hay mucha interinidad y eso da inseguridad”, dice el presidente. La situación “es insostenible” y hay que añadir a este escenario el desarrollo de especialidades como tienen cualquier carrera, mejor cobertura de vacaciones o las agresiones, que no cesan.

El informe destapa un dato muy relevante, que destaca el presidente del Colegio: “Más del 90% encuestado asegura que no se jubila más allá de los 63 años, aunque pierda dinero, porque están muy quemadas por todos los factores apuntados”. Los más negativos se concentra en la atención hospitalaria y los más positivos en la atención primaria (centros de salud). Las quejas por la carga de trabajo es del 88,5%, mientras que un 72,1% dice que su sueldo ha empeorado. “Los salarios están entre los más bajos de España”, apostilla Lendínez. La fuga temporal, y obligada, de los recién titulados plantea una sangría de capital humano y económico que no es tolerable para la institución colegial. “Cuando terminan la carrera la mayoría tienen que irse a otra comunidad, a trabajar. Después vuelven cuando tienen puntos suficientes”, explica. “Formar a un profesional cuesta 24.000 euros, se van y eso beneficia a otros”. Cita otra situación en la que se sienten ninguneados. Propusieron crear la figura del Director General de Cuidados. “Hablar de cuidados es hablar de enfermería y, con todos los respetos, han puesto en el cargo a un educador social, y ahí sigue nueve meses después”, ironiza. Las soluciones que apunta van directas al presupuesto de la Junta: “En Andalucía hay menos presupuesto per cápita que en otras comunidades”, sostiene. Y sobre el desarrollo de especialidades, los tiros van al mismo sitio. “A una enfermera especialista hay que ponerla donde corresponde, si no hay especialidad, vale para todo...”, explica gráficamente Lendínez.

Entre los aspectos positivos del informe están los elevados grados de satisfacción de los profesionales en sus relaciones con los pacientes y sus familiares. Con los médicos solo el 23,3% dice que ha mejorado la relación.

“Nuestro sistema era el mejor. Tenía el sello de Thatcher en la asistencia hospitalaria, y el cubano en atención primaria. Thatcher forzó las listas de espera y se cargó el de su país. Cuando al paciente no se le atiende recurre a la póliza privada... En Jaén se han multiplicado estas pólizas exponencialmente”, concluyó.

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