Corazones de color naranja

Protección Civil homenajea a los pequeños y presta ayuda a los mayores

07 abr 2020 / 11:07 H.
Ver comentarios

La ronda de cada día. Ellos no lo reconocerían, incluso huyen de los halagos, creen que solo cumplen con su labor, aunque sea mucho más que eso, son bondadosos, saben que hay gente que los necesita y simplemente les ofrecen su ayuda, la que nace de la bondad de unos corazones anaranjados, de los mismos que dan vida a los voluntarios de Protección Civil en Jaén. Desde que se estableciera el estado de alarma, los más de 65 miembros de la organización han sido los encargados de repartir el material de protección donado, de particulares y administraciones, a residencias, centros de mayores, hospitales y demás establecimientos, a los que desde hoy se unen los pequeños comercios de la ciudad.

Además, esta semana también han ampliado sus labores. Para ello, han puesto en servicio un número de teléfono al que pueden acudir todas las personas mayores en situación de vulnerabilidad, para solicitar que se les haga la compra. De esta forma, un grupo de voluntarios de Protección Civil se pone en marcha y adquieren todo lo que necesita el usuario que los haya requerido. La primera en estrenar este servicio fue Francisca Pulgar, que cumplirá 83 primaveras en unos días y que reside sola en el barrio del Polígono del Valle. “Estoy muy contenta, se han portado muy bien conmigo y no se han equivocado en nada”, relató mientras algunos de los voluntarios le dejaban la compra en la puerta. Ella, que insistía en darles propina que ellos no aceptaron, les sonreía como si de sus familiares se tratasen y les ofrecía su agradecimiento infinito mientras erizaba la piel de quienes contemplaron la escena.

Lo que no esperaban Javier Maña, Juan Cruz, Álvaro García, Antonio Quesada, David Arjona, Antonio Jódar y Rafael Alcázar, los siete miembros del turno de tarde en la jornada de ayer, era lo que pasaría a continuación. Al volver a los vehículos se encontraron con el aplauso sincero de todos los vecinos que adelantaron la rutinaria quedada de las ocho para dedicarles un homenaje particular a quienes hacen esta pesadilla mucho más llevadera.

Sin embargo, las “capas mágicas” del grupo tenían mucho más que ofrecer y, de los más sabios, pasaron a prestar sus servicios a la cantera jiennense. La manera de hacerlo es sencilla, aquellas familias que tengan hijos que vayan a sumar una vela en sus tartas durante el estado de confinamiento, pueden ponerse en contacto con la organización mediante las redes sociales para que los voluntarios vayan hasta los hogares de los pequeños, de entre 5 y 12 años, con el fin de cantarles en directo un original cumpleaños feliz. Además, les harán entregar de un diploma por el comportamiento ejemplar que están manteniendo, junto a una fotografía del grupo con el cumpleañero. Los protagonistas de la jornada de ayer fueron Marwa, Jorge y Lucía, que apenas podían creer la escena que les habían preparado sus padres. Lo mismo les pasó a los vecinos, que asustados por las sirenas acudieron a sus ventanas, para terminar por unirse a la melodía al son de palmas y baile.

No contentos con ello, también prestan apoyo en la ampliación del Centro de Transeúntes, para que a ninguna de estas personas les falte lo necesario en estos complicados días. Por último, también recorren las calles de la capital lanzando mensajes mediante sus altavoces, para “animar a seguir cumpliendo con el confinamiento en las próximas semanas”. “Cada vez se hace más duro y algunas personas se relajan por lo que nuestra labor es recordar la importancia de quedarse en casa”, declaran algunos de estos héroes de naranja entre trayecto y trayecto. Además, aprovechan la ocasión para “lanzar un mensaje para todos aquellos que los necesiten, que no duden en llamarles, pues acudirán de inmediato”. Sobre la labor que desarrollan desde que se desatara la pandemia, destacan: “Nuestra función hasta ahora se ha desarrollado con normalidad, ninguno de nuestros compañeros se ha contagiado y hemos podido aportar nuestro grano de arena que es el objetivo”. Y así, entre risas, mascarillas, listas de la compra y amplias sonrisas de los pequeños de cada casa, pasan los días para otro grupo de héroes que tampoco necesitan capa.

Jaén