Economista y licenciado en Ciencias Económicas y Empresariales por la Universidad de Jaén, Rafael Peralta analiza la situación en la que se encuentran los municipios de la provincia, en las necesidades de encontrar medidas que ayuden a sus habitantes y fomenten la búsqueda de riqueza para los mismos. A su vez, reflexiona sobre la crisis sanitaria y, por ende, económica en la que se encuentra la provincia tras la covid-19, así como la necesidad de potenciar el turismo interior.

—¿Cuáles son las claves para potenciar la economía en los municipios y lograr que el éxodo rural se frene?

—La provincia de Jaén es modélica en cuanto al desarrollo territorial. Solo el 17,41% de la provincia vive en la capital. La media en España es de un 31,96%. Otras provincias como Sevilla el porcentaje es del 35,5%, o Zaragoza con un 70% de la población reside en la capital. Los municipios en la provincia de Jaén son de mediano tamaño y podríamos definirla como un territorio de pueblos medianos muy bien interrelacionados. La economía que ha permitido este desarrollo se basa principalmente en la agricultura y una pequeña industria local. Es clave para potenciar esta economía que el precio del aceite de oliva repunte y genere rentabilidad a las explotaciones, que se desarrollen industrias y que el sector turístico sea una verdadera fuente de ocupación e ingresos. De forma paralela consideramos clave que exista una excelente red de comunicaciones tanto terrestres como de telecomunicaciones.

—Cuando se habla de la provincia, se suele hablar sobre el olivar, pero existen otras industrias alternativas por Jaén, ¿cómo se pueden potenciar para llegar a más personas?

—A corto plazo sólo caben medidas que se basen en incentivos directos a determinadas actividades. El resultado es muy positivo y en el peor de los casos genera aprendizaje asociado al emprendimiento. A medio y largo plazo debemos invertir en líneas de educación dual que permitan a jóvenes deseempleados a ser competitivos en determinadas industrias. En este sentido destaco la orientación hacia la industria agralimentaria y llegar hasta consumidores exigentes que demandan productos ecológicos y de dieta mediterránea.

—Tras la llegada de esta crisis, ¿cuáles pueden ser los puntos a tratar para paliarla y que los pueblos no se vean perjudicados?

—Este año nos vamos a dar cuenta del potencial tan grande que supone tener un turismo interior bien desarrollado. Los turistas que decidan visitarnos deben quedar satisfechos. Debemos insistir en que lo que quieren vivir son experiencias. Debemos acompañar el alojamiento con experiencias vitales e inolvidables como la gastronomía, la cultura o el contacto con la naturaleza más inaccesible. Nos interesa atraer al turista de renta media y alta y el paisaje no es suficiente reclamo para que repita. También es una importante oportunidad todo lo que se relaciona con ecologismo, con lo que los municipios deben explorar estas potencialidades. No debemos olvidar que las pymes son los agentes que más empleo generan y, por tanto, más van a contribuir a asentar a la población en su entorno. Debemos detectar sus necesidades, ya no sólo financieras, sino de las capacidades humanas que requieren para llevar a cabo su estrategia. No podemos olvidar que esta crisis también generará oportunidades para el teletrabajo. Muchos directivos preferirán montar su central de negocios en su domicilio, en cualquier pueblo de la provincia de Jaén, rodeados de salud y ecologismo y alegarse de las colmenas que suponen los edificios de oficinas de capitales financieras.

—¿Cree que las energías renovables deben ser un enfoque para la economía de las comarcas?

—Absolutamente de acuerdo. Principalmente por dos motivos, uno la rentabilidad económica y otro la social. La primera será mayor en la medida en que el precio del petróleo sea elevado. La social, porque nuestro planeta debe frenar urgentemente la emisión de dióxido de carbono a la atmósfera que está provocando un efecto invernadero de consecuencias perniciosas. La industria del petróleo siempre tendrá margen para retrasar la implantación de las renovables, con lo que esta medida debe imponerse con un calendario de prohibiciones a nivel gubernamental.

—¿Cómo se puede potenciar el emprendimiento en los pueblos y las generaciones más jóvenes como manera de evitar el éxodo rural?

—La formación es lo que más contribuye a la capacitación técnica y por tanto a la viabilidad de las empresas. Es por esto que la formación profesional dual tendrá un papel clave en las decisiones que tomarán los jóvenes. La ubicación geográfica de la empresa no debe ser un hándicap en la mayoría de los sectores gracias a las vías de comunicación.

—¿Cuáles son las claves para vivir bien en los pueblos o dicho de otra forma, qué les falta o que se puede añadir para que la población joven no quiera irse?

—No podemos frenar la despoblación a base de subsidios. La clave es que tengan acceso a riqueza económica y cultural. Se dice que uno es de donde pace y no de donde nace. El lugar donde trabajen va a ayudar a establecer la residencia, por eso hay que empezar por ahí con facilidades al acceso de la vivienda. Pero no podemos olvidar cuestiones emotivas, como los vínculos sociales, a través del deporte, la cultura, y en definitiva a la posibilidad de hacer en el pueblo casi todo aquello que se pueda hacer en cualquier gran ciudad con la ventaja de estar rodeado de tranquilidad y naturaleza.

—A nivel más general y en base a esta grave crisis sanitaria y económica, ¿cómo ve el uso del teletrabajo?, ¿cree que se implementará como una actividad normal?

—Esta crisis va a cambiar de forma radical los procedimientos para desarrollar nuestro trabajo. El Teletrabajo ha llegado para quedarse. Para que seamos beneficiarios de esta oportunidad debemos tener buenas comunicaciones tanto terrestres como de telecomunicaciones.

—¿Cómo cree que afectará esta crisis a los pueblos? Tanto grandes empresas ubicadas en los municipios como al pequeño sector que trabaja en estos pueblos.

—Lamentablemente el dibujo de esta crisis no tendrá la forma de V que preveíamos en una primera fase de negación. La excesiva duración del confinamiento hará que el dibujo sea más parecido al logotipo de nike. Es inevitable que la economía y el empleo lo padezcan en este año 2020-2021. Si las expectativas de campaña oleícola son positivas tendremos empleo y generará optimismo, tan necesario en estos momentos. A medio plazo las cosas volverán a la normalidad y lo que habrá que aprovechar son las nuevas oportunidades que esta crisis va a dejar.

—¿Cree que las medidas que se están llevando son las adecuadas para que la provincia y las empresas no se resientan demasiado con la crisis?

—Son adecuadas, pero tardías. Durante el primer mes a la incertidumbre se le acompañaban con medidas parciales que generaban intranquilidad. Los aplazamientos en las liquidaciones de tributos llegaron apenas cinco días antes de su vencimiento y sólo para empresas con un volumen de facturación inferior a 600 mil euros. Es importante que el sistema productivo no fallezca y que en el momento de la desescalada pueda reactivarse sin problema. Ahora sería bueno flexibilizar las incorporaciones de los trabajadores que están en el ERTE en la medida en que la actividad se va recuperando. EL problema es que todas estas políticas se deben financiar con dinero público y eso va a generar una deuda que requerirá actuaciones de difícil tratamiento.

—¿Qué nuevas tecnologías cree que se deben implementar dentro de la provincia y las empresas para que los pueblos y sus gentes se beneficien y no opten por abandonarlos?

—Cualquier tecnología que exista en cualquier parte del mundo. No debería existir límites al acceso a los avances de la humanidad independientemente del lugar donde se resida. De hecho, deberíamos potenciar los centros tecnológicos que existen en la provincia para que la investigación genere más oportunidades de innovación y desarrollo.

—¿Cómo está afectando esta crisis en los colegiados?

—La profesión de economista es multidisciplinar. Tenemos colegiados en el ámbito de la auditoria de cuentas, del asesoramiento fiscal, del laboral, concursal forense, del marketing, del asesoramiento financiero, de la enseñanza, etcétera. El impacto es diferente dependiendo de cada subsector. Los que trabajan en del asesoramiento a empresas están absolutamente desbordados. En general, estamos estudiando todas las novedades que afectan a la relación de particulares y empresas con la administración con motivo del estado de alarma, para dar una respuesta rápida. Lo que sí tenemos en común es la necesidad de implementar instrumentos que nos permitan trabajar desde casa en entornos seguros.

—¿Cuál cree que va a ser la solución para ir creciendo?

—Lo más importante es evitar que el sistema productivo muera. Es vital que las empresas tengan capacidad para reactivar sus negocios. Para ello es fundamental que las medidas que se ponen al servicio de las empresas sean eficaces. Las medidas que se han tomado en España para la protección de las empresas son de menor calado que las llevadas a cabo en otros países de la Unión Europea.