Las pruebas de genocidios en Irak, en peligro

Los incendios en el norte del país podrían borrar muestras claves

    18 jun 2019 / 09:01 H.

    La activista yazidí Nadia Murad, ganadora del Premio Nobel de la Paz, advirtió de que los incendios registrados en las últimas semanas en el norte de Irak podrían destruir pruebas clave del genocidio cometido por el grupo yihadista Estado Islámico.

    Murad, quien fue secuestrada en 2014 por los yihadistas y convertida en esclava sexual, logró huir y se convirtió en una de las principales voces de la comunidad yazidí en su denuncia contra las atrocidades cometidas por el grupo.

    La activista resaltó que las llamas quemaron algunas de las 79 fosas comunes halladas hasta ahora en la región iraquí de Sinyar, donde se encuentran cientos de civiles ejecutados por Estado Islámico, incluidos familiares suyos.

    El grupo irrumpió en Sinyar en 2014 y masacró y secuestró a miles de miembros de la comunidad yazidí iraquí, en lo que Naciones Unidas describió como un genocidio.

    Murad indicó en declaraciones concedidas a la Thomson Reuters Foundation que, cinco años después, el genocidio continúa, debido a que la mayoría de los yazidíes siguen en campamentos de desplazados y sin poder regresar a sus viviendas, mientras que cerca de 3.000 mujeres y niñas secuestradas están en paradero desconocido.

    Investigadores de la ONU empezaron a exhumar los cuerpos de varias fosas comunes para recabar pruebas, si bien la activista resaltó que las mismas no se encuentran adecuadamente protegidas.

    “Ha habido incendios, también en Kocho, mi localidad natal, y algunas de las fosas comunes se han quemado. No sabemos cuántas”, dijo. “Todas estas personas inocentes fueron asesinadas y durante los últimos cinco años no hemos logrado que se les haga justicia. Ahora que las fosas comunes se están quemando tememos que desaparezcan las pruebas”, explicó.

    Murad está trabajando con la abogada pro Derechos Humanos Amal Clooney para llevar a juicio a miembros de Estado Islámico por los crímenes cometidos contra los yazidíes, a los que los yihadistas consideraban herejes.

    La activista, quien fue secuestrada junto a sus hermanas y varias sobrinas y amigas, fue retenida en Mosul, donde fue torturada y violada antes de que lograra escapar.