La mayoría de migrantes volverían a viajar a Europa

Repetirían aún siendo conscientes de los peligros que conlleva

    22 oct 2019 / 08:50 H.

    Un 93 por ciento de los migrantes africanos que viajaron de forma irregular hasta Europa estarían dispuestos a volver a emprender el camino, aun siendo consciente de los peligros que ello supone, según un estudio del Programa de la ONU para el Desarrollo (PNUD), que llamó a un “debate crítico” sobre este tipo de fenómenos. El informe, elaborado a partir de entrevistas a migrantes de 39 países africanos repartidos en 13 Estados europeos, elabora un perfil común de estas 1.970 personas, que comparten haber llegado a Europa de forma ilegal y no por razones de asilo o protección, sino con un objetivo de desarrollo personal y económico.

    Todo ello a pesar de que se trata de personas que no necesariamente vivían en situaciones de pobreza, ya que un 58 por ciento de ellos tenían un empleo o estudiaban en el momento en que decidieron abandonar su país. La mayoría de ellos, de hecho, trabajaban y ganaba sueldos relativamente competitivos, según la agencia de la ONU. Alrededor del 53 por ciento de las personas entrevistadas reconoce que recibieron ayuda de familiares o amigos para poder emprender el viaje y tres de cada cuatro envían remesas a sus países para ayudar a su entorno más cercano, a pesar de que ello pueda suponerles empeorar su calidad de vida. La mitad afirma que no gana lo suficiente, un 38 por ciento asegura que ingresa lo justo y solo un 12 por ciento llega al nivel del ahorro. Para muchos de ellos, la vergüenza de no ser capaces de enviar el suficiente dinero a sus familias es el principal factor para seguir trabajando en Europa. “Si tienes una familia, tienes que asegurarte de que tienen comida, techo, medicinas y educación”, explica Yerima, padre de una niña pequeña. “La gente podría preguntarme qué tipo de padre soy para dejar atrás a mi mujer y a mi hija. ¿Pero qué tipo de padre sería si me hubiese quedado y no les pudiese dar una vida decente?”, pregunta.

    El informe, no obstante, detecta diferencias entre hombres y mujeres, y no en el mismo sentido que en África. Si en origen las mujeres ganan de media un 26 por ciento menos que los hombres, en Europa la balanza se invierte e ingresan un 11 por ciento más que los migrantes varones.