Traspié con la mente en Roma 2-1
Patricio Lagomarsino (Efe) /Palma
El Mallorca deslució la fiesta del Barcelona por el doblete —campeón de Copa y Liga— al infligirle la cuarta derrota de la temporada, aunque los de Pep Guardiola pudieron evitarla en el último minuto del tiempo de añadido con un penalti fallado por Eto’o.
Patricio Lagomarsino (Efe) /PalmaEl Mallorca deslució la fiesta del Barcelona por el doblete —campeón de Copa y Liga— al infligirle la cuarta derrota de la temporada, aunque los de Pep Guardiola pudieron evitarla en el último minuto del tiempo de añadido con un penalti fallado por Eto’o.
Lo que era una fiesta del Barça en el Ono Estadi acabó, al final, con la euforia desatada en la filas baleares, que remontaron el gol del camerunés en la primera parte con uno de Arango y otro de Cléber. El Mallorca sigue invicto en la segunda vuelta en casa.
El doblete azulgrana y la permanencia mallorquinista aplazó el debate futbolístico en la primera parte para dar paso a una gran fiesta en la gradas, con banderas y cánticos, en una tarde plácida, calurosa, que invitaba más a la playa, y totalmente desprovista de tensión competitiva.
En el Ono Estadi no había nada en juego y eso se notó en las alineaciones de los dos equipos, plagadas de ausencias, y en el mismo desarrollo de un partido jugado, en muchas sus fases, al ritmo de un entrenamiento.
El Mallorca se había exigido mantener la imbatibilidad en su estadio —no pierde desde el 11 de enero ante el Real Madrid (0-3)— en la segunda vuelta, pero debía superar la ausencia de sus principales referencias defensivas, Nunes y David Navarro, lesionados. Con una zaga improvisada, el equipo de Gregorio Manzano pagó esa circunstancia con el gol de Samuel Eto’o (minuto 10), que cabeceó sin oposición el balón a la red para sumar su gol número 29 en esta Liga. El Barcelona, con la mente ya puesta en la final de la Champions League, el próximo día 27 en Roma contra el Manchester United, tampoco quería estropear sus estadísticas en el Ono Estadi, donde ha ganado en sus últimas siete últimas visitas.
Pep Guardiola dio descanso a la mayoría de los titulares y alineó a los no habituales, como Martín Cáceres, Alexander Hleb, Eidur Gudjohnsen junto a dos jugadores de filial, el meta Oier Olazábal y el centrocampista Xavi Torres. También jugaron Dani Alves y Abidal, bajas en Roma por sanción, y Eto’o, que busca el trofeo al máximo goleador de la Liga.
El dominio azulgrana fue, a ratos, absoluto. La velocidad de Pedro y la habilidad de Bojan causaron auténticos estragos en los primeros 25 minutos. Eto’o (15’ y 23’) pudo aumentar el marcador, al igual que Hleb (43’), que disparó al cuerpo de Moyá cuando lo encaraba libre de marcaje. El Mallorca buscó mucho a Jurado y Keita, pero apenas se acercó a la meta defendida por Oier Olazábal. El único remate balear se registró en el minuto 33, precisamente, a través de Jurado, cedido por el Atlético.
El Barcelona pudo sentenciar el partido en la primera parte, pero se encontró con un espléndido Miguel Ángel Moyá, quien, salvo el cabezazo de el ex mallorquinista Eto’o, lo paró todo. El conjunto rojillo salió con más ganas en la reanudación, con más actitud, dispuesto a no seguir siendo un convidado de piedra en la fiesta azulgrana y a hacerse fuerte de nuevo en su estadio.
INTENTÁNDOLO TODO. Las ocasiones seguían siendo del Barça, y especialmente de Eto’o, que se desesperaba con cada parada de Moyá que le impedía aumentar su saldo en el trofeo pichichi. El camerunés, con la complacencia de Dani Alves, lanzó hasta los saques directos (60’) para marcar, pero sin éxito.
En el minuto 71, el venezolano Juan Arango falló de forma estrepitosa al estrellar un remate en el cuerpo del meta Oier, pero poco después, el sudamericano enmendó su error marcando un golazo de falta directa.
El empate dio alas al Mallorca y dejó aturdido al Barcelona, que hasta ese momento jugaba a placer. Poco después, un cabezazo de Cléber Santana originó el delirio en las gradas del Ono Stadi. Se había consumado un 2-1 que muy poco hubiesen imaginado viendo el desarrollo del partido. Así y todo, Eto’o pudo empatar con un cabezazo que se estrelló en el larguero en el minuto 90 y fue el gran protagonista de la jugada final, un penalti que él mismo había provocado y que estrelló en el palo derecho de la portería de Moyá.