La Pandera encumbra a Cunego y hace más fuerte a Valverde

José Eugenio Lara / Jaén
El alto de La Pandera encumbró al italiano Damiano Cunego como el mejor escalador de la Vuelta, con su segundo triunfo, y fortaleció al español Alejandro Valverde en su lucha por conquistar la ronda española. Cunego se exhibió y Valverde encontró el aliento en el sufrimiento extremo y se rehízo en las duras rampas del puerto. Su esfuerzo se reflejó en la general.

    13 sep 2009 / 09:35 H.

    Cunego se manejó con destreza en la etapa y consiguió el triunfo en la última jornada en alto de la Vuelta. La subida fue esplendorosa. Llegó a pie de puerto con cuatro minutos y medio de ventaja sobre los favoritos y supo administrar el tiempo con maestría. Es de los grandes del pelotón. Lo jalona un palmarés envidiable, con un Giro de Italia y varios Giros de Lombardía. Por lo demostrado, llega en una forma envidiable al próximo Mundial. Será de los corredores que hay que tener en cuenta. Ascendió La Pandera a un ritmo vertiginoso, con el estilo propio de los ciclistas que se crecen cuando la carretera mira hacia arriba. En una calzada estrecha, mojada y con una dureza extrema en algunos tramos, el italiano supo dosificarse hasta llegar en solitario a la cima. Cunego inscribió su nombre en una cumbre que empieza a ser mítica y en la que han triunfado grandes corredores como Roberto Heras, Alejandro Valverde o Andrei Kanschelski. El espectáculo es admirable. Seguramente, La Pandera ha deparado la etapa más hermosa de la trilogía andaluza y de la Vuelta. Cunego coronó el puerto con una ventaja de  2.23 sobre el danés Jacob Fugsland, del Saxo Bank, y con 3.09 con respecto al campeón olímpico Samuel Sánchez, del Euskaltel, que obtuvo el tiempo necesario sobre los rivales para encaramarse al tercer puesto de la clasificación general. Cuarto fue Ezequiel Mosquera, del Xacobeo, y quinto Alejandro Valverde, que cruzó la meta a 3.22 del italiano.
    Valverde resurgió cuando parecía que la Vuelta se le escapaba entre los dedos. Los ataques de Basso, Evans y Gesink le hicieron daño y lo pusieron entre las cuerdas. No tuvo más remedio que ceder. Exhausto y casi al límite, el murciano no desesperó. Mantuvo la calma y se fortaleció en el sufrimiento. Ahí surgió el espíritu del campeón. Valverde puso su ritmo, se agarró a su manillar con la seguridad del que busca la gloria y se propuso neutralizar a los adversarios. Se sentía fuerte, en un puerto que conocía y en el que saboreó el éxito  años atrás. Así fue como cumplió su propósito. Cogió a todos los que lo superaron e, incluso, puso tierra de por medio. Su extraordinaria reacción en los tres kilómetros finales recordó al mejor Valverde. De tenerlo todo perdido pasó en poco tiempo a tenerlo casi todo ganado. El murciano sale fortalecido de La Pandera y con una parte importante de la Vuelta en sus manos. Ahora tiene a Gesink a 31 segundos y a Samuel Sánchez a 1.10. Iván Basso es cuarto. El italiano no pudo redondear el excelente trabajo del Liquigas, que impuso un ritmo infernal en el tramo final. Basso guarda la clase que lo distinguió como un gran corredor, pero le falta la marcha que encumbra a los genios. Evans y Mosquera, quinto y sexto, respectivamente, cierran la lucha por el liderato final. En apenas dos minutos están los cinco. Aun así, sin llegadas en alto y con una contrarreloj final, el líder del Caisse D’Espargne tiene encauzado el triunfo en la última semana. El denominado Angliru del Sur acerca la distancia entre Alejandro Valverde y Madrid. En la capital de España le espera la etapa más deseada. Será el momento de enfundarse el último jersey oro.