Saharauis “rescatan” el carné de sus padres para pedir la residencia
Hace ya más de tres décadas que el Sáhara Occidental dejó de ser colonia española. De hecho, muchos de sus habitantes eran nacionales de pleno derecho. Hoy sus descendientes buscan en los antiguos baúles para rescatar los carnés de identidad de sus padres. Son el “pasaporte” para quedarse en España.
A los saharauis se les reconoce fácilmente: por sus ropas, por su piel oscura y, sobre todo, por las manchas en los dientes que les causa el agua de los pozos existentes en los campamentos de refugiados del desierto.
A los saharauis se les reconoce fácilmente: por sus ropas, por su piel oscura y, sobre todo, por las manchas en los dientes que les causa el agua de los pozos existentes en los campamentos de refugiados del desierto.
Los padres de muchos de esos exiliados actuales fueron funcionarios y trabajadores de la antigua autoridad colonial. “Españoles” con todas las de la Ley, con todos sus papeles en regla. El más valioso era el Documento Nacional de Identidad, igual que los antiguos azules que existían aquí, aunque bilingües (castellano y árabe) y con la palabra “Sáhara” escrita sobre la bandera rojigualda. Cientos de refugiados han rescatado esos documentos para poder optar a una oportunidad a España.
En Jaén, han sido más de 2.000 saharauis los que han solicitado el permiso de residencia. En 2006, se abrió la puerta para ellos con una interpretación flexible de las leyes de extranjería, que permitió el reagrupamiento familiar a los descendientes de quienes fueron “españoles” en las provincias africanas. Ese año, la Oficina de Extranjería recibió unas 1.500 solicitudes y dio los papeles a 559 personas. No obstante, el año pasado, el Gobierno cerró el grifo. Apenas concedió licencias a los saharauis para quedarse en España. Los argumentos utilizados por la Abogacía del Estado son simples: los africanos-españoles tendrían que haber consolidado la nacionalidad, es decir, haber mantenido su condición de español después de la descolonización del Sáhara en 1975.
Por ello, los hijos de aquellos nacionales de las provincias africanas acuden a los Juzgados de lo Contencioso para recurrir la negativa del Gobierno a otorgarles el permiso de residencia. Actualmente, según informan fuentes judiciales, están en marcha unas 400 demandas en la provincia. ¿Por qué hay tantas peticiones en Jaén? Simplemente, porque se corrió la voz entre los saharauis de que los trámites se resolvían más rápido que en otras provincias.
Hasta ahora, todas se han resuelto de forma favorable para los saharauis. La última es la Hamdi Bachir Alí, un refugiado nacido en Bir Gandouz y actualmente residente en Andújar. A José María Cañada Clé, el juez del Contencioso Administrativo número 3, le enseñó el carné de identidad de su padre. Suficiente para el magistrado para aplicar las leyes de extranjerías y conceder los papeles necesarios para que Hamdi pueda quedarse en España, al menos durante un año. Un viejo DNI que supone un salvoconducto para cumplir el sueño de todo inmigrante de aspirar al paraíso de la “Vieja Europa”. El Gobierno tiene todas esas sentencias desfavorables recurridas ante el TSJA, que lleva meses e, incluso años, sin pronunciarse. Mientras tanto, los saharauis guardan los carnés de su padres como oro en paño. Rafael Abolafia / Jaén