Real Jaén. Conjura para la reconciliación

José Ramón Casado / Jaén
El Real Jaén quiere cerrar la trayectoria negativa de las últimas jornadas con una victoria ante el Ciudad Lorquí (cinco de la tarde). Tras una semana marcada por las críticas al rendimiento del equipo, los futbolistas de Cervera pretenden reconciliarse con sus seguidores y dar un paso decisivo para asegurar las eliminatorias de ascenso.          

    11 abr 2010 / 08:48 H.

    Resulta aconsejable revisar la clasificación para atajar el nerviosimo y recuperar la calma. El Real Jaén, pese a encadenar tres partidos sin ganar, está situado en la tercera plaza del grupo y aventaja en seis puntos al quinto. Infinidad de equipos venderían su alma al mejor postor por encontrarse en tan privilegiada situación. En la capital, en cambio, se respira fatalismo.    
    Conviene recordar que hace apenas un mes, tras los cuatro triunfos consecutivos ante el Estepona, el Sevilla Atlético, el San Roque y el Écija,  la euforia y la posibilidad de alcanzar el liderato iban de la mano.  O blanco o negro. Parece no existir la escala de grises a la hora de evaluar al Real Jaén, de ahí la tempestad en la grada y el orgullo herido de los futbolistas. En tal tesitura, el partido con el Ciudad Lorquí, un conjunto que llega a La Victoria en tierra de nadie, con el peligro que supone jugar sin presión alguna, se antoja crucial no para el futuro deportivo—resulta impensable no jugar el play off— , sino para la comunión con los seguidores. Ese  amago de ruptura es, junto con la lesión de Íñigo Ros, la peor noticia para el Real Jaén, más allá de que vuelen puntos en el añadido, por el momento. La falta de concentración y el exceso de relajación sí condenan en las eliminatorias. En liga regular, vistos los altibajos de los favoritos, resultan anecdóticas al comprobar las tímidas variaciones en la tabla.
    Volviendo a la pérdida del capitán, Galdós fue el sustituto en Águilas y cumplió. Hoy repite en el once titular salvo sorpresa encarnada en Fabios. El resto del equipo se perfila idéntico al del traspié con el colista. Si el enrarecido ambiente ya genera de por sí morbo, el resultado de la ida (3-2) añade otra pizca de pimienta. Casualidad o no, al final de aquel partido, en el que el Real Jaén también malogró dos ventajas, Cervera cuestionó el rendimiento de algunos futbolistas. Allí marcaron Espín y Toledo. Hoy se admiten apuestas sobre la originalidad en las celebraciones de los goles. Se acepta cualquier baile o versión, salvo el típico contoneo del rey de la discoteca; por aquello de evitar malentendidos.