El Real Jaén sale con vida de El Toralín en un partido eléctrico

JOSÉ EUGENIO LARA  /Ponferrada
El Real Jaén salió vivo de Ponferrada en un encuentro en el que llegó a perder por dos a cero, pero un tanto de Fernando Esparza cambió la cara a la eliminatoria. El equipo mereció un mejor resultado, aunque los errores iniciales y algún fallo defensivo lo condenaron al final del primer periodo.

    01 jun 2009 / 11:34 H.


    El Real Jaén lo hizo todo en el primer tiempo. Puso el fútbol, el poco acierto ante la meta rival y un fallo defensivo que le costó irse al vestuario con un tanto en contra. El equipo de Terrazas mereció un sobresaliente en acciones como la anticipación y la interceptación, e incluso en la presión a la salida del balón. Se posicionó muy bien en el campo y ahogó al rival con un trabajo fantástico. Sin embargo, no dio brillo a esas acciones técnico-tácticas por su escasa definición ante Alejandro. Al minuto inicial, Arriaga puso la directa hacia el meta y no resolvió en una jugada muy clara. Más tarde, Esparza, con todo a favor, echó un balón fuera. El Real Jaén silenció El Toralín, pero cometió el error de no aprovechar algunas de las oportunidades que tuvo. Y eso se paga caro ante equipos como la Ponferradina que, de cintura hacia arriba, son extraordinarios, en talento y en verticalidad. Por eso, el primer fallo en defensa acabó en la red. Solabarrieta no cerró bien un centro de Fuentes desde la banda y De Paula, sin oposición, remató de manera inapelable. Gol. Sin hacer nada y siempre a remolque del Real Jaén, la Ponferradina se fue al descanso con un resultado inimaginable en función del desarrollo de la primera mitad.
    El gol cambió el fútbol. El cuadro de Tartilán cogió la moral necesaria para asediar a su oponente y meterle presión en el segundo periodo. Todo le salió de cara. Arropado por un público impresionante, la Ponferradina agarró un nuevo tanto en una genialidad de Jonathan Valle por la banda. Cambió el ritmo, centró al segundo palo y Teo resolvió. Tan injusto fue el fútbol con el Real Jaén que, para resarcirse algo, el conjunto jiennense encontró el premio apenas dos minutos después. Álex García puso un balón en la cabeza de Esparza, que, en esta ocasión, no desaprovechó. De estar casi eliminado, el Real Jaén respiró y se metió en el encuentro. No guardó ese gol, que es una joya, sino que se lanzó de manera decidida al ataque en busca del empate. Por esa ambición jiennense, el partido se convirtió en un juego de ida y vuelta. Cada equipo tuvo sus ocasiones para marcar. El Real Jaén, principalmente a pelota parada y en algún ataque, y la Ponferradina, a la contra. No se movió el marcador porque el destino así lo quiso. La derrota fue injusta, pero esperanzadora. El tanto de Fernando Esparza deja abierta la puerta de la eliminatoria definitiva. El Real Jaén está vivo.