El Real Jaén, en el Serengueti
José Eugenio Lara / Jaén
El Real Jaén no tiene fronteras. Su escudo brilla con todo esplendor en pleno Parque Natural del Serengueti, en Tanzania, una zona de incalculable belleza. Un grupo de tanzanos, del poblado llamado Ikoma, luce la camiseta que el club diseñó para la fase de ascenso. La llevan con orgullo, obsequio de seguidores jiennenses.
José Eugenio Lara / JaénEl Real Jaén no tiene fronteras. Su escudo brilla con todo esplendor en pleno Parque Natural del Serengueti, en Tanzania, una zona de incalculable belleza. Un grupo de tanzanos, del poblado llamado Ikoma, luce la camiseta que el club diseñó para la fase de ascenso. La llevan con orgullo, obsequio de seguidores jiennenses.
En cualquier rincón del planeta puede aparecer un símbolo del Real Jaén. Hasta en el más recóndito. Existen numerosos ejemplos. La dimensión social del club ha crecido tanto en los últimos años que su estela no tiene límites. Allá por África, en Tanzania, personas que habitan en el poblado Ikoma llevan camisetas blancas donde reluce el escudo, en color morado, del equipo de fútbol. Son equipaciones cargadas de simbolismo, porque representan la pasión por unos colores y la esperanza de un objetivo. Son camisetas que el Real Jaén repartió entre sus seguidores en la promoción de ascenso a Segunda División y que llevaban en su interior esa solidaridad que define a los jiennenses. Allí, en el Parque Natural del Serengueti, uno de los más bellos del mundo, el Real Jaén tiene un espacio de expresión único e irrepetible.
El Real Jaén viajó a Tanzania en manos de varios aficionados. Catorce jiennenses decidieron, hace un tiempo, emprender una aventura por tierras tanzanas de tres semanas. Muchos son fieles seguidores. Otros tienen su carné de socio. A uno de ellos se le ocurrió la idea de pedirle a la directiva diez camisetas del equipo para entregarlas en el corazón del África negra, en señal de cooperación y ayuda con los habitantes de la zona. Y así fue. Ángel, Ámparo, Celia, José Luis, Joaquín, Ana, Pedro, Teresa, Antonio y sus hijos afrontaron una aventura de esparcimiento y solidaridad. Recorrieron Tanzania y dejaron más de una muestra de generosidad. En el poblado Ikoma entregaron las diez camisetas del Real Jaén que los tanzanos lucen con alegría y satisfacción. Incluso las eligen para las ceremonias de gala que organizan en esa zona. Si celebran fiestas o actos sociales, acuden con su impoluta prenda blanca perfilada con detalles morados. Es un orgullo para ellos y un motivo de felicidad. También para los jiennenses que las proporcionaron, que relatan con emoción las sensaciones vividas durante todo el viaje. “Fue una experiencia maravillosa e inolvidable”, recuerda uno de los aventureros. Además del gesto solidario y generoso, la donación de las equipaciones también respondía a un sentimiento propio. “El Real Jaén es el principal exponente de la provincia y el club que mejor identifica la expresión deportiva”, añade. El Real Jaén se convirtió en un canal de conexión y de reflejo claro de que el fútbol une cultura y acerca pasiones. Desde ese momento, en la lejanía, siempre habrá un instante para recordar que Tanzania también forma parte de la familia jiennense y que un grupo de personas de aquel país lleva impregnada en su pecho la grandeza del escudo. Son diez las razones para pensar que el deporte es, ante todo, una forma de acercamiento de las personas y de los sentimientos. El mejor ascenso del Real Jaén está en los terrenos de juego, pero también en ese crecimiento social que lo ha convertido en un elemento de unión y de ilusión.