Real Jaén. Partido por el escaso acierto
El Real Jaén acabó en Murcia con la sensación de que la defensa empieza a carburar, pero que el ataque sigue calado y sin encontrar el punto del gol. Por eso conquistó sólo un empate, cuando fabricó ocasiones para ganar. El equipo dio una imagen de solidez y de querer jugar el balón con criterio.
El Real Jaén es en estos momentos un conjunto de dos partes. Le falta ese hilo conductor que sirva de conexión de las dos mitades y que entrelace sin fisuras las dos vertientes. En defensa, Álvaro Cervera se ha encontrado con un conjunto corto en efectivo, pero de enorme solvencia. De equilibrado, nada. Han llegado las circunstancias propias del fútbol, que el año pasado apenas se pasaron por Jaén, y el juego ha dejado en evidencia a la defensa. Hay lo justo, nada más. Pero, por suerte, lo justo es de lo mejor. El sistema empieza a funcionar. Ayer, el filial grana, menos fiero de lo esperado, desbordó en pocas ocasiones a los defensores. Por poner algún ejemplo, Matías Alonso superó alguna vez la barrera, pero dio con Tejera, un meta que comienza a propagar seguridad. En la acción más clara, Rojas tuvo que valerse de un fuera de juego y de un ligero empujón a un rival para rematar a gol. Fue incorrecto el tanto y bien anulado. Álvaro ha conseguido su primer objetivo: que la defensa no sea un chollo y que a Tejera no le lleguen con tanta facilidad. Ayer se vio otra solidez en la cobertura. Y por eso acabó la portería a cero.
Muchos más problemas existen en el ataque. Álvaro vive su particular pretemporada. Hace los cambios que entiende necesarios para conocer sobre el campo el rendimiento de los profesionales. Tiene claro que a Íñigo Ros le debe acompañar otro jugador para arroparlo en su tarea defensiva. Ese doble pivote, a veces escalonado y casi nunca en paralelo, otorga una ligera libertad al capitán. Llamativo. Ros marcó ante el Roquetas y ayer protagonizó el primer remate serio contra la meta de Álvaro Campos. Por delante un media punta, que en ocasiones se incrusta como un tercer centrocampista, y dos hombres en los costados. El problema es la referencia. Fernando se lesionó cuando empezaba a crecer. En Murcia, Esparza fue el elegido. No fue un acierto la decisión.
En un tono discreto, de fútbol pausado, transcurrió una primera parte en la que al Real Jaén se le planteó otro dilema: manejar la posesión de balón y combinar con cierta continuidad. Da la impresión de que este equipo no se siente demasiado cómodo en esta situación, porque está construido bajo otro estilo. Pero no lo hizo mal en muchos minutos. Habrá que dejar que pase el tiempo. Cervera sí acertó de pleno con la entrada de Mena en el descanso, hecho que permitió que Esparza retrasara su posición. Así funcionó mejor el ataque. Mena le dio presencia, continuidad y riesgo. En tres minutos, el delantero creó más peligro que en todo un periodo. A la hora de juego, el Real Jaén tuvo tres claras oportunidades. El propio Mena, en el costado derecho, penetró con determinación y disparó con intención. En otra, Machado quiso colocar tanto la pelota que la fijó fuera. Y, en la más transparente, Mena dio un pase formidable a Calderón, que realizó un buen desmarque a la espalda de la defensa. El malagueño construyó un centro chut que no tuvo resultado. No llegó el balón a la red, porque ni fue centro ni fue chut. Esparza, solo ante el meta, vio cómo se escapaba una extraordinaria ocasión. Por ahí se le fue el partido al Real Jaén. Por su indolencia y por su escaso acierto. Es la faceta que hay que mejorar. Seguramente, la entrada de Mena allanará el trabajo. El toledano tiene talento y ganas de agradar. Y de marcar. En esa dinámica de mayor fortaleza atrás y de poca definición arriba transcurrió un compromiso que dejó al Real Jaén con un empate simple, pero alentador. El equipo quiere y el entrenador sabe lo que busca. Cuando lo encuentre surgirá el conjunto deseado.
José Eugenio Lara / Jaén