“Su fuerte huella nos permitirá tenerla presente”

25 feb 2019 / 08:00 H.

El día 23 de febrero de 2019 se nos ha muerto de forma temprana María José Alemañ Giménez, alicantina de nacimiento y residente en Jaén. El dicho de que “uno no es del sitio donde nace, sino de donde pace” en el caso de María José no ha funcionado en los 61 años que ha estado entre nosotros, más de cuarenta en Jaén junto a su pareja Marcos Gutiérrez Melgarejo. En este tiempo María José ha conseguido acrisolar estas dos ciudades tan diferentes de forma ejemplar: la suavidad del clima alicantino con los picos de temperatura de Sierra Mágina, los horizontes abiertos de las costas alicantinas con las pantallas insalvables de la Subbética, la ruidosa “nit de l´albá” con el silencio conformista de Jaén, el arroz a banda con los andrajos, como bien señalaba Arturo Ruiz el día de su despedida. María José ha conseguido una síntesis pacífica a pesar de que para ello ha contado con el obstáculo, siempre cariñoso, del carácter reivindicativo de Marcos en todo lo referente a Jaén, y que María José combatía con el lema “Alacant la millor terreta del mon” que gustaba repetir a duo con su padre, Pepe, cuando tenía ocasión.

Este viaje de ida y vuelta se ha plasmado en el hijo de ambos, Marcos Gutiérrez Alemañ, Marquitos, en el que nos queda la fuerte huella de María José, que nos permitirá tenerla siempre presente, no solo en el recuerdo sino también en la presencia de su hijo. Esposo e hijo pierden una compañera y madre pero también una compañera de trabajo rigurosa, eficiente, exigente pero afable a la vez. Sus cenizas, como no puede ser de otra manera, serán esparcidas en Sierra Mágina y en Alicante y su recuerdo perdurará entre sus familiares, incluidas sus dos nietas (Lucía y Paula), María Jesús, Paqui y tantos y tantos que de manera más o menos intensa hemos tenido la suerte de conocerla y departir con ella. Gracias María José, Mari, por haber vivido y por haber compartido con nosotros una parte muy importante de tu existencia.