“No hay momento
que no piense en ti”

Escribo esta carta dedicada a mi padre fallecido hace 22 años y a mi madre que hoy hace cuatro. Con todo mi cariño y amor. Y con todos los recuerdos tan bonitos, entrañables e inolvidables aún os mantengo en mi mente. No puedo olvidar el recuerdo de nuestra familia. Humilde, bondadosa, disfrutando de tanto cariño y amor entre los que vivimos la primera luz de nuestra vida que dentro de las dificultades que teníamos todo era felicidad.

No hay día en que no recuerde lo bien acompañados que estáis. Capilla, tita Chari, titos Pepe y Antonio, con los que yo me crié y aparte de que también recuerdo a mis otros seres queridos. Con vosotros en esta vida terrenal, ¡Qué bonito era todo! Como creyente sé que estaréis juntos y disfrutando de la Gloria de Dios, donde me gustaría reunirme el día que me llame el Señor y estar de nuevo a vuestro lado.

Por eso, para mí seguís estando a mi lado, no hay momento en el que no os tenga presentes. También aún recuerdo cada día las situaciones tan bonitas que he vivido con mi familia. ¡Qué bondad había en esa bendita casa en la que me crié! Mamá aunque digan que todos somos iguales ante el cariño, tú para mí has sido lo más grande y es cuando verdaderamente me se sentí huérfano aunque te siento y sé que estás a mi lado y te volveré a ver.

Siempre digo que nunca mueren los que son recordados y para mí lo vuelvo a decir, una y otra vez, estáis en mi vida. Es una riqueza que me siento orgulloso de tener este sentimiento. Ya mi último recuerdo y dado las fechas. Mamá el 21 de diciembre a las 4:20 de esa madrugada, en mis brazos te fuiste pero ese momento quiero olvidarlo para seguir pensando en que sigues a mi lado. Cuánto te quiero y con qué amor y nostalgia os tengo a todos presentes. Otro año más estaré sin vosotros aquí pero para mí, siempre estaréis. Un beso con todo mi amor y cariño.