Victoria de las duplas favoritas en el “viernes de la marmota”

Tres de los cuatro partidos de la jornada del cuadro masculino tienen el mismo guion

25 may 2019 / 11:27 H.

Los cuartos de final del Jaén Open ya son historia. Cuatro parejas lucharán en el día de hoy por hacerse un hueco en la final del torneo. Cuatro parejas que partían como cabeza de series. Cuatro parejas que dominan el ranking mundial y que en los últimos días hicieron las delicias de los espectadores con puntos inverosímiles que dejaron a propios y extraños boquiabiertos. Lebrón y Navarro, Sanyo y Maxi, Lima y Bela, y Stupaczuk y Díaz son quienes optan a levantar en la jornada de mañana el trofeo.

No fue hasta el tercer turno de la pista central, alrededor de las doce del mediodía, cuando los palistas del cuadro masculino hicieron su aparición en escena. El primer partido midió a Pablo Lima y Fernando Belasteguín a los argentinos Fede Chingotto y Juan Tello. La fortaleza al servicio fue clave en un partido donde ambas duplas demostraron su mejor nivel desde un comienzo.

La grada se mostró volcada con Tello y Chingotto desde el primer minuto y los sudamericanos aprovecharon ese aliento para hacerse fuertes y conseguir los primeros puntos de quiebre del encuentro, que no lograron convertir. El partido llegó al 5-5 sin que ninguna pareja consiguiera imponerse al resto. Fue entonces cuando un fallo de Chingotto en el remate volvía a dar opciones de quiebre a sus rivales y esta vez Lima no falló en la ejecución y puso el 6-5 en el marcador. Los argentinos salvaron la primera bola de set con un punto que levantó a toda la grada. A la segunda, los favoritos no fallaron y se llevaron la primera manga por siete juegos a cinco.

El segundo set fue muy diferente. Los argentinos comenzaron recibiendo un break y fueron a remolque durante toda la manga. Bela y Lima, muy seguros con su servicio, llegaron a tener una bola de quiebre para situarse 5-2 que salvó Chingotto, algo que se repitió hasta en cuatro ocasiones. El desgaste psicológico jugó en contra de los favoritos, que después de desperdiciar tantas bolas de quiebre cedieron su servicio, quedando el marcador en 4-4, aunque supieron rehacerse y cerrar el partido en los dos siguientes juegos.

Ya en el turno de tarde, a las 16:00 horas y con el sol pegando con fuerza, Paquito Navarro y Juan Lebrón se midieron a Lucho Capra y Miguel Lamperti, en un duelo que se decantó para los primeros por 7-6 y 6-2.

Lebrón y Navarro comenzaron el partido break abajo, pero al siguiente juego recuperarían la desventaja, desarrollándose el resto de set con total igualdad. La manga terminó decidiéndose en la muerte súbita, donde Capra y Lamperti comenzaron por arriba gracias a que el segundo salvó una bola desde fuera de la pista, pero la falta de definición a la hora de jugar los puntos clave permitió a sus rivales recuperar el minibreak de ventaja y convertir el desempate en casi eterno. Al final, un error de Lamperti puso el 15-13.

Como ocurriera en el anterior encuentro, los favoritos aprovecharon el golpe moral para comenzar la segunda manga con un quiebre a pesar de que Lamperti salvó la primera de las opciones de Lebrón y Navarro. A partir de ahí, apenas hubo partido. Los favoritos volvieron a romper en el séptimo juego del set y cerraron con su servicio.

El segundo de los partidos del turno de tarde enfrentó a Javier Ruiz y Uri Botello a los número uno del mundo, Maxi Sánchez y Sanyo Gutiérrez, que fueron fieles a su etiqueta y cerraron el encuentro en dos mangas: 7-5 y 6-3.

Los juegos avanzaban y nadie lograba romper el servicio de la pareja rival, si bien es cierto que los errores no forzados de Ruiz y Botello daban más oportunidades a sus rivales, que no los aprovechaban. En el noveno juego, con 4-4, cuando los puntos pesan el doble, llegó el octavo punto de quiebre del encuentro, en esta ocasión a favor de los españoles, pero Sanyo salvó la bola de una forma magistral. Al final, en el juego decisivo para forzar la muerte súbita, los favoritos lograron tres puntos de break y no fallaron, sumando el set.

La segunda manga, como parecía no poder ser de otra manera después de ver los antecedentes de la jornada, comenzó con los argentinos rompiendo a las primeras de cambio y, lejos de bajar una marcha, continuaron apretando hasta cerrar el partido con facilidad con un doble break de renta: 7-5 y 6-3.

BATALLA. El último partido de la jornada medía a los preclasificados cuatro y cinco, el que se esperaba el encuentro más igualado de todos, y respondió a ello.

Franco Stupaczuk y Matías Díaz se enfrentaban a Alejandro Galán y Juan Mieres en el único partido que se marchó al tercer set en toda la jornada. “Stupa” y “Mati” tuvieron que remontar set adverso para clasificarse para la siguiente fase: 6-7, 6-4 y 6-1.

En el primer set Stupaczuk y Díaz comenzaron break arriba, pero pronto respondieron sus rivales, colocando el 1-1 en el marcador. El set fue un continuo de puntos de break para una y otra pareja, pero en esos momentos las parejas al servicio sacaban su mejor versión para preservar el saque. En el tramo final de la maga se vivió el que, hasta ahora, es el mejor punto del torneo: Galán salvó dos bolas desde el suelo, se recuperó un punto más que perdido desde fuera de la pista y solo un error en el remate puso fin al intercambio que comenzaba a hacerse infinito, para alegría de los espectadores que disfrutaban desde la grada de un gran espectáculo. Al final se terminó llegando al desempate, donde “Stupa” y “Mati” dispusieron de un 5-0 a favor que no supieron aprovechar y cedieron siete puntos seguidos.

El segundo set comenzó igualados en los primeros compases, hasta que a partir del cuarto juego se vio como Galán y Mieres comenzaban a bajar el ritmo. No lo desaprovecharon Stupaczuk y Díaz, que se mostraron más regulares y lograron el quiebre. Aunque sus rivales recuperarían para el 5-4, el contrabreak no tardó en llegar.

En la última manga la inercia ganadora de “Stupa” y “Mati” se impuso, ayudada por los problemas físicos que sufrieron primero Juan Mieres y más tarde Alejandro Galán, teniendo que ser ambos atendidos por el fisioterapeuta. El espigado madrileño, claramente acalambrado, no puso sino esperar que su calvario terminara. Fueron dos horas y 45 minutos de batalla constante para lograr el pase a la semifinal de hoy.