Linarejos deberá ser clave una vez más en busca del deseado ascenso a Segunda B

    23 jun 2019 / 16:52 H.

    Fortín, dícese del Estadio Municipal de Linarejos. Si los galos tenían un reducto invencible en la aldea de Asterix y Obelix, el campo de los azulillos es su versión jiennense. ¿La pócima mágica? La afición que se vuelca con el equipo y puebla las gradas en cada partido, dejándose las gargantas para ser uno más en el césped, tratando de ser diferenciales.

    Hoy no va a ser menos. Es el último encuentro en casa de la temporada, se gane, pierda, ascienda o no. Linarejos va a ser un hervidero. Más de 4.000 entradas vendidas a más de 24 horas del partido, otro buen número repartidas entre los escolares del municipio y una ilusión que no cabe en el recinto deportivo. Volverá a haber recibimiento por todo lo alto, intentando que el encuentro se empiece a ganar desde algo más de hora y media antes de su pitido inicial.

    No será sencillo, pues los jugadores de La Nucía, veteranos y habituales de categorías superiores a la Tercera División, se han enfrentado a ambientes hostiles como el que les recibirá hoy.

    La clave, como siempre, será no encajar goles y lograr viajar a tierras alicantinas con un buen resultado. Para evitarlo, La Nucía planteará a buen seguro un partido en el que traten de llevar el encuentro a su terreno, cediendo el balón al Linares, intentando enmarañar el juego y aprovechando los errores que pudiera cometer el cuadro azulillo para llegar a la portería de Lopito para intentar hacer gol y llevarse el botín.