“El Atlético te marca por su idiosincrasia
y su gran historia”

El futbolista se retiró a finales de agosto después de una fructífera tradición en Primera y Segunda División, con una internacionalidad con la selección absoluta

22 nov 2019 / 11:57 H.
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Está feliz de ser premiado en su tierra cuatro meses después de que anunciara en las páginas de Diario JAÉN que se retiraba debido a una serie de lesiones que le impidieron rendir la pasada campaña. Manuel del Moral Fernández, Manu del Moral, lleva a su tierra por bandera desde que en edad cadete fichara por el Atlético de Madrid, un club que le marcó tanto en el ámbito deportivo como personal. “El Atlético de Madrid es un club que te marca por su idiosincrasia y su historia. Debutar en Primera División fue cumplir un sueño y una recompensa al trabajo individual y al esfuerzo de mi familia”, apunta. E l 22 de diciembre de 2005 es una fecha que nunca olvidará. El argentino Carlos Bianchi le hizo debutar en el Estadio El Sadar de Pamplona ante el Osasuna con derrota por 2-1. El técnico fue destituido y Pepe Murcia, su sustituto, lo alineó cuatro partidos más en una etapa convulsa de los atléticos. El año 2006 fue clave para Manu. Fue traspasado al Getafe en una apuesta por la juventud del presidente Ángel Torres. En este club se convirtió en un ídolo y se ganó la titularidad con entrenadores con un brillante pasado futbolístico como Schuster, Laudrup, Víctor Muñoz o Míchel. Manu estuvo cinco temporadas y tomó el relevó goleador de Roberto Soldado y Güiza. Treinta y nueve goles, dos finales de la Copa del Rey, perdidas ante el Sevilla y el Valencia, y dos presencias en la Europa League, marcan un quinquenio brillante con goles a los grandes. Vicente del Bosque le hizo debutar con la selección española el 7 de junio de 2011 en el segundo tiempo del amistoso frente a Venezuela (0-3). Fue un mes excelente al anunciarse su traspaso al Sevilla FC por unos 4,5 millones de euros. Su primera campaña, la 2011/2012, fue positiva y marcó 10 goles, su mejor cifra de siempre en Primera División. En la segunda y última marcó 3, porque después fue cedido al Elche y al Éibar, donde cumplió pero ahí empezó el calvario con las lesiones. En el club guipuzcoano cerró una fructífera etapa en Primera División, pero empezó otra en Segunda en la que dejó patente su calidad y experiencia en el Real Valladolid, dos años en el Numancia, en el que fue el máximo goleador, y un epílogo la última campaña en el Nástic y el Majadahonda. En el campo del Cerro del Espino empezó su carrera a la élite y ahí terminó su etapa profesional.

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