Alemania y Brasil, las eternas favoritas para coronarse campeonas

5.- Kane capitanea el equipo inglés

13 jun 2018 / 08:27 H.

La fase de grupos del Mundial de Rusia 2018 está a punto de comenzar y todo está preparado. La mayor competición de fútbol arrancará este jueves, a las 17:00 horas, con el partido entre la anfitriona y Arabia Saudí, del Grupo A. Los 32 países distribuidos en ocho grupos se prepararon a conciencia y ya disponen de sus mejores armas para pasar a la siguiente ronda. Este año, el sorteo de la fase de grupos pareció ser bondadoso y equilibró el cuadro al repartir a los equipos, a priori, favoritos en los distintos bloques. Sin embargo, ninguno de estos emparejamientos será “sencillo” debido a la calidad de todas las selecciones presentes en esta primera ronda que dejará unos preciosos cruces para los amantes del mejor fútbol.

La selección de Alemania defenderá el título de campeón del mundo conseguido en Brasil hace cuatro años, en una cita a la que se presenta con algunas renovaciones, pero con la base sólida que triunfó en 2014 y que recuerda el estilo impuesto por su seleccionador, Joachim Loew, desde hace una década. Alemania siempre está entre las favoritas. Suma cuatro títulos, ocho finales y totaliza 13 presencias entre los cuatro mejores. Da igual quién represente a “Die Mannschaft” porque la historia siempre respalda a uno de los equipos más competitivos del mundo.

Desde 2002 nunca falló a las semifinales y en la actualidad retiene un título ganado a pulso tras rondarlo en varias ocasiones desde la llegada de Löw al banquillo. En el recuerdo queda el 1-7 endosado a Brasil en semifinales en 2014, además de haber instalado un estilo atractivo y alejado del fútbol más primitivo. La cantera alemana se encargó de cambiar el prototipo de futbolista en los últimos años. La capacidad de reinventarse llevará a Löw a configurar un equipo que mezcle la experiencia de Muller, Kroos, Ozil o Khedira con la juventud de Kimmich, Draxler, Goretzka o Werner.

La selección de Brasil, pentacampeona del mundo, buscará dar un golpe encima de la mesa en Rusia y olvidarse del último varapalo como anfitrión en 2014 bajo el liderazgo de su estrella Neymar, ya recuperado de su lesión y que lidera el bloque de los de Tite, reforzados en el camino hacia su sexto Mundial. La “canarinha” es una de las grandes favoritas, independientemente del momento deportivo que atraviese. Los cinco cetros mundiales (1958, 1962, 1970, 1994 y 2002) así lo avalan y la espera se le está haciendo demasiada larga, aunque la llegada de Tite ha conseguido que se presente en la cita mundialista como un rival temible, buscando olvidar el ridículo de 2014 en casa ante Alemania (1-7).

Brasil se plantaba ante su afición con la ilusión de ganar su sexta estrella, pero pasó del “Maracanazo” de 1950 al “Mineirazo”. Todo se complicó con la lesión de Neymar en cuartos ante Colombia y los de Luiz Felipe Scolari vivieron una pesadilla ante los de Joachim Löw. Ni siquiera levantaron cabeza en el tercero y cuarto puesto ante Holanda (0-3).

La selección croata llega al Mundial de Rusia bajo el influjo del 20 aniversario de Francia 1998, donde logró el mejor resultado de su historia con la tercera posición final, y con un equipo notable y competitivo donde destacan dos centrocampistas acostumbrados a brillar en España, Luka Modric e Ivan Rakitic. Hace dos décadas, en su segunda gran competición como selección propia tras el desmembramiento de Yugoslavia, Croacia se convirtió en la gran sorpresa del Mundial francés, donde protagonizó la gran hazaña del torneo al golear a Alemania en cuartos de final (3-0). En aquel talentoso equipo goleaba Davor Suker, Bota de Oro del torneo con seis tantos y punta de lanza de una plantilla que también contaba con Zvonimir Boban, Robert Prosinecki, Robert Jarni o Goran Vlaovic. Cayó en semifinales rozando la sorpresa ante el anfitrión (2-1) y batió a Holanda (2-1) en la final de consolación. Croacia sigue añorando aquellos días de gloria y quiere volver a brillar.

La selección rusa de fútbol encara como anfitriona la cita mundialista con el objetivo de mejorar sus prestaciones en una Copa del Mundo en la que solo pudo llegar a semifinales una vez en toda su historia (1966), bajo el nombre de la URSS, y en la que contará con la presión añadida de jugar en casa y de una mala preparación en estos años. Los rusos no cuentan con unos buenos precedentes en el Campeonato del Mundo. No pudieron pasar de primera ronda en sus últimas cuatro participaciones y alcanzaron los octavos de final en México 1986 y los cuartos de final en el mismo país en 1970, pero siempre bajo su antigua denominación y antes de la escisión de la Unión Soviética. Su último Mundial, en Brasil, donde no ganó ninguno de sus partidos ante Bélgica, Argelia y Corea del Sur, y su reciente Eurocopa fueron decepcionantes.

Inglaterra luchará en Rusia 2018 contra una lista cada vez más amplia de decepciones en grandes citas, sonadas y recientes las del último Mundial y la Eurocopa de hace dos años, de nuevo con calidad en sus filas, con Harry Kane como capitán, y un rejuvenecido plantel a las órdenes del técnico Gareth Southgate. El cuadro inglés vuelve a la escena del crimen, esta vez sin excesiva euforia siquiera en su país, instalado más bien en el pesimismo por la falta de resultados y los cambios en el equipo. Inglaterra llega a Rusia tras ser eliminada en octavos de la Euro de Francia por Islandia y quedar última de su grupo en Brasil 2014. Si es o no mejor equipo esta Inglaterra, que sigue con dudas en su portería, que anteriores dependerá de si John Stones y Phil Jones están a su mejor nivel en el centro de la defensa o si encuentra la creatividad en el centro del campo.