Torreperogil

Torreperogil acogió este fin de semana un festival ineludible para todos los amantes del rock y del metal: Barcia Metal Fest, que cierra otra edición con un sonoro éxito en asistencia. La actuación de Los Tragos creó un clima de fiesta que dominaría el resto del festival. A pesar de su corta trayectoria musical, la banda de rock dejó buena sensaciones entre el público que acudió a disfrutar de su directo en el Paseo del Prado del municipio durante la primera jornada del festival. Tras el concurso de batería, le tocó el turno a Toca Madera, una banda jienense especialista en versiones de grandes éxitos del rock y que terminaron a altas horas de la noche, con un público que coreó hasta el final cada uno de los conocidos temas que tocaron. Teloneros de Mägo de Oz en La Guardia, Toca Madera dejaron un aperitivo de lo que sería su directo.

Los italianos Secret Rule con la melódica voz de Angela Di Vicenzo, que también actuaron en el Krater Rock City de Puertollano, se dejaron ver en la noche del metal en Torreperogil dentro de su gira The Key European Tour 2018 con temas como “The song of the universe” o “Secret place”, con los que encandilaron al público y les valió nuevos seguidores. Ataviados con unas túnicas de monjes, los castellonenses Lèpoka, que actuarán el jueves en Alicante, hicieron bailar al público del Auditorio Torres Oscuras al ritmo del más puro folk metal que recordaron a Saurom, el grupo español de rock que adereza su estilo con influencias folk, celtas, música tradicional y metal. Aunque con un sonido más endurecido, los castellonenses hicieron bailar a un público venido de distintas partes de España. Los vítores y aplausos los recogieron la banda Dragonfly con canciones como “Ángeles con una sola ala” o “Vuela conmigo”, con las que demostraron estar de vuelta y que tocarán en la gira por Sudamérica que están preparando.

SORPRESAS. Los reyes de la madrugada metalera de Torreperogil fueron los alemanes Masterplan, quienes saltaron al escenario con “Enlightem me”, tema que da nombre a su primer álbum publicado en 2002. Además de la vertiginosa “Kind hearted light” o la más melódica “Crystal Night”, la banda interpretó temas de Helloween, antiguo grupo de su guitarrista Roland Grapow, con las que alargaron el repertorio de temas hasta dejar contento al público.