Hombres G, gran “show” de los 80

La banda pone a bailar a los jiennenses en su actuación en la Alameda

25 may 2019 / 16:10 H.

Grandes y pequeños. De hecho, más jóvenes que mayores. La media de edad de la Alameda rondaba más la treintena que cincuentena. Las nuevas generaciones llegaban con fuerza, dispuestos a heredar la música de toda una época y que, ahora, también pasarían a sus hijos. Una banda atemporal, un grupo eterno. Así es Hombre G, que deslumbró, encantó, hizo chillar y mover el esqueleto a cientos de jiennenses que llevaban semanas esperando el inicio de un concierto histórico. Momentos únicos que más de uno compartía por primera vez con sus hijos, con una u otra década arriba o abajo.

Después de superar una cola de horas, la gente entró en la Alameda y enseguida se posicionó, grupos de familiares y amigos que ya tarareaban alguna canción y que, en minutos, cantarían a voz en grito. Pasadas las diez de la noche, la pantalla mostró el vídeo de las escaleras del cartel y disco promocional, y los primeros sones de “Resurrección” sonaron en los altavoces. Así, los de Madrid saltaron al escenario y el público se unió al ritmo, entonando la letra de la canción que da título a su último disco y, también, a la gira. Una pausa para respirar y dar las gracias. “Estamos felices de estar aquí, porque esta noche lo vamos a pasar se puta madre”, clamaron desde el escenario, y los gritos a sus pies se hicieron ensordecedores. El rock más clásico, más puro y más gamberro llegó a Jaén para quedarse, al menos, durante una agradable noche primaveral. El momento que más esperaban los seguidores llegó, la hora de “las canciones de siempre”, las que ensalzaron a la banda hasta el estrellato en los 80 y los 90. La primera fue “El ataque de las chicas cocodrilo”. “Nunca hemos sido los guapos del barrio, siempre hemos sido una cosa normal”. Una sinceridad en verso que el público coreó. En la pantalla, imágenes de ahora, de antes, de siempre, de Hombres G que son eternas. Luego los altavoces sonaron y la gente fue la que cantó: “Si yo no te tengo a ti, si no estás cerca de mí. Si no me besas ni abrazas, que será de mí sin ti”. El tema resonó en la Alameda, como una voz, como un solo estruendo emotivo de los jiennenses. Porque, “si yo no te tengo a ti, para qué quiero vivir”.