El sonido único del mar de olivos

El músico baezano José Beltrán Benedicto lanza BOW Picks, púas fabricadas con madera de olivo

14 sep 2016 / 12:15 H.

Utensilios de cocina, muebles, abalorios y hasta fundas de iphone. Como recurso cercano y con excelente calidad, la madera de olivo es utilizada para crear infinidad de objetos artesanos y un músico baezano acaba de dar la última vuelta de tuerca. Es José Beltrán Benedicto y ha creado púas. Bajo la marca Bow Picks, comienza a lanzarlas al mercado y, en unos meses, sus diseños ya los han probado guitarristas como Ricardo Moreno, Raimundo Amador y José de Castro. Hasta un pedido acaba de enviar a Australia, a una escuela de jazz.

Uno de los sueños dorados de todo guitarrista, dice, consiste en que una púa llegue a convertirse en una especie de prolongación de sí mismo, dejándola de sentir en sus manos como un cuerpo extraño, y para lograrlo, apunta, es necesario encontrar un diseño, grosor, tamaño y textura que se acople a sus dedos y también a su forma de tocar. Desde hace muchos años, investiga cómo construir las suyas propias y, en una chimenea, como la que tiene cualquier casa de Jaén, encontró una buena aliada: la madera de olivo. “Ya había visto construidas en otros tipos de madera como el ébano y el arce, pero frente a estas la de olivo tiene una mayor densidad, lo que la hace muy dura, pero también es más suave al tacto y ofrece un sonido más redondo. Es lo más parecido a utilizar la propia uña”, comenta. Y apunta: “Además, ofrece una veta mucho más irregular e interesante que la del roble, o el ébano, lo que le añade un valor decorativo que hace de cada púa una pieza única. Esta singular veta es debida a que es un árbol longevo, de secano y de crecimiento muy lento”. De hecho, para crear las púas, necesita madera de la raíz o el tronco de olivos que tengan entre treinta o cuarenta años, al menos.

“Para el tipo de música que está más indicada para guitarras españolas o flamencas con cuerdas de nylon. El sonido es más cálido que con otro tipo de material”, explica. El único inconveniente si se utiliza en guitarras eléctricas es que la degradación es mayor, se desgasta con más rapidez.

El trabajo hasta llegar a cuatro modelos estandarizados que tiene en este momento ha sido un proceso largo de investigación, de prueba y error, todo muy artesanal. “Los últimos a los que he llegado son más gruesos, son prototipos estandarizados que he visto que funcionan, a base de jugar con el grosor y la formas de la punta, pero siempre cabe la posibilidad de adaptarse a las necesidades de cada guitarrista”, añade.

Han sido tres o cuatro años de trabajo, diseño y prueba y, ahora, comienza el proceso de darlas a conocer. “Hasta ahora solo he hecho una página de Facebook y he funcionado con el boca a boca, pero, a partir de octubre, empezaré con el posicionamiento de la marca y el estudio del mercado”, asegura. También con la fabricación con maquinaría más especializada para hacer un stock. “La idea es empezar poco a poco, no quiero lanzarme sin saber que funcionan muy bien, reconoce. Pero los que ya la han probado, lo corroboran. “Ya la han probado Ricardo Moreno, Raimundo Amador y José de Castro. A este último le regalé, durante una master class a la que asistí, las púas y, al día siguiente, se puso en contacto para pedirme más. Me decía que, después de tocar con estas en el estudio, ya no quiere las de plástico”, cuenta. Destaca, especialmente, el cálido tacto y el sonido.

A sus púas las ha llamado BOW Picks, resultado de las sigas “Beltrán Olive Wood”. “También juego con el significado de bow como arco. La púa, para un guitarrista, es tan importante como el arco de un violín”, apunta. Este internacional nombre le ayudará, si todo va bien, a llevarlas más allá de nuestras fronteras. Y, por el momento, ya van camino de Australia: “Un joven hispano afincado en Australia me localizó por Facebook y me hizo un pedido para utilizarlas en el JMI-Jazz Music Institute de Brisbane.

trayectoria. Guitarrista profesional, reparte su tiempo entre los escenarios y la formación. Estudió Guitarra Clásica, Magisterio musical y empezó a tocar muy joven, recuerda, con grupos en Baeza como Trágicos. También ha participado en giras como la de Material de disección de su paisano Alis, como bajista, y, en la actualidad, forma parte de la orquesta almeriense Pentagrama, tras pasar por otras formaciones. Asimismo, trabaja en producciones de estudio y da clases particulares de guitarra en Baeza. Entre sus alumnos más reconocidos, están los también baezanos Jaime y José, de Supersubmarina.