Vivencias de la Trashumancia: Los perros del hato. El trabajo de los careas en la dehesa
En la verea hay unos personajes importantísimos: Los perros careas, los mastines y los ratoneros bodegueros. Cada uno de ellos tiene su misión específica, en la verea, en las zonas de los pastos altos en los Campos, o en las instalaciones fijas del Castillico.
- Los perros careas -
En mi blog: El Chilanco Elías, hablando de los perros careas, escribía:
Los perros: Moro, Laixa, Lince y Tina, son los que más me han impresionado, siempre atentos a la voz de su dueño preferido y deseando trabajar. Si de ellos dependieran llevarían siempre el hato en formación militar con un frente de 4 ó 5 ovejas ¡una maravilla! Por la noche se acostaban entre las dos tiendas de campaña cuidando también de nosotros.
El perro carea se caracteriza por su austeridad y fortaleza. Tiene gran capacidad de atención y aprendizaje. Es un perro activo y siempre alerta, ágil y ligero para poder arrancar tras el rebaño evitando su dispersión o para poder correr a por las ovejas que se separan del grupo. Su expresión denota viveza e inteligencia. Se muestra inalterable en su trabajo, incluso con las condiciones climáticas más adversas y variables, y siempre está pendiente de su dueño. Posee una disposición innata para las exigencias del pastoreo y trabaja tradicionalmente en asociación con el mastín.
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Moro, Lince y Laixa descendiendo desde La Lancha en los “Cordeles de La Natao”. -
Moro en el cauce de la rambla de los Campos. -
Moro detrás de José Carlos en los “Cordeles de La Natao”. -
Moro contempla el hato en la pendiente bajada a Hornos El Viejo. -
Moro, Lince y Laixa junto a Daniel, en la proximidad de la aldea de La Ballestera. -
Moro, pendiente de las ovejas en los Cordeles de La Natao. -
El hato caminando por los Cordeles de la Natao, bajo una intensa lluvia.
Anteriormente hemos dicho que el perro carea se caracteriza por su austeridad y fortaleza. Tiene gran capacidad de atención y aprendizaje... Pues bien, “Moro” tienes todas esas características y para muestra un botón. Disfrutar viéndolo trabajar a las órdenes de Daniel; Sin voces ni palabras estridentes, con tan solo un silbido y además suave. Toda una lección de maestría.
-Los perros mastines -
Continuando con lo que escibrí en mi blog sobre los perros, en concreto sobre los mastines, decía:
La primera noche de verea dormimos en un paraje cerca de Hornos llamado “Hoya Morena”. Las ovejas estuvieron toda la noche en un cercado de malla cinegética y guardadas por nuestros perros mastines, que aunque en el camino se mostraban amigos míos, no se dejaban acariciar dicho sea de paso, excepto “Rambo”, que cerraba el cortejo al lado del que suscribe, creo que en realidad me consideraba también parte del hato y siempre se atrasaba unos pasos detrás de mí para que no me perdiera, aunque por la noche, cuando ya estaba con sus “ovejas”, mejor era no acercase.
El mastín es un perro grande, elegante, fuerte y desconfiado con los desconocidos. En general manso, valiente y afectuoso, es muy leal y devoto de sus amos, aunque algo desobediente y terco. Ha servido para cuidar el ganado y salvarlo del ataque de los lobos. Es un buen perro guardián. Durante siglos el mastín ha acompañado a los rebaños de ovejas trashumantes que recorrían cañadas reales atravesando de Norte a Sur la Península Ibérica, defendiendo al ganado del ataque del lobo y otras alimañas. Su función es fundamentalmente protectora.
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Palomo y Moro, junto a Daniel padre e hijo, en Loma de La Paja en Los Campos de Hernán Pelea. -
Corral de Hoya Morena, el mastín atento al ganado. -
Descenso de las cumbres de Beas; Por la A-312; Por el Camino de Aníbal; Cruzando el Pontón Bajo. -
Se inicia la jornada en las cumbres de Beas, mañana fría, lluviosa y con mucha niebla, Rambo, Lince, Moro y Laixa, se preparan para la jornada. -
Rambo mirando a una borrega para que no se despiste del hato. -
Paso del ganado por el puente sobre el río Hornos. Los mastines delante del hato y como siempre Rambo cerrándolo.
Como habéis visto, los Carlillos tienen los perros careas por lo general oscuros y los mastines blancos. La razón es bien fácil, como cada uno tiene su misión, las ovejas cuando ven a un perro carea, “vuelan que se las pelan”, pues saben lo que se les viene encima, en cambio reconocen a los mastines por su pelo blanco y también saben que su misión es guardarlas de los peligros que le pudieran acechar.
- El perro bodeguero -
Mis jefes, el primer día, me dejaron claro que el ganado era lo primero, y que en la verea, en el Castillico, o en los Campos, todos los animales tenían una misión o trabajo que realizar. Hemos visto a los careas y a los mastines como conducían y guardaban el ganado, pero en el Castillico había un personaje, una perra vivaracha que se movía más que “el rabo de una lagartija” que atendía al nombre de India. Era un “ratonero bodeguero andaluz”.
El ratonero bodeguero andaluz es una raza canina española de pequeño tamaño con origen en Andalucía Occidental, especialmente de la provincia de Cádiz. Su nombre proviene de la principal función de dicha raza en las bodegas del Marco de Jerez: La caza de ratones que se esconden entre las barricas. La raza está reconocida por la Real Sociedad Canina de España y el Ministerio de Agricultura. El color seleccionado fue el blanco, ya que esto hacía más fácil distinguir a los perros dentro de la oscuridad habitual en las zonas donde desarrollaban su trabajo. Sus características más importantes son: Perro de tamaño mediano, ágil, delgado y atlético, la cabeza es triangular, con un cráneo semiplano. Los ojos son oscuros. Dentadura completa con cierre en tijera. El pelaje es corto y denso, que suele ser blanco. Las marcas faciales son una mezcla de color fuego, blanco y marcas de color negro (conocido como tricolor), por lo general tienen las cejas de color fuego y siempre con una máscara melánica negra.
Miguel Mesa Molinos. Aprendiz de pastor.