Pipirrana

30 jul 2017 / 11:07 H.

La pipirrana es una ensalada completa y equilibrada a base de tomate, ajo, pimiento verde, atún y huevo duro, que se consume bien fresquita durante los meses en los que el tomate se encuentra bien maduro. Vale la pena utilizar un buen tomate de huerta, ya que su sabor es intenso y dará a nuestro plato una calidad inmejorable. De ahí las ventajas de consumir productos de temporada, pues nos encontramos sabores extraordinarios y un aporte nutricional adecuado de los alimentos. Desde tiempo inmemorial, la pipirrana se consume en las provincias españolas de Granada, Jaén, Almería, Murcia y Ciudad Real; cada una con alguna variante en alguno de sus ingredientes.Es una receta que puede consumirse como plato único o acompañada de un poco embutido o una buena tortilla de patatas.En definitiva, ideal para comer en casa, en el campo o un día de piscina. Puedes degustarlo solo o bien acompañado. Lo importante es no olvidar un buen pan de pueblo, porque el “mojeteo” está asegurado.

Elaboración

INGREDIENTES.

2 kilos de tomates bien maduros, 1 lata de atún en aceite, 3 huevos medianos, 2 dientes de ajo, 1 pimiento verde, sal, aceite de oliva virgen extra (AOVE), agua.

PREPARACIÓN.

En un cazo, poner a cocer los huevos. Dejar enfriar. Reservar. Lavar bien los tomates, pelarlos y trocear en cachos pequeños en una fuente. En un mortero, preparar el “majao”. Machacar el ajo, junto con el pimiento y la sal. Pelar los huevos, picar las claras y añadirlas a la fuente con el tomate y la lata de atún. Las yemas se machacan en el mortero. Añadir una buena cantidad de aceite de oliva y remover con el mazo. Incorporar un poco de agua, mezclar bien y verter encima de los tomates. Remover. Una vez preparada, guardar en el frigorífico hasta la hora de servir. Debe estar bien fría. Si la preparas con poco tiempo de antelación, añadir unos cubitos y dejar que se enfríe un poco. Cuidado con no echar demasiados, pues podrías aguar el plato. En casa la consumimos varias veces en semana. Mi suegra Angleita se encarga de pelar los tomates, junto con algún ayudante, y mi suegro Pepe es quien suele darle el toque perfecto al “majao”. Como otras veces os he comentado, el truco está en dar con el punto exacto de equilibrio entre aceite, sal y ajo.

Consejo: hacer para que os sobre, en la cena alguien os lo agradecerá.