Una empresa con mucha solera

Casa Montañés celebra sus cien años de historia con un acto en el que da las gracias a su clientela de ayer y hoy

29 sep 2018 / 11:53 H.

Hay pocos negocios que puedan presumir de llegar a cien años, máxime si es en perfecto estado de salud. Un caso singular es Casa Montañés, un establecimiento vinculado a las callejuelas de la Plaza —nombre tradicional del entorno del Ayuntamiento—, que anoche conmemoró con una fiesta un siglo de actividad. Miembros de la familia Montañés, clientes, amigos y autoridades se reunieron en esta zona del casco antiguo para conmemorar tan especial efeméride.

La iniciativa echó a andar el 18 de septiembre de 1918, aunque se dejaron pasar unos días para ajustarlo al fin de semana y para que no coincidiera con la reciente Real Feria de San Mateo. La celebración resultó sencilla, pero, a la vez, emotiva. Después del recibimiento a los invitados, se presentó la web de la firma www.casamontanes.es y se proyectó un vídeo, elaborado por Alcalá TV, sobre la trayectoria de la empresa. Por último, los Montañés dieron la gracias a la clientela actual y a la pasada, por su apoyo a lo largo de tanto tiempo. “Este centenario es de todos”, su-braya Rubén Montañés Castillo, responsable actual de la firma.

Casa Montañés surgió fruto de la iniciativa Valeriano Montañés de la Torre, que creó la tienda en la calle Alonso Alcalá —conocida popularmente como Braceros—. Tomaron el relevo sus hijos Cayetano, Valeriano y Pedro Montañés Ríos. Décadas después el primero se hizo cargo en solitario del establecimiento. Incluso jubilado siguió echando una mano en el local hasta su muerte, en 1982. “Podemos decir que murió con las botas puestas, puesto que, como la vivienda estaba justo encima de la tienda, iba a despachar a diario”, destaca Rubén Montañés.

El relevo de Montañés lo tomaron sus hijos, Valeriano, Cayetano, Antonio y Angelitas Montañés Palmero. Al fallecer los primeros, los dos últimos gestionaron el establecimiento hasta que, en agosto de 2016, con motivo de la jubilación cerró la tienda, ya que no pudo materializarse un traspaso. Sin embargo, eso no significó la desaparición de Casa Montañés, sino su reinvención. Rubén Montañés, la cuarto generación de empresarios —hijo de Valeriano Montañés de la Torre, nieto de Cayetano Montañés Ríos e hijo de Valeriano Montañés Palmero— se quedó con el obrador, situado un poco más arriba del extinto comercio.

Allí, el también locutor de Radio Alcalá, continúa con una labor artesana, comenzada por su abuelo y continuada por su tía Angelitas. El relata que Valeriano Montañés Ríos creó un salón de bodas, “el primero de Alcalá”, y que los alimentos que preparaba en la fábrica se servían en los banquetes, aparte de ofrecerse en la tienda. El actual obrador produce embutidos y otros artículos de máxima calidad. Aparte de pavo trufado, lomo mechado, redondo y lengua de ternera, relleno de Carnaval y de carne, prepara con mimo albóndigas, croquetas, sanjacobos, flamenquines y lomo de orza. Se venden en Alcalá la Real, en La Alacena del Jaybe y La Despensa, así como en establecimientos de Granada y otros lugares. Al tratarse de un preciado regalo, sobre todo en Navidad, llega a las mesas de muchos puntos de España. Ahora, el portal de internet www.casamontanes. es, que estará totalmente operativo en breve, representa una puerta abierta para llegar todavía a más hogares. Es una forma de adaptar un veterano negocio de la alimentación al mundo contemporáneo.