El hombre de zapatos verdes

    01 jul 2016 / 10:00 H.

    Los mayores del lugar eran tratados con respeto y admiración. La experiencia acumulada en el largo transcurrir de la vida los convertía en referentes, en libros abiertos para consultar desde lo más nimio a lo más trascendente. Nuestra sociedad ignorante acostumbra a arrinconarlos y a devaluar su altísimo valor porque no forman parte de la cadena de producción. El halo positivo con el que se reviste todo lo relacionado con la juventud se torna en marchito en el inconsciente colectivo al hacer referencia a los mayores.

    El miércoles conocí a un hombre de 95 años. Menudo de talla, pero grande, muy grande de espíritu. El artista Ginés Liébana, con pocas palabras, dio muchas lecciones a jóvenes y no tan jóvenes en el Tributo de Diario JAÉN por el 75 Aniversario. Entre ellas, una lección de generosidad, dispuesto a compartir cuanto se le pidiera de su extensa y fructífera trayectoria; también de humildad, al hablar de tú a tú, sin remilgos ni protocolos. Pero, por encima de todo, este hombre sabio de zapatos verdes compartió una lección de vida: “Lo más lindo es esperar”.