si la PAC no es justa y razonable”

Juan ignacio zoido Álvarez

22 feb 2020 / 13:49 H.

Hay que subir hasta la décima planta, del ala “E”, para llegar a los despachos en los que trabajan los eurodiputados del Partido Popular. En uno de los pasillos de vértigo, perfectamente rodeados de grandes cristaleras, sorprende la silueta de un toro bravo. ¿Quién habrá conseguido colocar tal figura en el Parlamento Europeo? La respuesta nos lleva hasta un sevillano de nacimiento, Juan Ignacio Zoido Álvarez (Montellano, 1957). Él es el verdadero “culpable” de la presencia de un animal tan característico y diferenciador. No es el único atisbo de españolidad. Su oficina es un auténtico santuario de imágenes que recuerdan a su tierra, entre ellas, la Esperanza Macarena.

—¿Qué tal por Bruselas?

—Muy contento. Es usted la primera periodista que me visita en Bruselas. He hecho algunas entrevistas, pero siempre para radio. Estoy encantando y muy contento de recibir a Diario JAÉN, que me trae el olor de mi tierra.

—¿El salto a la política internacional le permite ver su tierra, precisamente, con una mirada diferente?

—La veo como una tierra de oportunidades. Creo que España, en los últimos años, ha sabido aprovechar los fondos europeos, sobre todo los coyunturales, que nos han permitido crecer en infraestructuras, modernizar la agricultura y, sobre todo, apoyar a todo lo que es el comercio exterior, lo que ha contribuido a que nuestras empresas se externacionalicen. Por lo tanto, la Unión Europea ha sido una gran oportunidad para España y, después del Brexit, creo que tenemos otra más para ser más fuertes en Europa.

—¿En qué repercute su trabajo en Bruselas en el día a día, por ejemplo, de un andaluz?

—En todo. En mi caso, concretamente, estoy dedicado las veinticuatro horas del día a defender los agricultores y los ganaderos españoles. Creo que atravesamos unas circunstancias muy complicadas, con condiciones en situaciones adversas que hacen que tengamos unos precios totalmente injustos y, por lo tanto, la defensa de una PAC justa, moderna, que permita el relevo generacional, que facilite a los jóvenes que puedan estar al frente de las explotaciones agrícolas y ganaderas será fundamental para seguir manteniendo ese tejido productivo tan importante para España dentro del Producto Interior Bruto. Creo que este trabajo por sí solo se justifica. No obstante, hago otras cosas, como el seguimiento y la mejora de los convenios que se hacen para los agricultores y ganaderos españoles y otro tipo de industrias, como el acuerdo de Vietnam que se aprobó la semana pasada en el Parlamento, porque creo que es el complemento idóneo.

—¿A qué se refiere?

—Me refiero a que no solo hay que producir, sino a buscar cada día nuevos mercados.

—¿Qué opina de las movilizaciones del campo?

—Creo que son justas, porque las circunstancias que concurren en este momento en el campo andaluz son distintas y las más graves de la última década. En primer lugar, precios injustos, que no se corresponden ni con una tercera parte de los costes reales de la producción. En segundo lugar, los aranceles abusivos de Donald Trump, que limitan un mercado importante no solo por el volumen, sino también por los precios a los que se exporta, lo que significa un grave prejuicio para este sector, también para el del vino. En tercer lugar, las amenazas de un Brexit duro, que supondría el cierre de fronteras y la limitación de las ventas al exterior. Si a todo esto unimos las climatologías adversas, que precisamente en Jaén han sido muy importantes en los últimos meses, más el incremento de necesidades y requisitos medioambientales, todo esto hace que la situación sea insostenible.

—El Gobierno español ha tomado medidas al respecto...

—Son desafortunadas. Son medidas que suman para que los agricultores no tengan más remedio que salir a la calle, por lo que las reivindicaciones justas.

—Usted pertenece a la Comisión Europea de Agricultura. ¿Cuál su prioridad política?

—La agricultura y la ganadería. Hay otros, como es el Gobierno de Pedro Sánchez y Pablo Iglesias, que fijan otras prioridades, pero en el Partido Popular tenemos claro cuál es la nuestra. Lo hicimos en los gobiernos de José María Aznar y de Mariano Rajoy y lo hacemos con Pablo Casado.

—¿Cuál será su defensa de la Política Agraria Comunitaria?

—Defenderemos una PAC moderna y seremos inflexibles, hasta el punto de que bloquearemos los presupuestos si no se incorporan las cantidades necesarias para que pueda haber una PAC justa, razonable, manteniendo el modelo y, al mismo tiempo, incrementando incluso las ayudas que sean necesarias para que se facilite la adaptación a todos los requisitos medioambientales.

—¿Como el olivar de montaña?

—Efectivamente. Es un olivar tradicional, que permite de una manera muy especial vincular el mundo rural con las personas, por lo que es la mejor manera de llenar la que se conoce ahora como la España Vaciada. Si vamos a perder esa posibilidad que ya tenemos, con un producto que está consolidado y que se ha sabido a adaptar a los tiempos, consigamos con las ayudas necesarias que permanezcan unidas al terreno esas personas que viven de esa producción tan artesanal y, a la vez, modernizada.

—Son más de 400 millones de euros los que se “juega” Jaén en la reforma agraria. Pocos gestos se ven de mejora por parte del comisario de Agricultura. ¿Qué opina al respecto?

—De momento, estamos negociando y creo que hay que dar tiempo para que se puedan madurar determinadas medidas. Yo quiero ser optimista, va a ser difícil y duro, pero tenemos razones más que suficientes para defender lo justo que son esas ayudas y, cuando una cosa es justa, uno la tiene que defender con uñas y dientes, si me permiten la expresión vulgar y, al mismo tiempo, muy didáctica. Las ayudas son imprescindibles si queremos mantener el olivar tradicional.

—¿En qué ayuda Europa para frenar la caída de precios?

—Para conseguir que los precios sean justos, lo que tenemos que lograr es que el Gobierno tome medidas. Hay quien le ha echado la culpa a la cadena de transformación, a la industria agroalimentaria, a los distribuidores, pero yo no comparto eso. Es verdad que hay que ajustar la Ley de la Cadena Alimentaria para que se pueda llevar a cabo una mejor distribución de los porcentajes que le corresponden a cada eslabón de la cadena. ¿Por qué? Porque, precisamente, por la cantidad de circunstancias que antes le he dicho, ha habido una descompensación. Se trata, entonces, de ajustar. Lo que sí me gustaría poner de relieve es la cantidad de mejoras que se pueden hacer para que sea más rentable el trabajo del agricultor y el ganadero si en cada uno de los tramos vemos cómo se puede avanzar a base de impuestos.

—¿Y la transparencia?

—Tiene que haberla. Sería ideal que se supiera que el producto que consumimos viene de tal sitio, que se ha producido de esta manera y el coste incluso aproximado. No es fácil, pero sería bueno, porque los productos españoles tienen una gran reputación. Yo estoy en Bruselas y veo que están en primer nivel y que tienen una gran fama, de lo que se trata es de que estén en primera línea. No solo tenemos que vender bien, sino que el Gobierno tiene que favorecer que se puedan vender bien.

—¿Cómo se puede conseguir?

—Lo primero es eliminar trabas para que la sucesión por parte de las nuevas generaciones sea rodada y que tengan facilidades con las nuevas tecnologías, aplicables a la agricultura y la ganadería. Con el Gobierno de Mariano Rajoy empezamos con el desarrollo del 3G en el mundo rural y, actualmente, está parado. Hay que seguir avanzando, porque lo digital aporta ventajas, disminuye costes y mejora la producción. Por lo tanto, un conjunto de medidas que contribuyen a conseguir un precio justo y atractivo para la gente joven.

—¿Funcionará la cuarta licitación del almacenamiento?

—Los dos primeros concursos fueron un fracaso absoluto, los precios estaban desfasados en el tiempo y no funcionaron. El tercero tuvo un cambio y fue mejor y ahora estamos esperando al cuarto. En principio, era una buena medida, pero hay que ajustar los precios para que el fin último se pueda alcanzar.

—¿Qué modelo de cooperativismo hay que perseguir?

—Siempre he sido partidario de que las cooperativas tienen que unirse para compartir gastos y, al reducir costes, tendrán más posibilidades de avanzar y ganar en profesionalización e internacionalización. Jaén, en el tema del aceite, tiene una relevancia por sí misma sola, pero en Andalucía está Dcoop, que tiene enorme volumen y que está presente en el mundo entero. Hay que ir a eso, a salir fuera, por eso es importante que desaparezcan los aranceles de Estados Unidos, hay que recuperar el mercado americano, porque es donde más se exporta y donde más se paga.

—¿Habrá margen de negociación con Donald Trump?

—Tenemos que seguir negociando. Le pido a Pedro Sánchez que España ponga la carne en el asador, como lo hizo Emmanuel Macron con el sector de los vehículos. Hay dar la cara por el campo. En la vida hay que tener prioridades y está demostrado que para él el campo no es una prioridad, por lo que Jaén liderará un conflicto social de límites desconocidos. No quiero pecar de pesimista, porque no lo soy, pero es verdad que el olivar y todo lo que ello conlleva es la vida de Jaén, porque si se hunde, el resto de sectores sufren las consecuencias.

—¿Se nota el cambio de Gobierno de España en Europa?

—Yo creo que sí. Hay una falta de rigor en las cuentas que terminará en problemas como los que sufrieron en Grecia. Me da pena que mi país se incline hacia la senda del populismo, con medidas de cara a la galería que no resuelven las inquietudes de creación y consolidación de empleo.

—¿Cómo es su relación con eurodiputados de diferente signo político al suyo?

—Muy buena. Aquí sabemos que hay que defender a España y, en este sentido, estamos unidos, por encima de ideologías. La mejor compensación que pueden encontrar los agricultores es el respaldo de los gobiernos. Todos juntos podremos salvar al campo.

—¿La política se vive aquí de otra manera?

—Se vive con una vocación más de Estado que la que el propio Gobierno está propiciando en España. Aquí no se entiende que se tomen decisiones sin hablar con el sector, como lo que hizo el otro día Pablo Iglesias. Esta situación hay que corregirla y despejar el conflicto, lo que nos ayudará también a negociar en Europa.

—¿Cómo ve el modelo político de la Junta de Andalucía?

—Han transformado en un tiempo récord el modelo de gestión, que ahora es más abierto, más reducido y, sobre todo, lo que me llena es cómo se ha invertido la tendencia. Ya no estamos a la cola en todo. Desde el momento en el que cambia el Gobierno andaluz, con Juanma Moreno a la cabeza, empieza a generarse más empleo que en el resto de las comunidades. Generar riqueza, oportunidades y trabajo era lo que más se necesitaba y se está consiguiendo, además con transparencia.