Valera y Camacho, almas flamencas

    14 may 2019 / 11:53 H.

    Rafael Valera es uno de los grandes cancerberos del flamenco en Jaén, de los pocos que guardaron las llaves del cante. Yo, que me confieso pecador por creer que nadie como Manolo Caracol... lo recuerdo, cuando, escuchando “La cárcel del cante”, el maestro calla, suena la guitarra y se oye una voz: “Él tiene la llave; y abre y cierra cuando quiere, porque quiere, porque puede y porque sabe”. Y en Jaén, esa llave la tuvo Rafael Valera, vivo en esta Semana de Estudios Flamencos. Orgulloso de Rafael, traigo a la memoria a otro cancerbero olvidado, Pedro Camacho Galindo, aquel abogado, político y juez jaenero que vivió exiliado en Guadalajara (México), 60 de sus 90 años de vida. En aquellas tierras tapatías de charros, jaripeos, palenques, mariachi y tequila, mantuvo viva la memoria del flamenco desde la Casa de Andalucía, fundada por él. Gran estudioso del cante flamenco, publicó algún libro, aunque su legado inédito, se guarda en Fundación Pedro Domecq, Hoy hubiera cumplido 110 años y el mejor homenaje es recordar lo que de él dijo el poeta Pedro Garfias: “Hombre sabio y culto; el más honesto de los hombres que he conocido”.