“Tenemos que estar orgullosos de la sanidad”

Jefe de Servicio de Hematología del hospital Universitario Médico-Quirúrgico de Jaén

20 jun 2020 / 10:11 H.

El responsable de una unidad hospitalaria con pacientes complejos relata lo vivido, desde dentro, durante una pandemia sin precedentes en el mundo. Destaca el comportamiento de los trabajadores sanitarios y no sanitarios para luchar contra un virus que, en el caso de los enfermos hematológicos, tuvieron que extremar la precaución y la seguridad para no agravar su situación por culpa de la covid.

—¿Cómo ha vivido y vive la pandemia del coronavirus un responsable de un servicio hospitalario como usted?

—Los profesionales sanitarios, entre los que me incluyo, hemos vivido la instauración de la pandemia con preocupación, pero a la vez con un alto nivel de compromiso y responsabilidad. Hemos tenido que adaptar nuestra actividad a esta situación desconocida, pero creo que en el Hospital se ha respondido de manera diligente y eficaz, a pesar de la limitación de recursos materiales para hacer frente a la contención del virus y protección de profesionales.

—¿Cuál ha sido la incidencia de la covid-19 en los pacientes hematológicos jiennenses?

—Afortunadamente, y pese a tratarse de pacientes inmunodeprimidos, no ha habido la gran eclosión que nos podríamos temer por su situación basal. La incidencia ha sido baja, frente a lo previsto, si bien es cierto que sus enfermedades condicionaban peor evolución y supervivencia.

—¿Este tipo de usuarios de la sanidad pudo continuar con sus tratamientos y sus consultas en los momentos más duros de la pandemia?

—Desde el momento en el que se establecieron las alarmas en virtud de lo que estaba sucediendo en otras ciudades de España, se pusieron en marcha medidas encaminadas a reducir riesgos, teniendo en cuenta la gravedad de las enfermedades tumorales de la sangre. Todos los tratamientos activos someten al paciente a un grado más profundo de inmunodepresión y, por tanto, vulnerabilidad frente a las infecciones. Aquellos tratamientos no demorables se administraron con la mayor de las garantías y medidas de protección tanto dentro del hospital como luego en domicilio. La labor de los profesionales del Servicio de Hematología tanto en planta como en consultas, y en el Hospital de día, ha sido maravillosa y me siento orgulloso del equipo que tenemos.

—¿Notó cierta reticencia por parte de sus pacientes a visitar el centro hospitalario?

—Más que reticencia, ha sido sentido común. Los propios pacientes han entendido la situación y por tanto, han estado a la altura de esta crisis excepcional. Limitando los accesos al hospital, acudiendo para lo estrictamente necesario y con un solo acompañante. Y desde luego siguiendo las recomendaciones que les íbamos indicando.

—¿Se pudieron tomar medidas para reducir la presencia física de los enfermos hematológicos en el hospital?

—En este sentido, a nivel general, el Hospital Universitario de Jaén puso en marcha la creación de una comisión permanente y diaria de evaluación en tiempo real de la pandemia. Se instauraron medidas generales de acceso a hospitalización, consultas, pruebas diagnósticas y flujos de pacientes en urgencias y resto de hospital, que creo que han sido eficaces en la limitación del acceso de la población general. Este hecho de por sí, ya beneficia a nuestros pacientes. Pero además, de forma conjunta con el Servicio de Oncología, se estableció una zona de evaluación de pacientes inmunodeprimidos que asistían a los tratamientos o consultas no demorables. Este puesto de evaluación se situó a la entrada del Hospital de día de Hematología y Oncología, para evitar circulación innecesaria de pacientes o incluso controlar aquellos que pudieran ser contagiosos. A esto se le suma la teleconsulta, para atender a los pacientes en remoto y valorar estudios analíticos y situación clínica, mediante conversación telefónica, remitiéndoles informes e indicaciones por correo electrónico o convencional.

—¿Son personas especialmente vulnerables al virus los pacientes hematológicos?

—Los pacientes inmunodeprimidos en general y los pacientes hematológicos en particular son, por definición, muy vulnerables ante cualquier tipo de infección. Más aún frente a este virus, que presenta unas características y comportamiento atípicas. A esto se le suma que el sistema inmunológico de los pacientes hematológicos es defectuoso tanto por la enfermedad de base, como por los propios tratamientos, con lo cual, la afectación por cualquier infección (en este caso por el SARS-CoV-2), es potencialmente más grave que en otros pacientes.

—¿Qué ocurre cuando una persona con una patología hematológica contrae la covid-19?

—Debido a su situación de inmunodepresión, en la fase de replicación viral, el propio virus se encuentra con menos obstáculos para propagarse por el tejido respiratorio y alcanzar en menos tiempo una mayor cantidad en el organismo, frente a la cual la defensa es defectuosa, y potencialmente afecta a más órganos, no solamente el aparato respiratorio. Hemos tenido un total de catorce casos, en cuyo desenlace ha sido crítica la situación de la enfermedad, tratamientos que recibiera el paciente, comorbilidades y la edad. El comportamiento de la infección ha sido “muy hematológico”, similar a un cuadro patológico que manejamos desde nuestra especialidad, el síndrome hemofagocítico, provocado en esta ocasión por el propio virus, donde se desencadena una respuesta desproporcionada frente a la infección, que daña los tejidos e induce una situación riesgo elevado de trombosis.

—¿Cómo ha visto la respuesta de la sanidad pública a una pandemia sin precedentes?

—Desde dentro, como trabajador y defensor de la sanidad pública, me puedo referir a lo vivido aquí en nuestro Hospital. Por encima de los instantes iniciales de alarma, preocupación e incertidumbre, creo que hay que estar orgullosos de los trabajadores sanitarios y no sanitarios de nuestra provincia. Desde la primera línea defensiva de atención primaria donde todos se han batido el cobre frente al coronavirus con los medios disponibles, y efectuando un seguimiento posterior a pacientes y contactos. Siguiendo por los profesionales encargados del traslado de pacientes. En el hospital, la comisión de seguimiento y tratamiento de pandemia, formada por los profesionales implicados ha tenido un papel crítico para adecuar la respuesta global del hospital. El servicio de Urgencias ha sido otro punto clave en la gestión de la pandemia, estableciendo circuitos diferenciales que atendieran exclusivamente a pacientes con sospecha de infección, separados de los pacientes con otro tipo de patologías que requerían atención urgente. A nivel intrahospitalario, se aislaron ascensores específicos para estos pacientes contagiados, diferentes de aquellos para uso general. Se crearon circuitos para trámites administrativos, pruebas diagnósticas y gestión de residuos. Hubo una reorganización de la asistencia, donde todos los profesionales de todos los servicios colaboraron, diluyéndose los límites entre especialidades, dedicándose en su mayoría a la asistencia de pacientes contagiados. En ese sentido ha existido gran sinergia entre el Hospital Médico-Quirúrgico, el Neurotraumatológico y como no, con el Doctor Sagaz. Desde los servicios centrales como Medicina Interna, Enfermedades infecciosas y Neumología, con el apoyo del resto de especialidades (médicas y quirúrgicas) pudimos dar cobertura médica a la alta incidencia de ingresos por coronavirus. Quiero resaltar la labor de los servicios de limpieza. También el grupo de vigilantes de seguridad. El conjunto de trabajadores administrativos para las gestiones, cocina del hospital y cafetería, transportistas y celadores. Además, profesionales del servicio de Preventiva, de Radiología y de los laboratorios, así como Farmacia. Es de ley reconocer la labor de los profesionales de enfermería y auxiliares, en especial al equipo de la tercera A con los que, nuestro servicio de Hematología, ha tenido el placer de trabajar codo con codo. Sin duda han demostrado con creces de qué madera están hechos. Quiero resaltar el trabajo de los profesionales del Servicio de Medicina Intensiva, la UCI. Y a aquellos ciudadanos que respetaron las normas y recomendaciones indicadas y aquellos que desde sus casas, de acuerdo con vecinos o compañeros de trabajo, nos han estado mandando mascarillas tejidas a mano, trajes de protección ensamblando sacos, pantallas...

—¿Qué aconseja a la población en general y a sus pacientes en particular para vivir el día a día?

—Recomiendo sentido común, que no es tan común como parece. Habrá que convivir con el virus un tiempo, pero qué duda cabe, que tendremos que cambiar nuestra forma de interactuar y relacionarnos ante esta situación y las futuras. Distanciamiento social, seguir indicaciones de las autoridades sanitarias, empleo de mascarilla y lavado de manos. Y otra cosa que no se dice, que hagan un uso adecuado de la sanidad y los recursos que ofrece.

—¿Cómo ha vivido y vive la pandemia del coronavirus un responsable de un servicio hospitalario como usted?

—Los profesionales sanitarios, entre los que me incluyo, hemos vivido la instauración de la pandemia con preocupación, pero a la vez con un alto nivel de compromiso y responsabilidad. Hemos tenido que adaptar nuestra actividad a esta situación desconocida, pero creo que en el Hospital se ha respondido de manera diligente y eficaz, a pesar de la limitación de recursos materiales por mala previsión y gestión central, para hacer frente a la contención del virus y protección de profesionales.

—¿Cuál ha sido la incidencia de la covid-19 en los pacientes hematológicos jiennenses?

—Afortunadamente, y pese a tratarse de pacientes inmunodeprimidos, no ha habido la gran eclosión que nos podríamos temer por su situación basal. La incidencia ha sido baja, frente a lo previsto, si bien es cierto que sus enfermedades condicionaban peor evolución y supervivencia.

—¿Este tipo de usuarios de la sanidad pudo continuar con sus tratamientos y sus consultas en los momentos más duros de la pandemia?

—Desde el momento en el que se establecieron las alarmas en virtud de lo que estaba sucediendo en otras ciudades de España, se pusieron en marcha medidas encaminadas a reducir riesgos, teniendo en cuenta la gravedad de las enfermedades tumorales de la sangre. Todos los tratamientos activos someten al paciente a un grado más profundo de inmunodepresión y, por tanto, vulnerabilidad frente a las infecciones. Aquellos tratamientos no demorables se administraron con la mayor de las garantías y medidas de protección tanto dentro del hospital como luego en domicilio. La labor de los profesionales del Servicio de Hematología tanto en planta como en consultas, y en el Hospital de día, ha sido maravillosa y me siento orgulloso del equipo que tenemos.

—¿Notó cierta reticencia por parte de sus pacientes a visitar el centro hospitalario?

—Más que reticencia, ha sido sentido común. Los propios pacientes han entendido la situación y por tanto, han estado a la altura de esta crisis excepcional. Limitando los accesos al hospital, acudiendo para lo estrictamente necesario y con un solo acompañante. Y desde luego siguiendo las recomendaciones que les íbamos indicando.

—¿Se pudieron tomar medidas para reducir la presencia física de los enfermos hematológicos en el hospital?

—En este sentido, a nivel general, el Hospital Universitario de Jaén puso en marcha la creación de una comisión permanente y diaria de evaluación en tiempo real de la pandemia. Se instauraron medidas generales de acceso a hospitalización, consultas, pruebas diagnósticas y flujos de pacientes en urgencias y resto de hospital, que creo que han sido eficaces en la limitación del acceso de la población general. Este hecho de por sí, ya beneficia a nuestros pacientes. Pero además, de forma conjunta con el Servicio de Oncología, se estableció una zona de evaluación de pacientes inmunodeprimidos que asistían a los tratamientos o consultas no demorables. Este puesto de evaluación se situó a la entrada del Hospital de día de Hematología y Oncología, para evitar circulación innecesaria de pacientes o incluso controlar aquellos que pudieran ser contagiosos. A esto se le suma la teleconsulta, para atender a los pacientes en remoto y valorar estudios analíticos y situación clínica, mediante conversación telefónica, remitiéndoles informes e indicaciones por correo electrónico o convencional.

—¿Son personas especialmente vulnerables al virus los pacientes hematológicos?

—Los pacientes inmunodeprimidos en general y los pacientes hematológicos en particular son, por definición, muy vulnerables ante cualquier tipo de infección. Más aún frente a este virus, que presenta unas características y comportamiento atípicas. A esto se le suma que el sistema inmunológico de los pacientes hematológicos es defectuoso tanto por la enfermedad de base, como por los propios tratamientos, con lo cual, la afectación por cualquier infección (en este caso por el SARS-CoV-2), es potencialmente más grave que en otros pacientes.

—¿Qué ocurre cuando una persona con una patología hematológica contrae la covid-19?

—Debido a su situación de inmunodepresión, en la fase de replicación viral, el propio virus se encuentra con menos obstáculos para propagarse por el tejido respiratorio y alcanzar en menos tiempo una mayor cantidad en el organismo, frente a la cual la defensa es defectuosa, y potencialmente afecta a más órganos, no solamente el aparato respiratorio. Hemos tenido un total de catorce casos, en cuyo desenlace ha sido crítica la situación de la enfermedad, tratamientos que recibiera el paciente, comorbilidades y la edad. El comportamiento de la infección ha sido “muy hematológico”, similar a un cuadro patológico que manejamos desde nuestra especialidad, el síndrome hemofagocítico, provocado en esta ocasión por el propio virus, donde se desencadena una respuesta desproporcionada frente a la infección, que daña los tejidos e induce una situación riesgo elevado de trombosis.

—¿Cómo ha visto la respuesta de la sanidad pública a una pandemia sin precedentes?

—Desde dentro, como trabajador y defensor de la sanidad pública, me puedo referir a lo vivido aquí en nuestro Hospital. Por encima de los instantes iniciales de alarma, preocupación e incertidumbre, creo que hay que estar orgullosos de los trabajadores sanitarios y no sanitarios de nuestra provincia. Desde la primera línea defensiva de atención primaria donde todos se han batido el cobre frente al coronavirus con los medios disponibles, y efectuando un seguimiento posterior a pacientes y contactos. Siguiendo por los profesionales encargados del traslado de pacientes. En el hospital, la comisión de seguimiento y tratamiento de pandemia, formada por los profesionales implicados ha tenido un papel crítico para adecuar la respuesta global del hospital. El servicio de Urgencias ha sido otro punto clave en la gestión de la pandemia, estableciendo circuitos diferenciales que atendieran exclusivamente a pacientes con sospecha de infección, separados de los pacientes con otro tipo de patologías que requerían atención urgente. A nivel intrahospitalario, se aislaron ascensores específicos para estos pacientes contagiados, diferentes de aquellos para uso general. Se crearon circuitos para trámites administrativos, pruebas diagnósticas y gestión de residuos. Hubo una reorganización de la asistencia, donde todos los profesionales de todos los servicios colaboraron, diluyéndose los límites entre especialidades, dedicándose en su mayoría a la asistencia de pacientes contagiados. En ese sentido ha existido gran sinergia entre el Hospital Médico-Quirúrgico, el Neurotraumatológico y como no, con el Doctor Sagaz. Desde los servicios centrales como Medicina Interna, Enfermedades infecciosas y Neumología, con el apoyo del resto de especialidades (médicas y quirúrgicas) pudimos dar cobertura médica a la alta incidencia de ingresos por coronavirus. Quiero resaltar la labor de los servicios de limpieza. También el grupo de vigilantes de seguridad. El conjunto de trabajadores administrativos para las gestiones, cocina del hospital y cafetería, transportistas y celadores. Además, profesionales del servicio de Preventiva, de Radiología y de los laboratorios, así como Farmacia. Es de ley reconocer la labor de los profesionales de enfermería y auxiliares, en especial al equipo de la tercera A con los que, nuestro servicio de Hematología, ha tenido el placer de trabajar codo con codo. Sin duda han demostrado con creces de qué madera están hechos. Quiero resaltar el trabajo de los profesionales del Servicio de Medicina Intensiva, la UCI. Y a aquellos ciudadanos que respetaron las normas y recomendaciones indicadas y aquellos que desde sus casas, de acuerdo con vecinos o compañeros de trabajo, nos han estado mandando mascarillas tejidas a mano, trajes de protección ensamblando sacos, pantallas...

—¿Qué aconseja a la población en general y a sus pacientes en particular para vivir el día a día?

—Recomiendo sentido común, que no es tan común como parece. Habrá que convivir con el virus un tiempo, pero qué duda cabe, que tendremos que cambiar nuestra forma de interactuar y relacionarnos ante esta situación y las futuras. Distanciamiento social, seguir indicaciones de las autoridades sanitarias, empleo de mascarilla y lavado de manos. Y otra cosa que no se dice, que hagan un uso adecuado de la sanidad y los recursos que ofrece. Entrevista en colaboración con Celgene, una compañía de “Bristol Myers Squibb”.