Los ganaderos, ante un canto de cisne permanente

Otro golpe letal. Esta es la situación en la que se encuentran los ganaderos jiennenses, que afrontaban desde hace ya varios años una complicada situación con unos precios muy bajos, a lo que ahora se une la ausencia, casi total, de ventas en algunos casos.

Varios ganaderos denuncian que productos como la leche de cabra se la llevan sin saber qué precio le van a pagar por ella y se ven desamparados y abandonados a su suerte. De este modo, el secretario general de UPA Andalucía, Miguel Cobo, apunta que, en el caso del cordero, esta crisis le viene larga: “Se ha cerrado el canal de venta de hoteles, restaurantes y bares y ahora, la gente opta por hacer la compra en los supermercados y las grandes superficies, sin olvidar tampoco que ahora 12 o 13 kilos de cordero lo pagan en torno a 60 euros, cuando hace cuatro décadas pagaban 10.000 pesetas, prácticamente lo mismo”.

Cobo recuerda también el mal momento que atraviesa la leche de cabra: “Antes se pagaba a 75 céntimos el litro y ahora, de golpe, lo bajan a 50 céntimos, eso es una ruina”, reconoce el secretario general de UPA Andalucía y añade: “Esperamos que modifiquen pronto las condiciones de la ley de la Cadena Alimentaria, que no permite poner los precios por debajo de los costes de producción”.

Unos de estos muchos ganaderos que están preocupados por la situación que ha deparado esta crisis sanitaria en el sector es Antonio Jesús Díaz. Desde su ganadería ubicada en Charilla, vislumbra un futuro complicado: “Los corderos los están cebando y ahora los mataderos están llenos; en mi caso, yo pierdo 6.000 euros y a parte, los animales tienen que comer y tampoco vas a dejar a una cabra sin ordeñar”.

Díaz ha sentido de lleno ese descenso de la leche de cabra, que estima entorno a un 30%: “Cobrábamos la leche a 80 céntimos el litro y ahora la traen de Francia o Portugal por 30 o 40 céntimos; a ello hay que sumarle que los mercados se hunden y tardarán mucho tiempo en recuperarse”.

Otro ganadero jiennense, Antonio Jesús Gregorio, va más allá: “El que pueda coger y matar a los animales hace negocio”. Así de duro de muestra ante lo que denuncia un abuso en los precios: “Los chotos ya lo están pagando a dos euros el kilo, despeñes el cabrito nos lo venden a cuatro euros y después en la carnicería lo veo a 18 euros o el chibo, que lo pagan entero a 15 euros y luego solo la paletilla la venden por 20, le están sacando 100 euros”.

Gregorio reconoce que lleva poco tiempo y, según reconoce, lo único que hecho ha sido pagar: “Muchos se están aprovechando de la necesidad y nadie hace nada por nosotros”, sentencia.

El covid-19, sin duda, golpea de lleno a un sector que ya vivía una situación difícil, pero que se enfrenta cada día a su canto de cisne.