“La agricultura es el único sector que forma parte de la solución”

Es una de las personas más jóvenes que transitan por el Parlamento Europeo, lugar al que acude de forma asidua para mantenerse al tanto de todo lo que concierne a la agricultura. Inmaculada León Gámez (Málaga, 1995) es una de las técnicas de la Delegación de Asaja en Bruselas. Conoce a la perfección la situación que atraviesa el sector olivarero, es consciente de que la provincia se juega su futuro cada vez que se hablar de “reforma” y asegura que su organización trabaja duro para devolver al campo el estatus que merece.

—¿Qué trabajo realiza la Asociación de Jóvenes Agricultores (Asaja) en Bruselas?

—Muchas, aunque principalmente todo lo que tiene que ver con la elaboración de la política agraria común. Seguimos todas las reuniones que hay en el Parlamento de Andalucía, en la Comisión de Agricultura, los informes, las propuestas... y, además, tenemos reuniones con los eurodiputados de España para explicarles cómo está la situación del sector en nuestro país y cuál es la postura de Asaja.

—¿Cómo se ven desde el corazón de Europa las movilizaciones del campo español?

—Vemos que tienen mucho impacto en la sociedad, porque, al fin y al cabo, es un problema que se arrastra desde hace muchos años y ahora es cuando los agricultores han sido valientes para salir a la calle unidos. Tiene una gran aceptación social, porque no es una falsedad, sino una realidad a la que se enfrenta la gente del campo en su día a día. La baja rentabilidad termina en el cierre de explotaciones y en el abandono del mundo rural, algo que es muy preocupante.

—¿Cómo se puede combatir desde aquí la grave caída de precios que sufre el sector?

—El ministro de Agricultura, Luis Planas, en una reunión que tuvo con organizaciones de productores planteó una reforma de la Ley de Cadena Alimentaria. Es muy importante que el agricultor tenga una retribución justa, por lo que no hay que buscar culpables, sino soluciones, y la principal solución es que cada eslabón de la cadena reciba la retribución que merece por el trabajo que hace, así de simple. La caída de precios se tiene que combatir desde el Gobierno central.

—La provincia recibe, cada año, más de cuatrocientos millones de euros en ayudas de la PAC. ¿Tienen que estar asustados los agricultores ante la reforma que se avecina?

—Es difícil contestar a esa pregunta. Por una parte, el Consejo de Agricultura publicó una propuesta de un recorte bastante considerable para la Política Agraria Comunitaria, un 14%, pero ahora mismo es solo una propuesta. El que se lleva la peor parte es el segundo pilar de la PAC, donde hay un 25% de bajada, algo que no podemos permitir, porque ese pilar es el que facilita la incorporación de jóvenes, el relevo generacional y el mantenimiento de zonas rurales, por lo que pedimos que se vuelva a la propuesta del Parlamento Europeo del 1,3% de la Renta Nacional Bruta, que es lo que exige Copa-Cogeca y Asaja.

—¿Cree usted que funciona el almacenamiento privado?

—Las dos primeras licitaciones, tanto por precio como cantidad de kilos, nada. Ahora habrá que valorar el impacto del resto.

—¿A qué modelo de cooperativismo aspira Asaja en una provincia en la que hay hasta tres almazaras en algunos pueblos?

—Lo importante es que haya unidad, de hecho las manifestaciones están teniendo éxito porque no es cuestión ni de grandes ni de pequeños, ni de grupos políticos, no, es cuestión de que estamos juntos y tenemos que encontrar una solución.

—¿Cómo se pueden conquistar nuevos mercados?

—Se pueden conquistar con ayudas a la promoción de los productos en otros países, con la negociación de acuerdos comerciales, siempre que sean justos y se tengan en cuenta las mismas normas de producción de la Unión Europea, porque tenemos que dar salida a nuestros productos, pero ellos tienen que recibir algo a cambio, por lo que estamos a favor de los acuerdos comerciales, siempre y cuando se respeten las mismas normas.

—¿Qué le puede decir a un agricultor que lleva toda la vida en el campo? ¿Tiene futuro?

—Yo creo que sí, porque al final es el único sector que forma parte de la solución. Hay que tener en cuenta que la Comisión Europea ha propuesto un nuevo pacto verde, el “green deal”, con el objetivo de alcanzar la neutralidad climática. Por un lado, se nos acusa de que emitimos gases de efecto invernadero, tanto la agricultura como la ganadería, pero por otra parte hay que recalcar que, de todas las emisiones de la Unión Europea, solo el diez por ciento es de agricultura y ganadería y, sobre todo, mitigamos de ese diez, en torno al nueve por ciento, por lo que somos parte de la solución. La agricultura tiene futuro, porque una persona tiene que comer tres veces al día.